Netanyahu aprueba la ampliación de dos asentamientos en Jerusalén Este
Tel Aviv, El País
La construcción en los asentamientos israelíes continúa su curso aparentemente ajena a los vaivenes diplomáticos en Oriente Próximo. El Ministerio de Vivienda ha anunciado que sacará a concurso la construcción de 238 viviendas en dos colonias en Jerusalén Este, la parte árabe de la ciudad. Se trata de la primera licitación de este tipo desde el pasado marzo, cuando una iniciativa similar provocó airadas críticas de la Administración estadounidense. El nuevo anuncio torpedea unas negociaciones entre palestinos e israelíes que se encuentran en punto muerto. "Estamos decepcionados. Esa decisión es contraria a nuestros esfuerzos para relanzar las negociaciones directas", declaró el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley.
La reacción palestina fue inmediata. "[El primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu, ha elegido su opción: asentamientos en lugar de paz", estimó el jefe negociador palestino, Saeb Erekat. "Licitando en territorio ocupado palestino, Netanyahu ha demostrado por qué no hay negociaciones en este momento... Su Gobierno ha decidido frustrar cualquier posibilidad de reanudar las negociaciones directas", añadió.
Las llamadas conversaciones directas entre palestinos e israelíes que auspicia Washington encallaron tras el fin de la moratoria israelí a finales de septiembre. La moratoria pretendía frenar durante 10 meses la construcción en las colonias. Poco después, la Liga Árabe suspendió las negociaciones por considerar que la construcción israelí en territorio palestino impide cualquier avance en el proceso de paz. Concedieron los ministros árabes un mes a la Casa Blanca -tiempo suficiente para llegar a las elecciones estadounidenses del 2 de noviembre- para convencer a Israel de que amplíe la moratoria. Netanyahu corrió a deshacerse de la pelota que se había colado en su tejado y exigió a los palestinos el reconocimiento de Israel como Estado judío -una condición que sabía que no iba a ser aceptada- a cambio de alargar el cese de la construcción en los asentamientos. Yaser Abed Rabbo, negociador palestino, le dijo que de acuerdo, pero que a cambio Israel debía aceptar la creación de un Estado palestino en las fronteras previas a 1967. A órdagos andaban las partes cuando ayer se conoció el anuncio de la nueva licitación.
A pesar de que la moratoria ha expirado y de que técnicamente no incluye los asentamientos en Jerusalén Este, cualquier noticia relacionada con la expansión de la presencia israelí en territorio ocupado resulta suficiente para acabar de rematar el comatoso proceso de paz. En los últimos meses, Israel ha optado por una moratoria de facto en la ciudad. Medio millón de colonos viven en los territorios palestinos; cerca de la mitad de ellos en Jerusalén Este. La gran mayoría de los israelíes no considera asentamientos las viviendas en las que unos 250.000 israelíes viven en la parte árabe de la ciudad. Para la legislación internacional son colonias en toda regla, y por tanto ilegales.
Mientras Netanyahu decide si acceder a la petición estadounidense de extender la moratoria dos meses más a cambio de más equipamiento militar, los palestinos barruntan opciones para el supuesto de que el proceso de paz colapse por completo. Ayer, el ministro de Exteriores egipcio, Ahmed Abul Gheit, se refirió a alguna de esas opciones en Bruselas: "Ir a Naciones Unidas y pedir el reconocimiento del Estado palestino en las fronteras de 1967".
La construcción en los asentamientos israelíes continúa su curso aparentemente ajena a los vaivenes diplomáticos en Oriente Próximo. El Ministerio de Vivienda ha anunciado que sacará a concurso la construcción de 238 viviendas en dos colonias en Jerusalén Este, la parte árabe de la ciudad. Se trata de la primera licitación de este tipo desde el pasado marzo, cuando una iniciativa similar provocó airadas críticas de la Administración estadounidense. El nuevo anuncio torpedea unas negociaciones entre palestinos e israelíes que se encuentran en punto muerto. "Estamos decepcionados. Esa decisión es contraria a nuestros esfuerzos para relanzar las negociaciones directas", declaró el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley.
La reacción palestina fue inmediata. "[El primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu, ha elegido su opción: asentamientos en lugar de paz", estimó el jefe negociador palestino, Saeb Erekat. "Licitando en territorio ocupado palestino, Netanyahu ha demostrado por qué no hay negociaciones en este momento... Su Gobierno ha decidido frustrar cualquier posibilidad de reanudar las negociaciones directas", añadió.
Las llamadas conversaciones directas entre palestinos e israelíes que auspicia Washington encallaron tras el fin de la moratoria israelí a finales de septiembre. La moratoria pretendía frenar durante 10 meses la construcción en las colonias. Poco después, la Liga Árabe suspendió las negociaciones por considerar que la construcción israelí en territorio palestino impide cualquier avance en el proceso de paz. Concedieron los ministros árabes un mes a la Casa Blanca -tiempo suficiente para llegar a las elecciones estadounidenses del 2 de noviembre- para convencer a Israel de que amplíe la moratoria. Netanyahu corrió a deshacerse de la pelota que se había colado en su tejado y exigió a los palestinos el reconocimiento de Israel como Estado judío -una condición que sabía que no iba a ser aceptada- a cambio de alargar el cese de la construcción en los asentamientos. Yaser Abed Rabbo, negociador palestino, le dijo que de acuerdo, pero que a cambio Israel debía aceptar la creación de un Estado palestino en las fronteras previas a 1967. A órdagos andaban las partes cuando ayer se conoció el anuncio de la nueva licitación.
A pesar de que la moratoria ha expirado y de que técnicamente no incluye los asentamientos en Jerusalén Este, cualquier noticia relacionada con la expansión de la presencia israelí en territorio ocupado resulta suficiente para acabar de rematar el comatoso proceso de paz. En los últimos meses, Israel ha optado por una moratoria de facto en la ciudad. Medio millón de colonos viven en los territorios palestinos; cerca de la mitad de ellos en Jerusalén Este. La gran mayoría de los israelíes no considera asentamientos las viviendas en las que unos 250.000 israelíes viven en la parte árabe de la ciudad. Para la legislación internacional son colonias en toda regla, y por tanto ilegales.
Mientras Netanyahu decide si acceder a la petición estadounidense de extender la moratoria dos meses más a cambio de más equipamiento militar, los palestinos barruntan opciones para el supuesto de que el proceso de paz colapse por completo. Ayer, el ministro de Exteriores egipcio, Ahmed Abul Gheit, se refirió a alguna de esas opciones en Bruselas: "Ir a Naciones Unidas y pedir el reconocimiento del Estado palestino en las fronteras de 1967".