Obama sale a la captura del voto joven
Washington, El País
A pocos días de la llegada a los quioscos del último número de la revista Rolling Stone con una larga entrevista en portada con Barack Obama, la Casa Blanca anuncia la aparición del presidente la próxima semana en un programa especial de la cadena musical MTV. El jueves pasado, Obama precedió al famoso cantante de rap B.o.B en el escenario de un concierto organizado por jóvenes demócratas en Washington. Todo eso, 10 días después de un mitin ante 26.000 estudiantes en el campus de la Universidad de Wisconsin y como preludio de otros actos del presidente previstos en esta campaña electoral especialmente destinados a los jóvenes.
El Partido Demócrata ha llegado a la conclusión de que los votantes entre los 18 y los 30 años pueden ser su salvación en las elecciones legislativas de noviembre, y que nadie mejor que Barack Obama, cuya presidencia se debe en gran parte a la ola de entusiasmo juvenil que aupó su candidatura, para intentar recuperar parte de aquellas emociones.
"El voto joven puede ser la diferencia entre una catástrofe y un éxito similar al de 2006 o 2008", ha declarado a la página web The Daily Beast Jim Messina, subjefe de Gabinete de Obama, que acaba de cruzar él mismo la frontera de los 40 años.
El Partido Demócrata ha puesto en marcha una sección juvenil denominada Gen44 (Generación 44, el orden que ocupa Obama en la lista de presidentes de Estados Unidos) con el objetivo de movilizar a ese segmento del electorado, ha lanzado aplicaciones para iPhone y iPad a fin de que los ciudadanos puedan registrarse para votar de una manera sencilla y pretende sumar a la campaña electoral artistas y figuras públicas que conecten más fácilmente con los jóvenes. Se espera que la concentración convocada en Washington para el último fin de semana de este mes por los humoristas John Stewart y Stephen Colbert sea un perfecto final de esta campaña.
Los demócratas tienen algunas razones para el optimismo. Obama sigue siendo el político favorito de los jóvenes, con un 57% de apoyo entre ese sector, según una encuesta reciente de Gallup. En cierto sentido, esto es una batalla generacional, ya que solo el 38% de los mayores de 60 años respalda al presidente. Los jóvenes se identifican mejor con la gestión demócrata: aplauden el final de la guerra en Irak, quieren poner un límite a la de Afganistán y son más sensibles a los beneficios de la reforma sanitaria de lo que son sus mayores.
El principal problema es que, pasada la moda del Yes, we can, no resulta fácil llevar a los jóvenes a las urnas a unas elecciones legislativas que, tradicionalmente, no despiertan entre el público el mismo interés que las presidenciales. Según una encuesta de NBC-Wall Street Journal, solo el 35% de los consultados con menos de 30 años manifiesta cierto entusiasmo por la jornada del 2 de noviembre.
La responsabilidad de atraer a ese electorado depende fundamentalmente de los propios políticos, según advierte Heather Smith, presidenta de la organización Rock the Vote, dedicada a la promoción del voto juvenil. "Los candidatos tienen que invertir en los jóvenes e incluir sus preocupaciones en sus programas", aconseja.
Hasta ahora, la gestión de esta Administración se ha centrado en asuntos económicos, como el plan de estímulo o la reforma financiera, que no son el principal interés de los jóvenes. No se han producido mejoras en el desempleo juvenil ni se han abordado temas como la reforma energética, el cambio climático o los derechos homosexuales, que preocupan más a ese sector de la población.
Ello ha provocado un distanciamiento de los jóvenes con Obama, no para acercarse a los republicanos pero sí para regresar al escepticismo. Según una encuesta hecha por Rock the Vote el mes pasado, un 34% de los jóvenes prefiere una mayoría demócrata en el Congreso frente a un 28% que desea el control de los republicanos. Pero el grupo dominante era el del 36%, al que le da lo mismo una cosa que la otra.
A esos son a los que se dirigió especialmente Obama el 30 de septiembre en un discurso en Washington ante Gen44 en el que advirtió: "El mayor error que podríamos cometer es el de que la impaciencia o la frustración nos condujeran a la apatía y la indiferencia".
Si el presidente obtiene respuesta positiva a ese discurso, la diferencia puede ser notable. Si los demócratas consiguen elevar la participación de los votantes jóvenes del 30% al 40% -misión titánica-, eso puede representar la victoria de candidatos demócratas en muchas de las circunscripciones en las que la situación es todavía incierta. Hay que tener en cuenta que estas son elecciones de carácter local o estatal y que muchas se resolverán por márgenes de pocos cientos de votos.
