España da prioridad a su relación con Marruecos ante la crisis del Sáhara
Madrid, El País
Marruecos es un "socio clave" y las relaciones entre España y este país del Magreb son "sólidas" y prioritarias. Siempre con esta premisa en mente, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha llevado hoy a cabo un ejercicio de equilibrismo respecto a uno de los vínculos bilaterales más delicados para la diplomacia española. Dejó entrever reproches al desmantelamiento del campamento de saharauis el pasado lunes en el Sáhara Occidental -"es verdad que se ha producido una crisis grave en El Aaiún", dijo- pero eludió toda condena explícita al Gobierno marroquí por el desenlace de una protesta que ha provocado al menos una veintena de muertes, entre ellos un saharaui con nacionalidad española. El conflicto promete seguir candente. El próximo martes visitará Madrid el ministro del Interior marroquí para devolver la reciente visita del ministro Alfredo Pérez Rubalcaba tras los altercados en Ceuta y Melilla.
Jiménez lamentó "profundamente" la pérdida de vidas humanas, se solidarizó con las víctimas, envió un llamamiento a la "contención", y proclamó "el compromiso del Gobierno español en la defensa de los derechos humanos". Pero respecto a la crisis desatada en El Aaiún, capital del Sáhara occidental, Marruecos no debe albergar demasiado temor a reacciones diplomáticas contundentes. La responsable de la diplomacia española, al igual que hizo el presidente José Luis Rodríguez Zapatero la víspera, hizo especial hincapié en la importancia estratégica del vínculo Madrid-Rabat y en los intereses de España. "Es una relación esencial que debemos preservar por razones de seguridad, de combate contra el terrorismo, de control de los flujos de inmigración y del narcotráfico, y por las relaciones comerciales y económicas", afirmó Jiménez.
En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la jefa de la diplomacia española aseguró que "hasta el momento hay cierta confusión sobre el alcance de los acontecimientos tanto en un lado como en el otro". A la pregunta de por qué no condena el Gobierno español lo sucedido en el campamento de Agdaym Izik, Jiménez respondió: "Para condenar habría que tener un conocimiento muy concreto" de lo sucedido. También se escudó en la necesidad de tener cautela. "No queremos apresurarnos. Ningún Gobierno lo ha condenado, ninguno". Tan solo se mostró más contundente a la hora de reclamar al Ejecutivo marroquí que esclarezca "urgentemente las circunstancias de la muerte" de un ciudadano español -Babi Hamday Buyema- durante los disturbios. La ministra añadió que se está a la espera de que algún organismo internacional elabore algún informe que esclarezca lo ocurrido a comienzos de semana en el campamento montado a 15 kilómetros de la capital saharaui.
Todos los indicios apuntan a que ese esclarecimiento puede hacerse esperar. El bloqueo informativo es casi total y a organizaciones de derechos humanos que trabajan en el Sáhara se les ha prohibido el acceso a la zona de los disturbios. "Hemos reiterado al Gobierno marroquí la solicitud de que se deje trabajar a los periodistas. Lamentamos la expulsión de los periodistas de la Cadena SER y pedimos que se restituya la acreditación al corresponsal de Abc", dijo Jiménez. Hasta el momento, sus demandas caen en saco roto. "España tiene una visión diferente a la de Marruecos en cuanto a la libertad de expresión y la postura ante los medios de comunicación", concluyó la ministra.
Un "tema de Estado", según Zapatero
El hermano del español fallecido, Lehmad Hamday Buyema, ha pedido esta mañana desde Alicante que Marruecos abra "una investigación a fondo" para que se conozca "toda la verdad" sobre la muerte de su familiar, y se determine "si alguien ordenó el asesinato". Hamday Buyema ha explicado que su hermano viajaba el lunes en autobús hacia su trabajo, motivo por el que se había trasladado desde Murcia hasta El Aaiún -tras haber residido en Petrer (Alicante)-, y la Policía pidió a los ocupantes que bajaran del vehículo, aunque solo lo hizo él, que era el único saharaui. "A los dos segundos, un coche de la Policía le pasa por encima a 130 kilómetros por hora, da marcha atrás y le vuelve a pasar por encima", ha explicado el hombre, que conoció lo sucedido a través de un contacto saharaui. El hermano del fallecido ha asegurado que si el Estado español garantiza su seguridad, viajará a El Aaiún para hacerse cargo del cuerpo y enterrarle en esta zona, donde también reposan los restos de su madre.
