La matanza de trece jóvenes en una fiesta enluta de nuevo a Ciudad Juárez
México, Agencias
La matanza la noche de este viernes de trece jóvenes que asistían a una fiesta en la norteña Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México, enlutó hoy a esa localidad en la que las estrategias de seguridad de las autoridades no parecen tener un efecto sobre los niveles de violencia.
Más de 30 jóvenes se encontraban disfrutando de una fiesta en dos viviendas contiguas en el barrio Horizontes del Sur, cuando un grupo armado llegó al lugar a bordo de dos vehículos, entraron en las viviendas y dispararon "indiscriminadamente" en contra de todos los presentes, según la versión de la fiscalía local del estado de Chihuahua, donde se ubica Ciudad Juárez.
La mayor parte de los adolescentes, siete hombres y seis mujeres, murieron en el lugar de los hechos, aunque unos dos fallecieron cuando recibían atención médica, y quince más (14 hombres y una mujer) resultaron heridos, al menos siete de ellos de gravedad, por lo que podría aumentar la cifra de fallecidos.
Sólo siete de las víctimas mortales han sido identificadas, cuyas edades oscilan entre los 16 y los 25 años, lo que confirma la juventud de la masacre.
Un menor de 9 años se cuenta entre los lesionados, que en su totalidad fueron trasladados a la Clínica 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Los sicarios dispararon al menos 70 veces, según el número de casquillos calibre 7.62 X 39 mm y .223 encontrados por los forenses y peritos de la fiscalía en las viviendas.
El Gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Gobernación (Segob), expresó hoy en un comunicado "su más enérgica condena" al ataque contra los jóvenes y extendió "sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas".
El presidente mexicano, Felipe Calderón, instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal) a que colabore "en el desarrollo de las diligencias e investigaciones con la Procuraduría General de Justicia del estado para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia", destaca la nota.
Por su parte, la Oficina federal de Atención a Víctimas del delito "establecerá contacto con los familiares de las víctimas y los heridos para ofrecerles servicios de atención médica, psicológica y jurídica", concluye la nota.
De momento las autoridades desconocen los posibles móviles del crimen y los probables responsables, aunque fuentes de la Policía Municipal dijeron hoy a Efe que se podría tratar de otro ajuste de cuentas.
El homicidio múltiple se suma a los más de 2.300 asesinatos, con un promedio de unos 9 muertos diarios, que han ocurrido este año en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso (Texas, Estados Unidos).
Los carteles del narcotráfico de Sinaloa y de Juárez se disputan desde hace varios años el control de esa ciudad, estratégica para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Los de Sinaloa tienen un brazo armado llamado Gente Nueva, para el que trabajan las pandillas Los Artistas Asesinos y Los Mexicles, mientras que los de Juárez tienen a su grupo de choque denominado La Línea, vinculado con la pandilla Los Aztecas.
Esas pandillas suelen reclutar en sus filas a muchos adolescentes como sicarios, por lo que en los enfrentamientos y los ajustes de cuentas entre las organizaciones criminales suelen caer muertos varios jóvenes.
El pasado 31 de enero en el conjunto residencial Villas de Salvárcar, también en Ciudad Juárez, otros quince jóvenes fueron asesinados por un grupo de sicarios mientras celebraban una fiesta.
Las autoridades mexicanas han detenido a varias personas supuestamente implicadas con ese asesinato.
Dos de los detenidos, presuntos integrantes de la pandilla Los Aztecas, coincidieron en declarar que la matanza de Salvárcar fue planeada para eliminar a unos "doblados", como se conoce a los integrantes de la banda "Artistas Asesinos" (AA).
Sin embargo, los padres de las víctimas y varias ONG rechazan que los menores hicieran parte de organizaciones criminales.
El Gobierno mexicano ha desplegado a miles de soldados, los que después fueron reemplazados por miles de policías federales, y ha puesto en marcha un ambicioso programa de apoyo social para intentar contener el espiral de violencia en Ciudad Juárez, que de momento no da señales de mitigación.
