Abatido a tiros Tony Tormenta, jefe del cartel del Golfo
México, El País
Fueron necesarias seis horas de intenso tiroteo y la vida de dos infantes de Marina, pero finalmente cayó Tony Tormenta. Ese era el nombre de guerra de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, hermano del mítico Osiel Cárdenas, a quien sustituyó -tras su captura en 2003?en la jefatura del cártel del Golfo, uno de los más poderosos de México. Durante la refriega, que obligó a cerrar tres de los cuatro puentes que conectan Matamoros (en el este del país) con Texas, también fueron abatidos otros tres malhechores.
La importancia de un capo se mide por el monto de su recompensa. Y la DEA (la agencia antidrogas norteamericana) ofrecía nada más y nada menos que cinco millones de dólares a quien suministrase cualquier información que condujese a su detención. Desde 2008, Estados Unidos acusaba a Tony Tormenta de introducir en su territorio varias toneladas de cocaína y marihuana por el corredor Matamoros-Brownsville. Antonio Ezequiel Cárdenas tenía 48 años y, además de por Tony Tormenta, también se le conocía por los sobrenombres de Marcos Ledezma y El licenciado.
Tras el arresto de su hermano Osiel -actualmente preso en Estados Unidos-, Tony Tormenta tuvo que reafirmarse como jefe del cartel del Golfo a tiro limpio. Su más duro rival fue José Eduardo Costilla, apodado El Coss, uno de los líderes del sanguinario cartel de Los Zetas. Según Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno de Felipe Calderón para asuntos de seguridad, la eliminación de Tony Tormenta fue posible gracias a una labor previa de los servicios de inteligencia mexicanos. "El Gobierno de la República", añadió Poiré, "expresa su reconocimiento a los efectivos de las Fuerzas Armadas. Se ha dado un paso significativo en la desarticulación de las bandas criminales que tanto daño hacen a la población civil". La guerra contra el crimen organizado emprendida en México por el presidente Felipe Calderón ya se ha cobrado la vida de 10.000 personas en lo que va de año.
Fueron necesarias seis horas de intenso tiroteo y la vida de dos infantes de Marina, pero finalmente cayó Tony Tormenta. Ese era el nombre de guerra de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, hermano del mítico Osiel Cárdenas, a quien sustituyó -tras su captura en 2003?en la jefatura del cártel del Golfo, uno de los más poderosos de México. Durante la refriega, que obligó a cerrar tres de los cuatro puentes que conectan Matamoros (en el este del país) con Texas, también fueron abatidos otros tres malhechores.
La importancia de un capo se mide por el monto de su recompensa. Y la DEA (la agencia antidrogas norteamericana) ofrecía nada más y nada menos que cinco millones de dólares a quien suministrase cualquier información que condujese a su detención. Desde 2008, Estados Unidos acusaba a Tony Tormenta de introducir en su territorio varias toneladas de cocaína y marihuana por el corredor Matamoros-Brownsville. Antonio Ezequiel Cárdenas tenía 48 años y, además de por Tony Tormenta, también se le conocía por los sobrenombres de Marcos Ledezma y El licenciado.
Tras el arresto de su hermano Osiel -actualmente preso en Estados Unidos-, Tony Tormenta tuvo que reafirmarse como jefe del cartel del Golfo a tiro limpio. Su más duro rival fue José Eduardo Costilla, apodado El Coss, uno de los líderes del sanguinario cartel de Los Zetas. Según Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno de Felipe Calderón para asuntos de seguridad, la eliminación de Tony Tormenta fue posible gracias a una labor previa de los servicios de inteligencia mexicanos. "El Gobierno de la República", añadió Poiré, "expresa su reconocimiento a los efectivos de las Fuerzas Armadas. Se ha dado un paso significativo en la desarticulación de las bandas criminales que tanto daño hacen a la población civil". La guerra contra el crimen organizado emprendida en México por el presidente Felipe Calderón ya se ha cobrado la vida de 10.000 personas en lo que va de año.