La Iglesia reflexiona en Roma sobre la pedofilia y las amenazas a los cristianos
Vaticano, El País
El Vaticano ordenará a sus obispados que extremen el cuidado en la selección y formación de sacerdotes con el objetivo de prevenir nuevos escándalos de abusos sexuales. Roma prepara una instrucción dirigida a las conferencias episcopales de todo el mundo en la que se explicarán "la líneas para un programa coordinado y eficaz" para encarar los casos de los clérigos pederastas. El anuncio lo ha hecho el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, durante la reunión entre Benedicto XVI y 150 cardenales para tratar este asunto, en la víspera del consistorio que arranca mañana y durante el cual el Pontífice va a nombrar a 24 nuevos purpurados.
La circular va a clarificar a todos los obispos del mundo "la legislación canónica referida al delito de abuso sexual contra menores", ha resumido el portavoz vaticano, Federico Lombradi, al final de la jornada que se desarrolló a puerta cerrada. Lombardi ha subrayado la amplia responsabilidad de las diócesis en la tutela de los fieles. "En eso se inspiró, en la actitud del Santo Padre de escucha y acogida de las víctimas", ha dicho Lombardi, quien ha prometido "colaboración con las autoridades civiles" y apeló a la necesidad de "un compromiso concreto en la protección de los niños y los jóvenes, así como la cuidadosa selección y formación de los futuros sacerdotes".
Entre los 13 purpurados que tomaron la palabra en el sucesivo debate, algunos volvieron sobre el tema alertando de cómo hasta ahora la atención de contraste y denuncia se ha centrado en el occidente, pero la acción tiene que ampliarse "también a los países donde el problema no se ha manifestado de forma tan dramática". Es la primera vez que un número tan elevado de purpurados se encuentra con el Papa desde que explotó el escándalo de los abusos sexuales, cuando el pasado año los informes Ryan y Murphy desvelaron que durante décadas centenares de niños irlandeses sufrieron violencias por parte de sacerdotes. Pero encima de la mesa había otras cuestiones espinosas para la Iglesia católica en este momento. Sobre todo la falta de libertad para los cristianos que viven en zonas conflictivas del planeta.
Lo que dio paso al Pontífice alemán para volver a cargar contra el relativismo y la secularización de los tiempos actuales. "La libertad de difundir el Evangelio - afirmó - encuentra en la historia varios obstáculos. La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy tiene que enfrentarse al gran desafío del relativismo, que parece completar el concepto de libertad, pero en la realidad acaba destruyéndola, proponiéndose como una verdadera dictadura", dijo el Papa introduciendo el tema principal de la jornada de "rezo y reflexión". Tema que fue desarrollado y profundizado por el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Límites a la profesión de la fe
Bertone leyó un largo estudio sobre la libertad de los fieles de profesar su religión romana en zonas conflictivas del mundo, sobre todo en Oriente Próximo. Sin embargo, su panorámica sobre los intentos de limitar la profesión de la fe cristiana arrancó en Occidente. "Aunque se trate de países que deben al cristianismo rasgos profundos de su identidad y cultura, asistimos hoy a un proceso de secularización, con intentos de marginar los valores espirituales de la vida social", arrancó, para seguir comentando la situación en los países de mayoría musulmana.
La Santa Sede demostró en varias ocasiones recientes una fuerte aprensión por el peligro constante en el que viven sus fieles en esas zonas del planeta. "Es necesario ampliar la libertad religiosa", dijo el Papa como conclusión del sínodo del mes pasado. Esta semana, Benedicto XVI pidió la liberación de Asia Bibi, una mujer cristiana condenada a muerte en Pakistán por blasfema. Hace menos de un mes, los atentados contra los cristianos en Irak, que provocaron seis muertos y decenas de heridos, suscitaron la aprensión de la diplomacia vaticana y de los obispos locales.
Las preocupaciones llegan también de países más lejanos y no musulmanes. Por ejemplo, China. Bajo la cúpula de San Pedro, se ha tomado como una abierta provocación por parte de Pekín la noticia de que el Gobierno va a ordenar mañana a padre Giuseppe Guo Jincai obispo de Chengde (en la provincia nórdica de Hebei), sin la autorización del Vaticano. Además los funcionarios de la República Popular han impuesto a otros cinco obispos regulares presenciar el acto, según condena un comunicado de la Santa Sede y confirma a Asociated Press un alto cargo del estado comunista. "Tal ordenación es ilícita - explican desde el Vaticano - y va a ser dañina para las relaciones desarrolladas en los últimos tiempos entre la Santa Sede y la República Popular".
Durante el consistorio que arranca hoy y se concluye el lunes Benedicto XVI va a entregar el gorro cardenalicio a 24 prelados, entre ellos un español, un ecuatoriano y un brasileño. Se trata del español José Manuel Estepa Llaurens, arzobispo emérito castrense, de 84 años; Raul Eduardo Vela Churiboga, de 76 años, arzobispo emérito de Quito, y Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida (Brasil), de 73 años. Con estos nombramientos, esparcidos por el mundo habrá 203 purpurados: todos miembros del Colegio Cardenalicio, pero sólo 121 podrían participar en un eventual cónclave para la elección de Papa, al tener menos de 80 años. Es la tercera vez que el Papa alemán convoca un consistorio (ya lo hizo en 2006 y 2007, cuando nombró respectivamente 15 y 23 cardenales).
