El presidente de Honduras no asistirá a la XX Cumbre Iberoamericana en Argentina

Tegucigalpa, Agencias
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, no asistirá a la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el 3 y 4 de diciembre en Mar del Plata (Argentina), informó hoy a Efe una fuente oficial.

"El presidente Lobo ha confirmado que no asistirá a la cumbre porque algunos países de América del Sur no reconocen su Gobierno", indicó a Efe el portavoz de la Presidencia, Bladimir Baca.

Uno de los países suramericanos que no reconoce al gobierno que preside Lobo, que asumió el poder el 27 de enero pasado, es precisamente Argentina, anfitrión de la XX Cumbre Iberoamericana, que este año centrará sus deliberaciones en la "Educación para la inclusión social".

Baca indicó que no podía confirmar, ni desmentir, si Lobo ha recibido invitación para asistir a la cumbre de Argentina, y que "lo único que se puede confirmar es que el presidente no asistirá para no ser ningún obstáculo para el desarrollo normal del evento".

La mayoría de los países suramericanos no reconoce al nuevo Gobierno de Honduras en represalia por el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, quien desde el 27 de enero pasado reside en República Dominicana, tras un salvoconducto que le extendió Lobo el mismo día que asumió el poder.

A finales de octubre pasado el presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió que si Lobo asistía a la Cumbre Iberoamericana él no participaría porque el gobernante hondureño es continuación del golpe de Estado de 2009.

Honduras tampoco participó en la XIX Cumbre Iberoamericana que se celebró en noviembre de 2009 en Portugal, porque su presidente era el de facto Roberto Micheletti, a quien la mayor parte de la comunidad internacional no reconoció.

Con Lobo en el poder, Honduras ha restablecido relaciones diplomáticas y consulares con más de un centenar de países, según el canciller de la nación centroamericana, Mario Canahuati.

No obstante, Honduras sigue suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA), por decisión del foro continental el 4 de julio de 2009, una semana después del golpe de Estado a Zelaya.