La matanza la noche de este viernes de trece jóvenes que asistían a una fiesta en la norteña Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México, enlutó hoy a esa localidad en la que las estrategias de seguridad de las autoridades no parecen tener un efecto sobre los niveles de violencia.
Más de 30 jóvenes se encontraban disfrutando de una fiesta en dos viviendas contiguas en el barrio Horizontes del Sur, cuando un grupo armado llegó al lugar a bordo de dos vehículos, entraron en las viviendas y dispararon "indiscriminadamente" en contra de todos los presentes, según la versión de la fiscalía local del estado de Chihuahua, donde se ubica Ciudad Juárez.
La mayor parte de los adolescentes, siete hombres y seis mujeres, murieron en el lugar de los hechos, aunque unos dos fallecieron cuando recibían atención médica, y quince más (14 hombres y una mujer) resultaron heridos, al menos siete de ellos de gravedad, por lo que podría aumentar la cifra de fallecidos.
Sólo siete de las víctimas mortales han sido identificadas, cuyas edades oscilan entre los 16 y los 25 años, lo que confirma la juventud de la masacre.
Un menor de 9 años se cuenta entre los lesionados, que en su totalidad fueron trasladados a la Clínica 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Los sicarios dispararon al menos 70 veces, según el número de casquillos calibre 7.62 X 39 mm y .223 encontrados por los forenses y peritos de la fiscalía en las viviendas.
El Gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Gobernación (Segob), expresó hoy en un comunicado "su más enérgica condena" al ataque contra los jóvenes y extendió "sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas".
El presidente mexicano, Felipe Calderón, instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal) a que colabore "en el desarrollo de las diligencias e investigaciones con la Procuraduría General de Justicia del estado para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia", destaca la nota.
Por su parte, la Oficina federal de Atención a Víctimas del delito "establecerá contacto con los familiares de las víctimas y los heridos para ofrecerles servicios de atención médica, psicológica y jurídica", concluye la nota.
De momento las autoridades desconocen los posibles móviles del crimen y los probables responsables, aunque fuentes de la Policía Municipal dijeron hoy a Efe que se podría tratar de otro ajuste de cuentas.
El homicidio múltiple se suma a los más de 2.300 asesinatos, con un promedio de unos 9 muertos diarios, que han ocurrido este año en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso (Texas, Estados Unidos).
Los carteles del narcotráfico de Sinaloa y de Juárez se disputan desde hace varios años el control de esa ciudad, estratégica para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Los de Sinaloa tienen un brazo armado llamado Gente Nueva, para el que trabajan las pandillas Los Artistas Asesinos y Los Mexicles, mientras que los de Juárez tienen a su grupo de choque denominado La Línea, vinculado con la pandilla Los Aztecas.
Esas pandillas suelen reclutar en sus filas a muchos adolescentes como sicarios, por lo que en los enfrentamientos y los ajustes de cuentas entre las organizaciones criminales suelen caer muertos varios jóvenes.
El pasado 31 de enero en el conjunto residencial Villas de Salvárcar, también en Ciudad Juárez, otros quince jóvenes fueron asesinados por un grupo de sicarios mientras celebraban una fiesta.
Las autoridades mexicanas han detenido a varias personas supuestamente implicadas con ese asesinato.
Dos de los detenidos, presuntos integrantes de la pandilla Los Aztecas, coincidieron en declarar que la matanza de Salvárcar fue planeada para eliminar a unos "doblados", como se conoce a los integrantes de la banda "Artistas Asesinos" (AA).
Sin embargo, los padres de las víctimas y varias ONG rechazan que los menores hicieran parte de organizaciones criminales.
El Gobierno mexicano ha desplegado a miles de soldados, los que después fueron reemplazados por miles de policías federales, y ha puesto en marcha un ambicioso programa de apoyo social para intentar contener el espiral de violencia en Ciudad Juárez, que de momento no da señales de mitigación.