Juventus no supo, Roma no pudo: el empate fue justicia


Roma, Espn
No fue un partido brillante, ni mucho menos, si bien no faltaron emoción y hasta dramatismo, especialmente en el final. Juventus, a pesar de ser local, resignó desde un comienzo el protagonismo, dejándole a Roma la tarea de hacer el gasto. Los giallorossi se hicieron cargo, pero su dominio en el juego y en la posesión de balón careció de lo que a Juventus le sobra, es decir contundencia.

Así, al final, el empate por 1 a 1 fue justo: Roma mereció algo más, pero cuando quedó abajo por el golazo de Vincenzo Iaquinta hasta pudo haberlo perdido y tuvo suerte en encontrar el empate, anotado por Francesco Totti de penal, justo sobre el final de la primera etapa.

De esta manera, Juventus lo alcanzó a Inter en la cuarta posición, ambos con 20 puntos (pero obviamente los bianconeri con un partido más), mientras que Roma está sexta con una unidad menos que ellos. Claramente, ahora ambos tienen que esperar que el domingo también igualen los otros de arriba, es decir primero Lazio y Nápoli y luego Inter y Milan.

Llamó un poco la atención la actitud de Juventus, que regaló la pelota desde un comienzo. Roma, sin siquiera necesidad de levantar el ritmo, dominó el trámite y, por momentos, ofreció chispazos de su fútbol asociado, siempre con la pelota por el piso y buscando paredes en los espacios restringidos para meterse por el medio y llegar hasta posición de gol. Así llegó la más clara, un derecho de Ménez al segundo palo que Storari envió muy bien al córner.

Juventus, por su parte, tenía mucho menos la pelota pero, cuando llegaba, siempre creaba problemas. La clave fue la buena tarea de Simone Pepe por derecha, imposible de parar para el pobre Riise: sus centros encontraron a menudo la cabeza de los compañeros y entonces Juventus, casi sin proponérselo, varias veces estuvo a punto de anotar.

De hecho, el gol de la ventaja llegó gracias a aun centro desde el costado derecho: Aquilani se liberó de Greco con un lindo "caño" y luego metió el centro al punto del penal, donde Iaquinta la empalmó de media vuelta y, con un derechazo de volea impecable, la mandó a guardar. No era justicia, claro, pero la falta de efectividad en ataque de la visita se merecía algún tipo de castigo.

Roma no cambió ritmo ni se desesperó. Siguió jugando como antes y tuvo dos chances: en el primer caso, Chiellini le cometió un claro penal a Mexés, pero Rizzoli no se animó a cobrar nada. Luego, sobre el final de la etapa, Totti ejecutó un tiro libre desde unos 25 metros rematando al arco y la pelota fue a dar en el brazo abierto de Pepe: inevitable el penal (y amarilla) que el mismo Totti transformó en empate.

No hay mucho más que contar, porque realmente la segunda etapa estuvo de más. Ingresó Del Piero por Iaquinta, pero al rato salió Totti, remplazado por Borriello, y entonces ni siquiera el público pudo gozar con ese duelo a la distancia entre dos de los mejores jugadores italianos en actividad. El final, con los equipos cansados y larguísimos, fue pobre técnicamente pero por lo menos dramático y emotivo. Las más clara la tuvo Quagliarella, un derechazo de volea impresionante, pero Julio Sergio estuvo atento y, al final, el empate fue un justo resultado.

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