Continúa el goteo de información de Wikileaks y la página dice que habrá más
Washington, Agencias
Los diarios que accedieron a los documentos diplomáticos estadounidenses filtrados por la web Wikileaks publicaron hoy información adicional sobre temas como el golpe de Estado en Honduras, el distanciamiento entre China y Corea del Norte y las dudas de EE.UU. sobre líderes de países como Argentina.
Al tiempo, la web aseguró que el goteo de información, que mereció hoy la condena categórica de Washington, continuará.
Wikileaks ha puesto a Estados Unidos en medio de una gran controversia al dar a conocer notas diplomáticas, la gran mayoría confidenciales y de contenido sensible, que desvelaron en muchos casos opiniones poco favorables de otros mandatarios internacionales,
"Creo que veremos nuevas publicaciones mañana y publicaciones graduales durante los próximos días y semanas e incluso posiblemente meses", dijo al diario The Wall Street Journal el portavoz de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson.
Cinco medios de EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Alemania y España tuvieron acceso a 250.000 cables diplomáticos estadounidenses, parte de los cuales aparecen ya en la página de WikiLeaks.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, no ocultó hoy su frustración al calificar la filtración de "ilegal" y afirmar que se trata de un ataque no sólo a la diplomacia de su país, sino a la comunidad internacional.
Sin embargo, las duras palabras de Clinton no han frenado la publicación de nuevos y embarazosos detalles sobre la diplomacia estadounidense, que han causado un revuelo en las principales capitales del mundo.
Así, el diario El País, uno de los que accedió a los documentos y que adelantó el domingo que el Departamento de Estado de EE.UU. había pedido a finales de 2009 a su embajada en Buenos Aires información sobre la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández, ofrece hoy más detalles sobre la naturaleza de la consulta.
En concreto, el Departamento de Estado preguntó si Fernández "toma alguna medicación" y cómo dividía el trabajo con su antecesor en la Presidencia y esposo fallecido recientemente, Néstor Kirchner.
"¿Toma alguna medicación? ¿En qué circunstancias controla mejor el estrés? ¿Cómo le afectan las emociones en su proceso de toma de decisiones y cómo baja la tensión cuando está angustiada?" son algunas de las cuestiones formuladas.
A esa información, se suma el análisis de los 3.602 documentos emitidos desde el 2004 por la embajada de EE.UU. en España.
Los mensajes analizados por El País atribuyen la llegada al poder del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero en el 2004 a la mala gestión del Partido Popular (PP) de los atentados que tuvieron lugar el 11 de marzo de ese año en la capital española, poco antes de las elecciones en el país.
Los cables califican las pretensiones de Zapatero como propias de una izquierda "trasnochada y romántica" y califican al líder español de político cortoplacista que supedita los intereses comunes al cálculo electoral.
Los documentos revelan también las presiones realizadas por EE.UU. sobre personas con poder de decisión en España sobre temas conflictivos como la retirada de las tropas de Irak o los vínculos con Cuba y Venezuela.
Por su parte el diario francés Le Monde menciona un cable de agosto del 2009 en el que se asegura que el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, tiene cáncer terminal.
El documento cita a un empresario no iraní con base en Asia Central que viajaba con frecuencia a Teherán y que asegura que Khamenei tiene leucemia terminal.
Entre los despachos está también uno fechado el 24 de julio del 2009 en Tegucigalpa, en el que se dice que el derrocamiento de Manuel Zelaya en junio de 2009 fue "ilegal" y se insiste en que el mandatario fue víctima de una conspiración del Ejército, la Corte Suprema y el Congreso.
Zelaya reaccionó de inmediato al afirmar en un comunicado desde la República Dominicana, donde vive, que el mensaje "implica y responsabiliza a EE.UU." por lo sucedido por su decisión de respaldar a los "delincuentes" pese a conocer "el delito".
Además, hoy también salieron a la luz detalles adicionales sobre el tira y afloja diplomático de EE.UU. para cerrar la cárcel de Guantánamo y la creciente disposición de China a una reunificación de Corea y su distanciamiento con el líder norcoreano, Kim Jong-Il.
La avalancha informativa revela también que el Departamento de Estado de EE.UU. veía "dos discursos" en la política antiterrorista de Brasil, al acusar "a presuntos terroristas" de cargos de "narcotráfico" para evitar la "atención de la prensa", según nuevos documentos difundidos en la página web Wikileaks.
"La Policía Federal brasileña detiene a menudo a individuos con vínculos con terrorismo, pero los acusa de una variedad de delitos no relacionados con el terrorismo para evitar llamar la atención de la prensa", según un cable del entonces embajador en Brasilia, Clifford Sobel, en enero de 2008.
Revelaciones como estas han puesto en un apuro sin precedentes a la diplomacia estadounidense que prometió hoy perseguir a los responsables de la filtración.
Esto, sin embargo, parece no disuadir a Wikileaks, que calificó de "exagerada" la reacción de Washington.