Horas antes, José Luis Rodríguez Zapatero ha señalado desde Seúl que la respuesta que ha dado el Gobierno a la crisis es "la responsable, la sensata y la prudente para la solución del conflicto y también para los intereses de España", informan Miguel González y Alejandro Bolaños. "Los intereses de España es lo que el Gobierno tiene que poner por delante. [Pero también] es la respuesta más apropiada para la resolución del conflicto y, en consecuencia, para el pueblo saharaui", ha insistido, cuando se le ha preguntado por qué España no ha condenado el recurso a la fuerza por parte de las autoridades marroquíes. Poco antes, había expresado su "profunda preocupación" por los "graves hechos" que se han producido en la ex colonia española, pero subrayando que la relación con Marruecos es "prioritaria para España", un "tema de Estado", frente al que apeló a la responsabilidad del PP.
La prioridad, ha subrayado, es que tengan éxito las conversaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario, reanudadas esta semana, y que "se ponga el mayor esfuerzo" en que la investigación abierta por la Fiscalía marroquí aclare unos hechos sobre los que aún solo se tiene información incompleta y contradictoria. Lo que sí se mostró dispuesto es a dar una "respuesta social", con ayuda de carácter bilateral y de la UE, a los problemas de la población saharaui que están en el origen de la protesta.
Zapatero ha asegurado que el Gobierno está haciendo "permanentes gestiones" para garantizar el derecho a la información de los periodistas, ante la detención de tres enviados especiales de la cadena SER y el veto impuesto a la totalidad de los medios de comunicación españoles. Fuentes gubernamentales indican que Rabat estudia permitir el acceso al Sáhara de un periodista español, para "equilibrar" la presencia de uno francés (una enviada especial de Le Monde). Respecto a la visita a Argelia del ex ministro Miguel Ángel Moratinos, ha indicado que no está relacionada con la crisis del Sáhara sino con la preparación de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo prevista para el próximo día 21 en Barcelona, aunque se da casi por seguro que no se va a celebrar, y se ha mostrado sorprendido de que pueda interpretarse como una desautorización de su sucesora al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez.
Marruecos es un "socio clave" y las relaciones entre España y este país del Magreb son "sólidas" y prioritarias. Siempre con esta premisa en mente, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha llevado hoy a cabo un ejercicio de equilibrismo respecto a uno de los vínculos bilaterales más delicados para la diplomacia española. Dejó entrever reproches al desmantelamiento del campamento de saharauis el pasado lunes en el Sáhara Occidental -"es verdad que se ha producido una crisis grave en El Aaiún", dijo- pero eludió toda condena explícita al Gobierno marroquí por el desenlace de una protesta que ha provocado al menos una veintena de muertes, entre ellos un saharaui con nacionalidad española. El conflicto promete seguir candente. El próximo martes visitará Madrid el ministro del Interior marroquí para devolver la reciente visita del ministro Alfredo Pérez Rubalcaba tras los altercados en Ceuta y Melilla.
Jiménez lamentó "profundamente" la pérdida de vidas humanas, se solidarizó con las víctimas, envió un llamamiento a la "contención", y proclamó "el compromiso del Gobierno español en la defensa de los derechos humanos". Pero respecto a la crisis desatada en El Aaiún, capital del Sáhara occidental, Marruecos no debe albergar demasiado temor a reacciones diplomáticas contundentes. La responsable de la diplomacia española, al igual que hizo el presidente José Luis Rodríguez Zapatero la víspera, hizo especial hincapié en la importancia estratégica del vínculo Madrid-Rabat y en los intereses de España. "Es una relación esencial que debemos preservar por razones de seguridad, de combate contra el terrorismo, de control de los flujos de inmigración y del narcotráfico, y por las relaciones comerciales y económicas", afirmó Jiménez.
