Messi no vale nada
Madrid, El País
Cristiano Ronaldo tiene un valor contable de 95 millones de euros. Vale, ni más ni menos, los millones que Florentino Pérez le pagó a los dueños del Manchester United por su ficha; Messi no vale nada. Cristiano Ronaldo está incluido en la lista de los mejores jugadores del mundo, de la que saldrá el nuevo Balón de Oro, pero no es candidato a quedar entre los primeros, un premio que a Messi le gustaría ganar por segundo año consecutivo, pero que, asegura, se lo merecen antes Xavi e Iniesta que presentan un balance inaudito: Liga, campeón del mundo de clubes y campeón del mundo de selecciones nacionales. Xavi e Iniesta tampoco valen un euro; eso dice al menos la auditoría de gestión (due diligence) encargada por el consejo directivo del club azulgrana.
"No se ha comprado a nadie, no se ha pagado nada por ellos; por consiguiente, su valor contable es cero", admite Xavier Faus, vicepresidente económico del Barcelona. La duda es lícita: ¿tiene precio el Camp Nou? "Sí", responde el directivo que presentó a la asamblea de socios los resultados del ejercicio económico de la pasada temporada, que contemplan unas pérdidas de 79 millones de euros, y que los compromisarios aprobaron por una gran mayoría. "Se pagó por los terrenos y se pagó por la obra. Es cuantificable, distinto al caso de los futbolistas", aclara Faus.
La cláusula de rescisión de Messi es de 250 millones de euros; la de Iniesta, 200; seguramente, ningún club del mundo pagaría esa cantidad, pero aceptando la mitad por un hipotético traspaso, el ex presidente Joan Laporta se hubiera ahorrado muchos problemas. "Cualquier dinero recibido por el traspaso de un jugador formado en la cantera se incluiría como beneficio en su totalidad", explica Faus.
El Barcelona, según recoge la memoria fiscal, destina 20 millones de euros anuales al funcionamiento de La Masia, su escuela formativa, a los que hay que sumar la amortización de la ciudad deportiva Joan Gamper. El club no contempla la idea de repartir los costes de formación entre los futbolistas para darles así un valor contable.
Esa fórmula la utilizó Josep Lluis Núñez, según explicó el auditor Josep Maria Gay en una conferencia. El presidente del Barcelona desde 1978 a 2000, incluyó una valoración personalizada de los jugadores procedentes de la cantera en los balances que presentó a la asamblea en sus últimos años de mandato. El valor contable siempre fue cero, pero pudo ponerle precio de mercado a cada jugador tras encargar un estudio a una empresa especializada, un valor que se incluyó como anexo al balance. Hizo algo más: mandó tasar el solar sobre el que se levanta el Camp Nou con lo que multiplicó el valor patrimonial del estadio del FC Barcelona. En 1953, cuando se puso la primera piedra del Camp Nou, el presupuesto fue de 67 millones de pesetas; en 1957, al término de las obras, el club se había gastado 288 millones de pesetas, consecuencia de las anomalías imprevistas del subsuelo. Hoy no tiene precio. Como Messi, vale tanto que no vale nada.
Cristiano Ronaldo tiene un valor contable de 95 millones de euros. Vale, ni más ni menos, los millones que Florentino Pérez le pagó a los dueños del Manchester United por su ficha; Messi no vale nada. Cristiano Ronaldo está incluido en la lista de los mejores jugadores del mundo, de la que saldrá el nuevo Balón de Oro, pero no es candidato a quedar entre los primeros, un premio que a Messi le gustaría ganar por segundo año consecutivo, pero que, asegura, se lo merecen antes Xavi e Iniesta que presentan un balance inaudito: Liga, campeón del mundo de clubes y campeón del mundo de selecciones nacionales. Xavi e Iniesta tampoco valen un euro; eso dice al menos la auditoría de gestión (due diligence) encargada por el consejo directivo del club azulgrana.
"No se ha comprado a nadie, no se ha pagado nada por ellos; por consiguiente, su valor contable es cero", admite Xavier Faus, vicepresidente económico del Barcelona. La duda es lícita: ¿tiene precio el Camp Nou? "Sí", responde el directivo que presentó a la asamblea de socios los resultados del ejercicio económico de la pasada temporada, que contemplan unas pérdidas de 79 millones de euros, y que los compromisarios aprobaron por una gran mayoría. "Se pagó por los terrenos y se pagó por la obra. Es cuantificable, distinto al caso de los futbolistas", aclara Faus.
La cláusula de rescisión de Messi es de 250 millones de euros; la de Iniesta, 200; seguramente, ningún club del mundo pagaría esa cantidad, pero aceptando la mitad por un hipotético traspaso, el ex presidente Joan Laporta se hubiera ahorrado muchos problemas. "Cualquier dinero recibido por el traspaso de un jugador formado en la cantera se incluiría como beneficio en su totalidad", explica Faus.
El Barcelona, según recoge la memoria fiscal, destina 20 millones de euros anuales al funcionamiento de La Masia, su escuela formativa, a los que hay que sumar la amortización de la ciudad deportiva Joan Gamper. El club no contempla la idea de repartir los costes de formación entre los futbolistas para darles así un valor contable.
Esa fórmula la utilizó Josep Lluis Núñez, según explicó el auditor Josep Maria Gay en una conferencia. El presidente del Barcelona desde 1978 a 2000, incluyó una valoración personalizada de los jugadores procedentes de la cantera en los balances que presentó a la asamblea en sus últimos años de mandato. El valor contable siempre fue cero, pero pudo ponerle precio de mercado a cada jugador tras encargar un estudio a una empresa especializada, un valor que se incluyó como anexo al balance. Hizo algo más: mandó tasar el solar sobre el que se levanta el Camp Nou con lo que multiplicó el valor patrimonial del estadio del FC Barcelona. En 1953, cuando se puso la primera piedra del Camp Nou, el presupuesto fue de 67 millones de pesetas; en 1957, al término de las obras, el club se había gastado 288 millones de pesetas, consecuencia de las anomalías imprevistas del subsuelo. Hoy no tiene precio. Como Messi, vale tanto que no vale nada.