A pocos días de la llegada a los quioscos del último número de la revista Rolling Stone con una larga entrevista en portada con Barack Obama, la Casa Blanca anuncia la aparición del presidente la próxima semana en un programa especial de la cadena musical MTV. El jueves pasado, Obama precedió al famoso cantante de rap B.o.B en el escenario de un concierto organizado por jóvenes demócratas en Washington. Todo eso, 10 días después de un mitin ante 26.000 estudiantes en el campus de la Universidad de Wisconsin y como preludio de otros actos del presidente previstos en esta campaña electoral especialmente destinados a los jóvenes.
El Partido Demócrata ha llegado a la conclusión de que los votantes entre los 18 y los 30 años pueden ser su salvación en las elecciones legislativas de noviembre, y que nadie mejor que Barack Obama, cuya presidencia se debe en gran parte a la ola de entusiasmo juvenil que aupó su candidatura, para intentar recuperar parte de aquellas emociones.
"El voto joven puede ser la diferencia entre una catástrofe y un éxito similar al de 2006 o 2008", ha declarado a la página web The Daily Beast Jim Messina, subjefe de Gabinete de Obama, que acaba de cruzar él mismo la frontera de los 40 años.
El Partido Demócrata ha puesto en marcha una sección juvenil denominada Gen44 (Generación 44, el orden que ocupa Obama en la lista de presidentes de Estados Unidos) con el objetivo de movilizar a ese segmento del electorado, ha lanzado aplicaciones para iPhone y iPad a fin de que los ciudadanos puedan registrarse para votar de una manera sencilla y pretende sumar a la campaña electoral artistas y figuras públicas que conecten más fácilmente con los jóvenes. Se espera que la concentración convocada en Washington para el último fin de semana de este mes por los humoristas John Stewart y Stephen Colbert sea un perfecto final de esta campaña.
Los demócratas tienen algunas razones para el optimismo. Obama sigue siendo el político favorito de los jóvenes, con un 57% de apoyo entre ese sector, según una encuesta reciente de Gallup. En cierto sentido, esto es una batalla generacional, ya que solo el 38% de los mayores de 60 años respalda al presidente. Los jóvenes se identifican mejor con la gestión demócrata: aplauden el final de la guerra en Irak, quieren poner un límite a la de Afganistán y son más sensibles a los beneficios de la reforma sanitaria de lo que son sus mayores.
El principal problema es que, pasada la moda del Yes, we can, no resulta fácil llevar a los jóvenes a las urnas a unas elecciones legislativas que, tradicionalmente, no despiertan entre el público el mismo interés que las presidenciales. Según una encuesta de NBC-Wall Street Journal, solo el 35% de los consultados con menos de 30 años manifiesta cierto entusiasmo por la jornada del 2 de noviembre.
La responsabilidad de atraer a ese electorado depende fundamentalmente de los propios políticos, según advierte Heather Smith, presidenta de la organización Rock the Vote, dedicada a la promoción del voto juvenil. "Los candidatos tienen que invertir en los jóvenes e incluir sus preocupaciones en sus programas", aconseja.
Hasta ahora, la gestión de esta Administración se ha centrado en asuntos económicos, como el plan de estímulo o la reforma financiera, que no son el principal interés de los jóvenes. No se han producido mejoras en el desempleo juvenil ni se han abordado temas como la reforma energética, el cambio climático o los derechos homosexuales, que preocupan más a ese sector de la población.
Ello ha provocado un distanciamiento de los jóvenes con Obama, no para acercarse a los republicanos pero sí para regresar al escepticismo. Según una encuesta hecha por Rock the Vote el mes pasado, un 34% de los jóvenes prefiere una mayoría demócrata en el Congreso frente a un 28% que desea el control de los republicanos. Pero el grupo dominante era el del 36%, al que le da lo mismo una cosa que la otra.
A esos son a los que se dirigió especialmente Obama el 30 de septiembre en un discurso en Washington ante Gen44 en el que advirtió: "El mayor error que podríamos cometer es el de que la impaciencia o la frustración nos condujeran a la apatía y la indiferencia".
Si el presidente obtiene respuesta positiva a ese discurso, la diferencia puede ser notable. Si los demócratas consiguen elevar la participación de los votantes jóvenes del 30% al 40% -misión titánica-, eso puede representar la victoria de candidatos demócratas en muchas de las circunscripciones en las que la situación es todavía incierta. Hay que tener en cuenta que estas son elecciones de carácter local o estatal y que muchas se resolverán por márgenes de pocos cientos de votos.