Londres califica de "regalo" para los terroristas la filtración de Wikileaks
Londres, Agencias
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, manifestó hoy que la filtración por parte de la página web Wikileaks de 400.000 documentos estadounidenses clasificados en relación con la guerra de Irak es "un regalo de propaganda" para los terroristas que actúan en ese país.
Preguntado en una comparecencia parlamentaria por su opinión acerca de la filtración, Hague contestó: "no hay lugar en nuestra política para el maltrato de detenidos. Hemos sido muy claros sobre esto como gobierno".
"Pero, desde luego, que condeno la publicación no autorizada de información que puede poner en peligro a nuestras fuerzas, que puede poner en peligro a la gente que ha trabajado con nuestras fuerzas, y que es propaganda sesgada, un regalo de propaganda para la insurgencia", argumentó el titular de Exteriores.
"Por lo tanto, condeno esas filtraciones. Son nuestras fuerzas las que están comprometidas sobre todo en la protección de la población civil en Afganistán, a menudo teniendo que asumir bajas por el trabajo que hacen para proteger a esa población", indicó.
Hague recalcó que "la gente que atenta indiscriminadamente contra los civiles y a la que no le importa si sus artefactos explosivos dañan a mujeres, niños y otras personas, son los insurgentes y los terroristas".
Los documentos filtrados por Wikileaks también ponen en cuestión la actuación de las tropas británicas en al menos una docena de ocasiones, en las que se produjeron abusos de los detenidos.
El pasado fin de semana, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, consideró "extraordinariamente graves" las revelaciones sobre supuestos asesinatos, torturas y malos tratos en Irak y se mostró partidario de una investigación a fondo de lo ocurrido.
"Podemos lamentar la forma en que se produjeron las filtraciones, pero creo que las acusaciones son muy graves. Su lectura resulta estremecedora", declaró Clegg en una entrevista con la BBC.
Respecto a si debería investigarse el papel de las tropas británicas, el líder liberaldemócrata, que cuando estaba en la oposición se opuso a la guerra, respondió: "todo lo que parezca indicar que se violaron las reglas básicas de la guerra o que se condenó de alguna forma la tortura es muy grave y debe examinarse".
Sus comentarios contrastaron con un comunicado publicado horas antes por el ministerio británico de Defensa en el que se condenó la publicación "no autorizada de documentos secretos".
Los cerca de 400.000 documentos publicados el sábado en su portal de internet por Wikileaks indican que los jefes militares estadounidenses decidieron hacer la vista gorda ante las torturas y los malos tratos infligidos a prisioneros iraquíes por las fuerzas de seguridad de ese país durante la ocupación aliada.
Los documentos muestran también que cientos de civiles inocentes fueron tiroteados y muertos por militares estadounidenses cerca de los puestos de control después de la invasión del país, en marzo de 2003.
También revelaron que los norteamericanos llevaban un registro detallado de las muertes de civiles pese a haberlo negado públicamente antes el Pentágono.
Wikileaks cifró en 109.000 el número total de muertos en Irak, 66.081 de los cuales eran civiles.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, manifestó hoy que la filtración por parte de la página web Wikileaks de 400.000 documentos estadounidenses clasificados en relación con la guerra de Irak es "un regalo de propaganda" para los terroristas que actúan en ese país.
Preguntado en una comparecencia parlamentaria por su opinión acerca de la filtración, Hague contestó: "no hay lugar en nuestra política para el maltrato de detenidos. Hemos sido muy claros sobre esto como gobierno".
"Pero, desde luego, que condeno la publicación no autorizada de información que puede poner en peligro a nuestras fuerzas, que puede poner en peligro a la gente que ha trabajado con nuestras fuerzas, y que es propaganda sesgada, un regalo de propaganda para la insurgencia", argumentó el titular de Exteriores.
"Por lo tanto, condeno esas filtraciones. Son nuestras fuerzas las que están comprometidas sobre todo en la protección de la población civil en Afganistán, a menudo teniendo que asumir bajas por el trabajo que hacen para proteger a esa población", indicó.
Hague recalcó que "la gente que atenta indiscriminadamente contra los civiles y a la que no le importa si sus artefactos explosivos dañan a mujeres, niños y otras personas, son los insurgentes y los terroristas".
Los documentos filtrados por Wikileaks también ponen en cuestión la actuación de las tropas británicas en al menos una docena de ocasiones, en las que se produjeron abusos de los detenidos.
El pasado fin de semana, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, consideró "extraordinariamente graves" las revelaciones sobre supuestos asesinatos, torturas y malos tratos en Irak y se mostró partidario de una investigación a fondo de lo ocurrido.
"Podemos lamentar la forma en que se produjeron las filtraciones, pero creo que las acusaciones son muy graves. Su lectura resulta estremecedora", declaró Clegg en una entrevista con la BBC.
Respecto a si debería investigarse el papel de las tropas británicas, el líder liberaldemócrata, que cuando estaba en la oposición se opuso a la guerra, respondió: "todo lo que parezca indicar que se violaron las reglas básicas de la guerra o que se condenó de alguna forma la tortura es muy grave y debe examinarse".
Sus comentarios contrastaron con un comunicado publicado horas antes por el ministerio británico de Defensa en el que se condenó la publicación "no autorizada de documentos secretos".
Los cerca de 400.000 documentos publicados el sábado en su portal de internet por Wikileaks indican que los jefes militares estadounidenses decidieron hacer la vista gorda ante las torturas y los malos tratos infligidos a prisioneros iraquíes por las fuerzas de seguridad de ese país durante la ocupación aliada.
Los documentos muestran también que cientos de civiles inocentes fueron tiroteados y muertos por militares estadounidenses cerca de los puestos de control después de la invasión del país, en marzo de 2003.
También revelaron que los norteamericanos llevaban un registro detallado de las muertes de civiles pese a haberlo negado públicamente antes el Pentágono.
Wikileaks cifró en 109.000 el número total de muertos en Irak, 66.081 de los cuales eran civiles.