Ferrari no ha estado a la altura de la exigencia

Abu Dhabi, Agencias
En Ferrari han realizado un esfuerzo titánico durante toda la temporada para mantener a Alonso en la lucha por el título hasta la carrera final de ayer, pero que también ha sido necesario por una serie de errores en la gestión de la escudería que ha supuesto la cesión de muchos puntos a sus rivales.

Dejando al margen algunos problemas de fiabilidad (como la avería del motor del F10 ya en la tercera carrera en Malaisia), Domenicali y sus ingenieros han cometido algunos errores estratégicos, además de demostrar nulo peso específico ante la Dirección de Carrera para defender sus intereses en situaciones de conflicto.

Un ejemplo clamoroso de esta realidad se produjo en el GP de Gran Bretaña, cuando Fernando Alonso fue sancionado por no devolverle la posición a Robert Kubica tras acortar por una escapatoria; tuvieron dudas al ejecutar la orden de los comisarios de dejarse adelantar y el polaco se retiró, lo que le costó al español un paso por el pit lane y acabar 14º.

Tampoco en Valencia la influencia de la Scuderia sirvió para que una sanción a Hamilton, por adelantar al safety car, se ejecutara en tiempo y forma, lo que permitió al británico cumplir su penalización, volver a la pista y ganar la carrera.

Pero, sin duda, el episodio más vergonzoso protagonizado por Ferrari durante la recién finalizada temporada fue el pésimo manejo de la estrategia de sus pilotos en el GP de Alemania. En el trazado de Hockenheim acertaron al apostar por una victoria del asturiano, que era más rápido en esos momentos con claridad y tenía más opciones en el Mundial, pero lo hicieron con tanta incompetencia al solicitar a Felipe Massa que cediera el liderato que quedaron en evidencia: fueron investigados y multados por la FIA.