La revolución de la basura
La guerrilla prosigue hoy en la zona del Vesubio.- Miles de vecinos chocan con la policía por la apertura de un nuevo vertedero
Roma, El País
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha fijado una reunión de urgencia para hoy viernes con varios ministros para resolver la situación que vive en estos momentos la provincia de Nápoles, en el sur del país, donde se suceden las protestas por la instalación de un nuevo vertedero que han derivado en disturbios y actos de vandalismo.
Miles de habitantes de Terzigno y Boscoreale, dos pueblos situados en la falda del Vesubio, a 20 kilómetros de Nápoles, han pasado la noche del miércoles y el jueves combatiendo con las fuerzas del orden. La población, desesperada porque el único vertedero activo de la provincia está situado a 500 metros de sus casas, intenta evitar cada noche desde hace semanas que los camiones descarguen más inmundicia.
La gota de basura que ha colmado el vaso
El comité ciudadano lleva meses exigiendo el cierre del basurero, enclavado en el Parque Nacional del Vesubio, pero esta semana el Gobierno ha respondido anunciando la apertura de un nuevo colector muy cerca del actual. Y eso ha forjado lo que ya se conoce aquí como la Intifada del Vesubio o la Revuelta de las madres volcánicas, por la participación de muchas mujeres en la protesta.
Del vertedero de Terzigno depende en este momento todo el ciclo de recogida de la provincia de Nápoles, pues es el único activo. Los otros 18 están llenos. Como consecuencia de los problemas en el Vesubio, las calles del centro de la capital están otra vez inundadas de inmundicia, y la alcaldesa, Rosa Russo Iervolino, ha pedido ayuda urgente a Roma.
La basura es un sector dominado desde hace al menos dos décadas por la Camorra, la mafia local, cuyas empresas controlan especialmente el transporte de residuos, legales e ilegales.
Durante la noche del miércoles, otra más de tensión junto al volcán, 200 policías han cargado contra un par de miles de vecinos que trataban de evitar la llegada de los camiones. Ha habido dos detenidos, varios contusionados, duros choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes, miedo, lágrimas y carreras. A lo largo del jueves la situación se ha agravado y por la tarde los manifestantes han quemado cinco camiones en la localidad de Boscoreale y han tirado piedras, cócteles molotov y otros objetos contra la Policía y los camiones que se dirigen a la zona.
El alcalde de Terzigno ha declarado que si no se soluciona la situación, estará él también junto con sus conciudadanos "en las calles" y ha pedido al Gobierno italiano que "mantenga sus promesas". Los vecinos se quejan del mal olor y de los posibles riesgos para su salud que pueden generar los residuos tóxicos del centro de Terzigno, un vertedero que, según las autoridades, es necesario para tratar las montañas de basura que se producen en Nápoles cada día.
"Ha sido la enésima noche pasada al frío, entre miasmas nauseabundas y cargas policiales", escribía el jueves en su blog Vesubio en Lucha Angelo Genovese, profesor de universidad y uno de los líderes del comité vecinal.
Dimisión del alcalde
Las autoridades policiales, que han acusado a los vecinos de organizar una "guerrilla", mostraban ayer jueves su "amargura" por tener que usar la violencia contra los ciudadanos. Genovese, el profesor universitario, explica: "La protesta en los municipios vesubianos no está dirigida por la Camorra. Somos gente normal (funcionarios, amas de casa, niños y ancianos), personas exasperadas que luchan por sobrevivir, por un nuevo derecho a la salud y un nuevo plan de gestión de la basura. Todas las instituciones (locales, regionales, estatales) son cómplices de este crimen medioambiental que dura desde hace décadas".
Roma, El País
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha fijado una reunión de urgencia para hoy viernes con varios ministros para resolver la situación que vive en estos momentos la provincia de Nápoles, en el sur del país, donde se suceden las protestas por la instalación de un nuevo vertedero que han derivado en disturbios y actos de vandalismo.
Miles de habitantes de Terzigno y Boscoreale, dos pueblos situados en la falda del Vesubio, a 20 kilómetros de Nápoles, han pasado la noche del miércoles y el jueves combatiendo con las fuerzas del orden. La población, desesperada porque el único vertedero activo de la provincia está situado a 500 metros de sus casas, intenta evitar cada noche desde hace semanas que los camiones descarguen más inmundicia.
La gota de basura que ha colmado el vaso
El comité ciudadano lleva meses exigiendo el cierre del basurero, enclavado en el Parque Nacional del Vesubio, pero esta semana el Gobierno ha respondido anunciando la apertura de un nuevo colector muy cerca del actual. Y eso ha forjado lo que ya se conoce aquí como la Intifada del Vesubio o la Revuelta de las madres volcánicas, por la participación de muchas mujeres en la protesta.
Del vertedero de Terzigno depende en este momento todo el ciclo de recogida de la provincia de Nápoles, pues es el único activo. Los otros 18 están llenos. Como consecuencia de los problemas en el Vesubio, las calles del centro de la capital están otra vez inundadas de inmundicia, y la alcaldesa, Rosa Russo Iervolino, ha pedido ayuda urgente a Roma.
La basura es un sector dominado desde hace al menos dos décadas por la Camorra, la mafia local, cuyas empresas controlan especialmente el transporte de residuos, legales e ilegales.
Durante la noche del miércoles, otra más de tensión junto al volcán, 200 policías han cargado contra un par de miles de vecinos que trataban de evitar la llegada de los camiones. Ha habido dos detenidos, varios contusionados, duros choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes, miedo, lágrimas y carreras. A lo largo del jueves la situación se ha agravado y por la tarde los manifestantes han quemado cinco camiones en la localidad de Boscoreale y han tirado piedras, cócteles molotov y otros objetos contra la Policía y los camiones que se dirigen a la zona.
El alcalde de Terzigno ha declarado que si no se soluciona la situación, estará él también junto con sus conciudadanos "en las calles" y ha pedido al Gobierno italiano que "mantenga sus promesas". Los vecinos se quejan del mal olor y de los posibles riesgos para su salud que pueden generar los residuos tóxicos del centro de Terzigno, un vertedero que, según las autoridades, es necesario para tratar las montañas de basura que se producen en Nápoles cada día.
"Ha sido la enésima noche pasada al frío, entre miasmas nauseabundas y cargas policiales", escribía el jueves en su blog Vesubio en Lucha Angelo Genovese, profesor de universidad y uno de los líderes del comité vecinal.
Dimisión del alcalde
Las autoridades policiales, que han acusado a los vecinos de organizar una "guerrilla", mostraban ayer jueves su "amargura" por tener que usar la violencia contra los ciudadanos. Genovese, el profesor universitario, explica: "La protesta en los municipios vesubianos no está dirigida por la Camorra. Somos gente normal (funcionarios, amas de casa, niños y ancianos), personas exasperadas que luchan por sobrevivir, por un nuevo derecho a la salud y un nuevo plan de gestión de la basura. Todas las instituciones (locales, regionales, estatales) son cómplices de este crimen medioambiental que dura desde hace décadas".