Los diarios que accedieron a los documentos diplomáticos estadounidenses filtrados por la web Wikileaks publicaron hoy información adicional sobre temas como el golpe de Estado en Honduras, el distanciamiento entre China y Corea del Norte y las dudas de EE.UU. sobre líderes de países como Argentina.
Al tiempo, la web aseguró que el goteo de información, que mereció hoy la condena categórica de Washington, continuará.
Wikileaks ha puesto a Estados Unidos en medio de una gran controversia al dar a conocer notas diplomáticas, la gran mayoría confidenciales y de contenido sensible, que desvelaron en muchos casos opiniones poco favorables de otros mandatarios internacionales,
"Creo que veremos nuevas publicaciones mañana y publicaciones graduales durante los próximos días y semanas e incluso posiblemente meses", dijo al diario The Wall Street Journal el portavoz de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson.
Cinco medios de EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Alemania y España tuvieron acceso a 250.000 cables diplomáticos estadounidenses, parte de los cuales aparecen ya en la página de WikiLeaks.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, no ocultó hoy su frustración al calificar la filtración de "ilegal" y afirmar que se trata de un ataque no sólo a la diplomacia de su país, sino a la comunidad internacional.
Sin embargo, las duras palabras de Clinton no han frenado la publicación de nuevos y embarazosos detalles sobre la diplomacia estadounidense, que han causado un revuelo en las principales capitales del mundo.
Así, el diario El País, uno de los que accedió a los documentos y que adelantó el domingo que el Departamento de Estado de EE.UU. había pedido a finales de 2009 a su embajada en Buenos Aires información sobre la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández, ofrece hoy más detalles sobre la naturaleza de la consulta.
En concreto, el Departamento de Estado preguntó si Fernández "toma alguna medicación" y cómo dividía el trabajo con su antecesor en la Presidencia y esposo fallecido recientemente, Néstor Kirchner.
"¿Toma alguna medicación? ¿En qué circunstancias controla mejor el estrés? ¿Cómo le afectan las emociones en su proceso de toma de decisiones y cómo baja la tensión cuando está angustiada?" son algunas de las cuestiones formuladas.
A esa información, se suma el análisis de los 3.602 documentos emitidos desde el 2004 por la embajada de EE.UU. en España.
Los mensajes analizados por El País atribuyen la llegada al poder del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero en el 2004 a la mala gestión del Partido Popular (PP) de los atentados que tuvieron lugar el 11 de marzo de ese año en la capital española, poco antes de las elecciones en el país.
Los cables califican las pretensiones de Zapatero como propias de una izquierda "trasnochada y romántica" y califican al líder español de político cortoplacista que supedita los intereses comunes al cálculo electoral.
Los documentos revelan también las presiones realizadas por EE.UU. sobre personas con poder de decisión en España sobre temas conflictivos como la retirada de las tropas de Irak o los vínculos con Cuba y Venezuela.
Por su parte el diario francés Le Monde menciona un cable de agosto del 2009 en el que se asegura que el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, tiene cáncer terminal.
El documento cita a un empresario no iraní con base en Asia Central que viajaba con frecuencia a Teherán y que asegura que Khamenei tiene leucemia terminal.
Entre los despachos está también uno fechado el 24 de julio del 2009 en Tegucigalpa, en el que se dice que el derrocamiento de Manuel Zelaya en junio de 2009 fue "ilegal" y se insiste en que el mandatario fue víctima de una conspiración del Ejército, la Corte Suprema y el Congreso.
Zelaya reaccionó de inmediato al afirmar en un comunicado desde la República Dominicana, donde vive, que el mensaje "implica y responsabiliza a EE.UU." por lo sucedido por su decisión de respaldar a los "delincuentes" pese a conocer "el delito".
Además, hoy también salieron a la luz detalles adicionales sobre el tira y afloja diplomático de EE.UU. para cerrar la cárcel de Guantánamo y la creciente disposición de China a una reunificación de Corea y su distanciamiento con el líder norcoreano, Kim Jong-Il.
La avalancha informativa revela también que el Departamento de Estado de EE.UU. veía "dos discursos" en la política antiterrorista de Brasil, al acusar "a presuntos terroristas" de cargos de "narcotráfico" para evitar la "atención de la prensa", según nuevos documentos difundidos en la página web Wikileaks.
"La Policía Federal brasileña detiene a menudo a individuos con vínculos con terrorismo, pero los acusa de una variedad de delitos no relacionados con el terrorismo para evitar llamar la atención de la prensa", según un cable del entonces embajador en Brasilia, Clifford Sobel, en enero de 2008.
Revelaciones como estas han puesto en un apuro sin precedentes a la diplomacia estadounidense que prometió hoy perseguir a los responsables de la filtración.
Esto, sin embargo, parece no disuadir a Wikileaks, que calificó de "exagerada" la reacción de Washington.