Irlanda reconoce que solo la ayuda externa la sacará de la crisis
Bruselas, El País
El ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, ha reconocido finalmente que el saneamiento de su banca pasa ineludiblemente por "alguna forma de ayuda externa" en relación al futuro . "Tenemos que reconducir los problemas de nuestra banca, no podemos continuar sin un sistema bancario funcional" ha manifestado durante una entrevista en la radio RTE. Poco antes, Lenihan concretó que su Ejecutivo aceptaría la creación de un "fondo de contingencia" para la banca nacional tras la visita a Dublín de la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). Con motivo de estas conversaciones, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha aclarado, en declaraciones recogidas por un comunicado del Gobierno, que "no se trata de una pérdida de soberanía de Irlanda".
Las declaraciones que ha realizado el ministro de Finanzas suponen un paso definitivo para activar el mecanismo de emergencia y el signo más claro hasta el momento de que acabarán pidiendo la puesta en marcha de un plan de rescate sobre el que ya están trabajando las partes implicadas. Además, según confirmó ayer Bruselas, no le saldrá gratis a Dublín.
Según ha adelantado hoy el Banco de Irlanda, que al igual que Bruselas da por hecho que el país acabará solicitando formalmente la ayuda en una semana o dos como máximo, pasan por una inyección de "decenas de miles de millones" para garantizar la supervivencia de sus bancos, ya nacionalizados. Su gobernador, Patrick Honohan, ha apuntado que este dinero, prestado con un interés del 5% idéntico al que paga Grecia, podría usarse como un "fondo de contingencia" con el que mostrar al mercado que no hay problemas de liquidez, aunque esos fondos no se utilicen.
En los mercados, por su parte, los inversores están dando un segundo día de tregua a los bonos emitidos por Dublín, así como al resto de países con riesgo de contagio como Portugal, que en su caso acumula tres días de mejora. También se están recuperando las Bolsas, que en Europa están aumentando las ganancias de ayer.
Pendiente de las elecciones
A lo largo del Consejo de ministros de Economía de los Veintisiete celebrado ayer en Bruselas se redoblaron las sugerencias, mensajes y recomendaciones para que Dublín solicite cuanto antes la ayuda para no contaminar a otros países, especialmente a Portugal, y evitar que el retraso encarezca su factura. "Creo que no se llegará a salir de esta situación sin tener una ayuda europea", indicó ayer Didier Reynders, ministro de Finanzas de Bélgica, que ostenta la presidencia de turno de la Unión. El Gobierno irlandés se ha mostrado receloso a solicitar la ayuda por temor a dar una imagen de impotencia que le perjudique en las elecciones el próximo 25 de noviembre.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, insistió ayer en que "la situación de Irlanda es muy, muy seria y no hay tiempo que perder". Rehn precisó que "el programa de ayuda establecerá condiciones fiscales y económicas". Irlanda precisa fondos para devolver los depósitos a los clientes de sus bancos en crisis que tendrá que reestructurar o liquidar directamente. Una de las condiciones que exigirán la UE y el FMI es la presentación de un programa de ajuste que implicará una subida de impuestos. En Bruselas ya sentó muy mal la decisión unilateral de Dublín de garantizar el 100% de los depósitos bancarios al principio de la crisis en septiembre de 2008, poco después del derrumbe del banco estadounidense Lehman Brothers, una medida que ha vuelto a garantizar hoy Lenihan.
Un sistema fiscal ventajoso
El ventajoso sistema fiscal irlandés constituye otro foco de malestar permanente entre los socios comunitarios, especialmente por el bajo tipo en el impuesto de sociedades, del 12,5%, menos de la mitad de la media europea. La indignación por este sistema de auténtico dumping fiscal deriva sobre todo del trato a las multinacionales extranjeras en Irlanda, prácticamente exentas de este impuesto.
El ministro de Finanzas se puso ayer la venda antes de la herida al rechazar la idea de que su país pueda ser obligado a aumentar el impuesto de sociedades, que ha servido de principal atractivo para el aterrizaje de miles de compañías extranjeras. "Evidentemente nuestro impuesto de sociedades", señaló Lenihan, "no está amenazado, porque está en el campo de la fiscalidad preservado por los Tratados Europeos". "Es una cuestión que no se plantea, porque es algo fundamental para nuestras perspectivas de crecimiento", añadió.
Programa de ajuste
Bruselas está pendiente del programa de ajuste de 15.000 millones de euros para los próximos cuatro años que Irlanda debe presentar antes de finales de mes. El rescate podría rondar los 100.000 millones de euros. Según Rehn, el programa de ayuda será acordado con el FMI y las autoridades irlandesas y "estará centrado en la reestructuración del sector bancario". El ministro belga admitió que estaba convencido de que "será difícil para el BCE ir más lejos en el mantenimiento en términos de aportaciones de liquidez para los bancos de ciertos Estados miembros, y quizá de entrada en Irlanda". De hecho, el presidente del instituto emisor, Jean Claude Trichet, ha advertido hoy en referencia a la situación de los bancos irlandeses de que no pueden acostumbrarse a buscar la financiación fácil que ofrece el BCE, ya que tarde o temprano se va a acabar.
Aunque la UE dispone ya de dos fondos de rescate del 60.000 y 440.000 millones, respectivamente, la distribución del esfuerzo entre países empieza a crear disensiones en la UE. El ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, manifestó ayer que "la financiación del mecanismo de crisis debería estar basado en el nivel de deuda de cada país, más que en función de su producto interior bruto" que es como opera ahora.
El ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, ha reconocido finalmente que el saneamiento de su banca pasa ineludiblemente por "alguna forma de ayuda externa" en relación al futuro . "Tenemos que reconducir los problemas de nuestra banca, no podemos continuar sin un sistema bancario funcional" ha manifestado durante una entrevista en la radio RTE. Poco antes, Lenihan concretó que su Ejecutivo aceptaría la creación de un "fondo de contingencia" para la banca nacional tras la visita a Dublín de la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). Con motivo de estas conversaciones, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha aclarado, en declaraciones recogidas por un comunicado del Gobierno, que "no se trata de una pérdida de soberanía de Irlanda".
Las declaraciones que ha realizado el ministro de Finanzas suponen un paso definitivo para activar el mecanismo de emergencia y el signo más claro hasta el momento de que acabarán pidiendo la puesta en marcha de un plan de rescate sobre el que ya están trabajando las partes implicadas. Además, según confirmó ayer Bruselas, no le saldrá gratis a Dublín.
Según ha adelantado hoy el Banco de Irlanda, que al igual que Bruselas da por hecho que el país acabará solicitando formalmente la ayuda en una semana o dos como máximo, pasan por una inyección de "decenas de miles de millones" para garantizar la supervivencia de sus bancos, ya nacionalizados. Su gobernador, Patrick Honohan, ha apuntado que este dinero, prestado con un interés del 5% idéntico al que paga Grecia, podría usarse como un "fondo de contingencia" con el que mostrar al mercado que no hay problemas de liquidez, aunque esos fondos no se utilicen.
En los mercados, por su parte, los inversores están dando un segundo día de tregua a los bonos emitidos por Dublín, así como al resto de países con riesgo de contagio como Portugal, que en su caso acumula tres días de mejora. También se están recuperando las Bolsas, que en Europa están aumentando las ganancias de ayer.
Pendiente de las elecciones
A lo largo del Consejo de ministros de Economía de los Veintisiete celebrado ayer en Bruselas se redoblaron las sugerencias, mensajes y recomendaciones para que Dublín solicite cuanto antes la ayuda para no contaminar a otros países, especialmente a Portugal, y evitar que el retraso encarezca su factura. "Creo que no se llegará a salir de esta situación sin tener una ayuda europea", indicó ayer Didier Reynders, ministro de Finanzas de Bélgica, que ostenta la presidencia de turno de la Unión. El Gobierno irlandés se ha mostrado receloso a solicitar la ayuda por temor a dar una imagen de impotencia que le perjudique en las elecciones el próximo 25 de noviembre.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, insistió ayer en que "la situación de Irlanda es muy, muy seria y no hay tiempo que perder". Rehn precisó que "el programa de ayuda establecerá condiciones fiscales y económicas". Irlanda precisa fondos para devolver los depósitos a los clientes de sus bancos en crisis que tendrá que reestructurar o liquidar directamente. Una de las condiciones que exigirán la UE y el FMI es la presentación de un programa de ajuste que implicará una subida de impuestos. En Bruselas ya sentó muy mal la decisión unilateral de Dublín de garantizar el 100% de los depósitos bancarios al principio de la crisis en septiembre de 2008, poco después del derrumbe del banco estadounidense Lehman Brothers, una medida que ha vuelto a garantizar hoy Lenihan.
Un sistema fiscal ventajoso
El ventajoso sistema fiscal irlandés constituye otro foco de malestar permanente entre los socios comunitarios, especialmente por el bajo tipo en el impuesto de sociedades, del 12,5%, menos de la mitad de la media europea. La indignación por este sistema de auténtico dumping fiscal deriva sobre todo del trato a las multinacionales extranjeras en Irlanda, prácticamente exentas de este impuesto.
El ministro de Finanzas se puso ayer la venda antes de la herida al rechazar la idea de que su país pueda ser obligado a aumentar el impuesto de sociedades, que ha servido de principal atractivo para el aterrizaje de miles de compañías extranjeras. "Evidentemente nuestro impuesto de sociedades", señaló Lenihan, "no está amenazado, porque está en el campo de la fiscalidad preservado por los Tratados Europeos". "Es una cuestión que no se plantea, porque es algo fundamental para nuestras perspectivas de crecimiento", añadió.
Programa de ajuste
Bruselas está pendiente del programa de ajuste de 15.000 millones de euros para los próximos cuatro años que Irlanda debe presentar antes de finales de mes. El rescate podría rondar los 100.000 millones de euros. Según Rehn, el programa de ayuda será acordado con el FMI y las autoridades irlandesas y "estará centrado en la reestructuración del sector bancario". El ministro belga admitió que estaba convencido de que "será difícil para el BCE ir más lejos en el mantenimiento en términos de aportaciones de liquidez para los bancos de ciertos Estados miembros, y quizá de entrada en Irlanda". De hecho, el presidente del instituto emisor, Jean Claude Trichet, ha advertido hoy en referencia a la situación de los bancos irlandeses de que no pueden acostumbrarse a buscar la financiación fácil que ofrece el BCE, ya que tarde o temprano se va a acabar.
Aunque la UE dispone ya de dos fondos de rescate del 60.000 y 440.000 millones, respectivamente, la distribución del esfuerzo entre países empieza a crear disensiones en la UE. El ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, manifestó ayer que "la financiación del mecanismo de crisis debería estar basado en el nivel de deuda de cada país, más que en función de su producto interior bruto" que es como opera ahora.