El Barcelona proclama la bipolaridad en la Liga española
Barcelona, As
La bipolaridad futbolística fue descubierta la pasada temporada, cuando el Barcelona y el Real Madrid aventajaron, respectivamente, en 28 y 25 puntos al tercer clasificado. Lejos de poner en cuarentena la competición para aislar al virus, el "sistema" parecía haber seguido engordando la enfermedad... Se buscaban antes del partido datos y estadísticas de lo más supersticiosas que pudieran contrarrestar la temidad bipolaridad. Como que el Villarreal era el equipo que más puntos había arrancado del Nou Camp en las tres últimas campañas o que el equipo de Garrido había hecho el segundo mejor arranque de su historia en Primera.
Guardiola tuvo que alinear de inicio a Abidal de central, debido a las bajas de Piqué por sanción y Milito por lesión, pero su estilo de juego permaneció inmutable, como se pudo ver desde el primer minuto de juego. El encuentro comenzó con gran intensidad por parte de ambos equipos, aunque era el Barça quien monopolizaba la posesión hasta límites casi enfermizos a través de jugadas de purísima factura, aprendidas sin duda en otro planeta. Por tanto, el Barcelona comenzó como casi siempre, dominando, dando pases precisos y abriendo el terreno de juego por ambas bandas, para disfrute de Villa, descolgado por la izquierda, y sobre todo de Alves. Fue precisamente el brasileño quien en el minuto 13 se internó por la derecha para dar un preciso centro a Messi, quien remató picado pero encontró una espléndida reacción de Diego López.
El Villarreal contaba especialmente con dos anticuerpos para combatir la temida bipolaridad: Rossi y Nilmar, que entre ambos sumaban 13 goles. Su primer manifiesto se produjo en el minuto 20: pase de Rossi, desde la banda izquierda, y remate de Nilmar. Sin embargo, apenas un minuto después, el recuperado Villa aprovechó una asociación rápida entre Xavi e Iniesta para anotar el primer tanto de la noche tras superar el mano a mano con Diego López. Las estadísticas del Villarreal se desplomaron.
El minuto 25 marcó el devenir de la primera mitad. Delgado Ferreiro anuló por fuera de juego inexistente un gol legal de Pedro. La jugada llevaba el clásico sello de la perfección, osea un pase de Xavi. Cuando el Barcelona todavía estaba protestando la jugada, el Villarreal ejecutó un gran contragolpe que terminó con un golazo del brasileño Nilmar, prodigio de cambios de ritmo y de dirección.
En el último cuarto de hora de la primera mitad, el ambiente futbolístico se enrareció: El Camp Nou sacó los pañuelos para quejarse del grave error del árbitro en el fuera de juego, y el Villarreal lo aprovechó para irle comiendo posesión al Barça.
El comienzo de la segunda parte supuso un soplo de aire fresco para el Villarreal. El partido se abrió, el Barcelona dominaba menos, pasaba menos... pero todo era un sueño en el que el equipo blaugrana había sumido a los de Garrido. Si bien es cierto que el Submarino Amarillo mantenía la intesidad y estaba realizando un encuentro más que digno, con una presión fuerte a lo largo de todo el terreno de juego, no contaba con que Leo Messi apenas había aparecido. Hasta el momento. En el minuto 58 se produjo una de esas jugadas perfectas, de las que sólo el Barcelona es capaz de realizar. Messi y Pedro decidieron realizar una serie de precisas combinaciones dentro del área pequeña de Diego López que acabaron con la definición del maestro Messi. Bienvenida, bipolaridad.
Tras el tanto, el Villarreal no rompió el buen guión que Garrido había escrito; más bien siguió intentando jugar de tú a tú al Barcelona, como queriendo negarse a que la Liga fuera cosa de dos. Esta fase de transición fue rota por una dura entrada por detrás de Maxwell a Borja Valero en el minuto 68. El brasileño se ganó la amarilla, pero el Villarreal pedía la roja, ya que el centrocampista del Submarino se habría quedado sólo delante de Valdés, que dicho sea de paso, no tuvo excesivo trabajo durante el partido.
En los últimos minutos, el Barcelona decidió que era el momento de practicar el fútbol-control, pases y más pases, combinaciones de todos los colores y para todos los gustos... y casi sin darse cuenta, el Villarreal se sentía acorralado, con la penosa amenaza de que en cualquier momento podía llegar el tercero. Y así fue. Xavi inició la jugada en la medular, abrió para Pedro, que centró al área, donde estaba Messi, derroche de calidad y de estadística goleadora. Ya está a sólo dos goles de Cristiano Ronaldo. Eso sí, con la permisidad de un desacertado Delgado Ferreiro, que no vio la clara posición ilegal del futbolista azulgrana.
Pudo anotar el Barcelona incluso algún gol más ante un Villarreal que demostró ser un dignísimo rival y un merecido tercer clasificado en la Liga, un poquito más bipolar si cabe esta noche, en la que los de Guardiola dormirán como líderes.
Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Abidal, Maxwell (Adriano, min.85); Sergio Busquets, Xavi (Mascherano, min.89), Iniesta; Pedro, Messi y Villa (Keita, min.71).
Villarreal: Diego López; Ángel, Musacchio, Marchena, Capdevila; Bruno, Borja Valero (Jefferson Montero, min.77) Cazorla; Cani (Senna, min.70), Nilmar y Rossi (Rubén, min.84).
Goles: 1-0, min.21: Villa. 1-1, min.27: Nílmar. 2-1, min.58: Messi. 3-1, min.83: Messi.
Árbitro: Delgado Ferreiro, del comité vasco. Mostró cartulina amarilla a Abidal (min.36), Borja Valero (min.45+), Puyol (min.67), Ángel (min.74) y Senna (min.90+).
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou 80.766 espectadores, según datos oficiales. En el palco de honor estuvieron los reyes de Jordania.