El Vaticano ordenará a sus obispados que extremen el cuidado en la selección y formación de sacerdotes con el objetivo de prevenir nuevos escándalos de abusos sexuales. Roma prepara una instrucción dirigida a las conferencias episcopales de todo el mundo en la que se explicarán "la líneas para un programa coordinado y eficaz" para encarar los casos de los clérigos pederastas. El anuncio lo ha hecho el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, durante la reunión entre Benedicto XVI y 150 cardenales para tratar este asunto, en la víspera del consistorio que arranca mañana y durante el cual el Pontífice va a nombrar a 24 nuevos purpurados.
La circular va a clarificar a todos los obispos del mundo "la legislación canónica referida al delito de abuso sexual contra menores", ha resumido el portavoz vaticano, Federico Lombradi, al final de la jornada que se desarrolló a puerta cerrada. Lombardi ha subrayado la amplia responsabilidad de las diócesis en la tutela de los fieles. "En eso se inspiró, en la actitud del Santo Padre de escucha y acogida de las víctimas", ha dicho Lombardi, quien ha prometido "colaboración con las autoridades civiles" y apeló a la necesidad de "un compromiso concreto en la protección de los niños y los jóvenes, así como la cuidadosa selección y formación de los futuros sacerdotes".
Entre los 13 purpurados que tomaron la palabra en el sucesivo debate, algunos volvieron sobre el tema alertando de cómo hasta ahora la atención de contraste y denuncia se ha centrado en el occidente, pero la acción tiene que ampliarse "también a los países donde el problema no se ha manifestado de forma tan dramática". Es la primera vez que un número tan elevado de purpurados se encuentra con el Papa desde que explotó el escándalo de los abusos sexuales, cuando el pasado año los informes Ryan y Murphy desvelaron que durante décadas centenares de niños irlandeses sufrieron violencias por parte de sacerdotes. Pero encima de la mesa había otras cuestiones espinosas para la Iglesia católica en este momento. Sobre todo la falta de libertad para los cristianos que viven en zonas conflictivas del planeta.
Lo que dio paso al Pontífice alemán para volver a cargar contra el relativismo y la secularización de los tiempos actuales. "La libertad de difundir el Evangelio - afirmó - encuentra en la historia varios obstáculos. La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy tiene que enfrentarse al gran desafío del relativismo, que parece completar el concepto de libertad, pero en la realidad acaba destruyéndola, proponiéndose como una verdadera dictadura", dijo el Papa introduciendo el tema principal de la jornada de "rezo y reflexión". Tema que fue desarrollado y profundizado por el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Límites a la profesión de la fe
Bertone leyó un largo estudio sobre la libertad de los fieles de profesar su religión romana en zonas conflictivas del mundo, sobre todo en Oriente Próximo. Sin embargo, su panorámica sobre los intentos de limitar la profesión de la fe cristiana arrancó en Occidente. "Aunque se trate de países que deben al cristianismo rasgos profundos de su identidad y cultura, asistimos hoy a un proceso de secularización, con intentos de marginar los valores espirituales de la vida social", arrancó, para seguir comentando la situación en los países de mayoría musulmana.
La Santa Sede demostró en varias ocasiones recientes una fuerte aprensión por el peligro constante en el que viven sus fieles en esas zonas del planeta. "Es necesario ampliar la libertad religiosa", dijo el Papa como conclusión del sínodo del mes pasado. Esta semana, Benedicto XVI pidió la liberación de Asia Bibi, una mujer cristiana condenada a muerte en Pakistán por blasfema. Hace menos de un mes, los atentados contra los cristianos en Irak, que provocaron seis muertos y decenas de heridos, suscitaron la aprensión de la diplomacia vaticana y de los obispos locales.
Las preocupaciones llegan también de países más lejanos y no musulmanes. Por ejemplo, China. Bajo la cúpula de San Pedro, se ha tomado como una abierta provocación por parte de Pekín la noticia de que el Gobierno va a ordenar mañana a padre Giuseppe Guo Jincai obispo de Chengde (en la provincia nórdica de Hebei), sin la autorización del Vaticano. Además los funcionarios de la República Popular han impuesto a otros cinco obispos regulares presenciar el acto, según condena un comunicado de la Santa Sede y confirma a Asociated Press un alto cargo del estado comunista. "Tal ordenación es ilícita - explican desde el Vaticano - y va a ser dañina para las relaciones desarrolladas en los últimos tiempos entre la Santa Sede y la República Popular".
Durante el consistorio que arranca hoy y se concluye el lunes Benedicto XVI va a entregar el gorro cardenalicio a 24 prelados, entre ellos un español, un ecuatoriano y un brasileño. Se trata del español José Manuel Estepa Llaurens, arzobispo emérito castrense, de 84 años; Raul Eduardo Vela Churiboga, de 76 años, arzobispo emérito de Quito, y Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida (Brasil), de 73 años. Con estos nombramientos, esparcidos por el mundo habrá 203 purpurados: todos miembros del Colegio Cardenalicio, pero sólo 121 podrían participar en un eventual cónclave para la elección de Papa, al tener menos de 80 años. Es la tercera vez que el Papa alemán convoca un consistorio (ya lo hizo en 2006 y 2007, cuando nombró respectivamente 15 y 23 cardenales).