Lula advierte de una bancarrota global si los países ricos no aumentan su consumo
Seúl, Agencias
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó hoy un claro mensaje a los países más desarrollados advirtiendo de que si éstos no aumentan su consumo en lugar de incrementar las exportaciones la economía global entrará en bancarrota.
"Existe una visible contradicción: por un lado tenemos a las economías emergentes, incluida Brasil, tomando medidas para incrementar su consumo (interno), y en el lado contrario, a los países más ricos, que no están consumiendo, no quieren comprar, sólo quieren vender", explicó el mandatario saliente de Brasil.
"Si todo el mundo vende, ¿quién va a comprar?", se preguntó Lula, que el uno de enero será sustituido por la presidenta electa, Dilma Rousseff.
Lula reiteró su acusación de que tanto China como Estados Unidos están devaluando sus respectivas monedas para promover sus exportaciones como salida rápida a la crisis en lugar de incrementar el consumo interno y crear empleo.
Para apoyar su argumentación, el brasileño recordó que con un 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global, las economías emergentes no pueden hacerse responsables de incrementar la demanda global, ya que las economías más ricas suponen el 80 por ciento restante.
Lula reconoció que la guerra de divisas es uno de los temas candentes del debate de la cumbre que comenzó hoy, jueves, y finalizará mañana: "En cuanto al conflicto por los tipos cambiarios, si no encontramos una solución, esto nos llevará al proteccionismo".
En un encuentro con periodistas en su hotel de Seúl, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, que acompañaba a Lula, señaló que China lleva practicando esta política de devaluación desde hace años, cuando era un país en desarrollo, pero ahora que el país asiático es una potencia económica, esa política "no tiene justificación".
"China necesita incrementar su consumo interno", aseveró Lula.
Ambos funcionarios criticaron con dureza la segunda inyección de rescate anunciada la semana pasada por la Reserva Federal de EEUU, de 600.000 millones de dólares, y que provocará una devaluación del dólar.
"No podemos tomar decisiones sólo pensando en nosotros, sin tomar en consideración el impacto que pueden tener en otros países más pequeños y con economías más frágiles", señaló el brasileño poco antes del inicio formal de la cumbre del G-20 en Seúl.
"Es necesario que haya acuerdos sobre las divisas clave, si no esta situación llevará al proteccionismo y perjudicará a muchas economías", advirtió, por su parte, Mantega.
Sin embargo, Lula se mostró comprensivo con Washington y descartó presionar a la Casa Blanca: "No creo que se deba presionar a EEUU, estas cosas no funcionan así. EEUU ha tomado esa medida debido a su visión del problema. Vamos a respetarlos, pero al mismo tiempo vamos a pedirles que se responsabilicen, porque van a causar perjuicios".
De la misma manera, el brasileño reconoció que el plan de comerciar con divisas alternativas no ha funcionado debido a que los mercados están acostumbrados a trabajar con el billete verde, pero se mostró partidario de buscar alternativas porque "no puede ser la divisa más usada en el mundo cuando ésta es emitida sólo por un país".
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó hoy un claro mensaje a los países más desarrollados advirtiendo de que si éstos no aumentan su consumo en lugar de incrementar las exportaciones la economía global entrará en bancarrota.
"Existe una visible contradicción: por un lado tenemos a las economías emergentes, incluida Brasil, tomando medidas para incrementar su consumo (interno), y en el lado contrario, a los países más ricos, que no están consumiendo, no quieren comprar, sólo quieren vender", explicó el mandatario saliente de Brasil.
"Si todo el mundo vende, ¿quién va a comprar?", se preguntó Lula, que el uno de enero será sustituido por la presidenta electa, Dilma Rousseff.
Lula reiteró su acusación de que tanto China como Estados Unidos están devaluando sus respectivas monedas para promover sus exportaciones como salida rápida a la crisis en lugar de incrementar el consumo interno y crear empleo.
Para apoyar su argumentación, el brasileño recordó que con un 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global, las economías emergentes no pueden hacerse responsables de incrementar la demanda global, ya que las economías más ricas suponen el 80 por ciento restante.
Lula reconoció que la guerra de divisas es uno de los temas candentes del debate de la cumbre que comenzó hoy, jueves, y finalizará mañana: "En cuanto al conflicto por los tipos cambiarios, si no encontramos una solución, esto nos llevará al proteccionismo".
En un encuentro con periodistas en su hotel de Seúl, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, que acompañaba a Lula, señaló que China lleva practicando esta política de devaluación desde hace años, cuando era un país en desarrollo, pero ahora que el país asiático es una potencia económica, esa política "no tiene justificación".
"China necesita incrementar su consumo interno", aseveró Lula.
Ambos funcionarios criticaron con dureza la segunda inyección de rescate anunciada la semana pasada por la Reserva Federal de EEUU, de 600.000 millones de dólares, y que provocará una devaluación del dólar.
"No podemos tomar decisiones sólo pensando en nosotros, sin tomar en consideración el impacto que pueden tener en otros países más pequeños y con economías más frágiles", señaló el brasileño poco antes del inicio formal de la cumbre del G-20 en Seúl.
"Es necesario que haya acuerdos sobre las divisas clave, si no esta situación llevará al proteccionismo y perjudicará a muchas economías", advirtió, por su parte, Mantega.
Sin embargo, Lula se mostró comprensivo con Washington y descartó presionar a la Casa Blanca: "No creo que se deba presionar a EEUU, estas cosas no funcionan así. EEUU ha tomado esa medida debido a su visión del problema. Vamos a respetarlos, pero al mismo tiempo vamos a pedirles que se responsabilicen, porque van a causar perjuicios".
De la misma manera, el brasileño reconoció que el plan de comerciar con divisas alternativas no ha funcionado debido a que los mercados están acostumbrados a trabajar con el billete verde, pero se mostró partidario de buscar alternativas porque "no puede ser la divisa más usada en el mundo cuando ésta es emitida sólo por un país".