En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la jefa de la diplomacia española aseguró que "hasta el momento hay cierta confusión sobre el alcance de los acontecimientos tanto en un lado como en el otro". A la pregunta de por qué no condena el Gobierno español lo sucedido en el campamento de Agdaym Izik, Jiménez respondió: "Para condenar habría que tener un conocimiento muy concreto" de lo sucedido. También se escudó en la necesidad de tener cautela. "No queremos apresurarnos. Ningún Gobierno lo ha condenado, ninguno". Tan solo se mostró más contundente a la hora de reclamar al Ejecutivo marroquí que esclarezca "urgentemente las circunstancias de la muerte" de un ciudadano español -Babi Hamday Buyema- durante los disturbios. La ministra añadió que se está a la espera de que algún organismo internacional elabore algún informe que esclarezca lo ocurrido a comienzos de semana en el campamento montado a 15 kilómetros de la capital saharaui.
Todos los indicios apuntan a que ese esclarecimiento puede hacerse esperar. El bloqueo informativo es casi total y a organizaciones de derechos humanos que trabajan en el Sáhara se les ha prohibido el acceso a la zona de los disturbios. "Hemos reiterado al Gobierno marroquí la solicitud de que se deje trabajar a los periodistas. Lamentamos la expulsión de los periodistas de la Cadena SER y pedimos que se restituya la acreditación al corresponsal de Abc", dijo Jiménez. Hasta el momento, sus demandas caen en saco roto. "España tiene una visión diferente a la de Marruecos en cuanto a la libertad de expresión y la postura ante los medios de comunicación", concluyó la ministra.
Un "tema de Estado", según Zapatero
El hermano del español fallecido, Lehmad Hamday Buyema, ha pedido esta mañana desde Alicante que Marruecos abra "una investigación a fondo" para que se conozca "toda la verdad" sobre la muerte de su familiar, y se determine "si alguien ordenó el asesinato". Hamday Buyema ha explicado que su hermano viajaba el lunes en autobús hacia su trabajo, motivo por el que se había trasladado desde Murcia hasta El Aaiún -tras haber residido en Petrer (Alicante)-, y la Policía pidió a los ocupantes que bajaran del vehículo, aunque solo lo hizo él, que era el único saharaui. "A los dos segundos, un coche de la Policía le pasa por encima a 130 kilómetros por hora, da marcha atrás y le vuelve a pasar por encima", ha explicado el hombre, que conoció lo sucedido a través de un contacto saharaui. El hermano del fallecido ha asegurado que si el Estado español garantiza su seguridad, viajará a El Aaiún para hacerse cargo del cuerpo y enterrarle en esta zona, donde también reposan los restos de su madre.
Horas antes, José Luis Rodríguez Zapatero ha señalado desde Seúl que la respuesta que ha dado el Gobierno a la crisis es "la responsable, la sensata y la prudente para la solución del conflicto y también para los intereses de España", informan Miguel González y Alejandro Bolaños. "Los intereses de España es lo que el Gobierno tiene que poner por delante. [Pero también] es la respuesta más apropiada para la resolución del conflicto y, en consecuencia, para el pueblo saharaui", ha insistido, cuando se le ha preguntado por qué España no ha condenado el recurso a la fuerza por parte de las autoridades marroquíes. Poco antes, había expresado su "profunda preocupación" por los "graves hechos" que se han producido en la ex colonia española, pero subrayando que la relación con Marruecos es "prioritaria para España", un "tema de Estado", frente al que apeló a la responsabilidad del PP.
La prioridad, ha subrayado, es que tengan éxito las conversaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario, reanudadas esta semana, y que "se ponga el mayor esfuerzo" en que la investigación abierta por la Fiscalía marroquí aclare unos hechos sobre los que aún solo se tiene información incompleta y contradictoria. Lo que sí se mostró dispuesto es a dar una "respuesta social", con ayuda de carácter bilateral y de la UE, a los problemas de la población saharaui que están en el origen de la protesta.
Zapatero ha asegurado que el Gobierno está haciendo "permanentes gestiones" para garantizar el derecho a la información de los periodistas, ante la detención de tres enviados especiales de la cadena SER y el veto impuesto a la totalidad de los medios de comunicación españoles. Fuentes gubernamentales indican que Rabat estudia permitir el acceso al Sáhara de un periodista español, para "equilibrar" la presencia de uno francés (una enviada especial de Le Monde). Respecto a la visita a Argelia del ex ministro Miguel Ángel Moratinos, ha indicado que no está relacionada con la crisis del Sáhara sino con la preparación de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo prevista para el próximo día 21 en Barcelona, aunque se da casi por seguro que no se va a celebrar, y se ha mostrado sorprendido de que pueda interpretarse como una desautorización de su sucesora al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez.