El FMI recomendó a la Argentina seguir "el ejemplo de Bolivia"
Buenos Aires, Abi
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pide seguir los pasos del gobierno de Bolivia, presidido por Evo Morales, al asegurar que "el ejemplo de Bolivia es ilustrativo, ya que muestra que una gestión cuidadosa de los ingresos generados por los productos energéticos es perfectamente compatible con un gasto social correctamente focalizado y genera importantes réditos en términos de estabilidad".
La recomendación marca un cambio de enfoque del FMI con relación a la política económica de Bolivia, una vez que en el pasado era un férreo defensor de recetas neoliberales impuestas con medidas drásticas de durp efecto social a los gobiernos del pasado que fueron el factor de problemas económicas y frenos para el desarrrollo.
El presidente Morales manifestó recientemente que el FMI debería indemnizar a las naciones por sus recetas econíomicas al mundo en desarrollo condicionadas a la concesión de créditos, ni no lo hace debería ser procesado.
De acuerdo con el informe del FMI reclamó "desacelerar la expansión del gasto con respecto a las altas tasas recientes". Y afirmó que "la demanda tiene que moderarse o podrían exponerse al riesgo de sobrecalentamiento, inflación y deterioro de la cuenta corriente. Las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación".
El estudio es analizado en una publicación del diario argentino Urgente24 de Argentina que señala que el FMI sostiene que "en Argentina y Paraguay, por ejemplo, el fuerte crecimiento se apoya en los importantes vínculos comerciales intrarregionales con Brasil, un repunte de la agricultura luego de la sequía de 2009 y políticas sumamente estimulativas".
Añade "las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación. En lo que va del año, los agregados monetarios crecen a un promedio anual superior al 20 por ciento, mientras que el gasto primario se está acelerando a niveles que superan el crecimiento tendencial en la mayoría de los países".
El organismo recomienda "para estos países sería conveniente adoptar políticas macroeconómicas más prudentes y establecer instituciones que les permitan poner fin a las políticas fiscales procíclicas y aislar sus economías de las oscilaciones bruscas de los precios de las materias primas".
"En el caso de Argentina, por ejemplo, mejorar el acceso a los mercados internacionales exige avanzar en los esfuerzos para regularizar las relaciones con los acreedores", dice el FMI.
En su informe regional "Las Américas: Caluroso en el Sur, Más frío en el Norte", presentado en Bogotá, el FMI mantiene las previsiones de crecimiento para América Latina -de 5,7 por ciento en 2010 y 4 por ciento para el año próximo- que auguró en sus "Perspectivas de la Economía Mundial" publicado durante su reunión anual en Washington a comienzos de mes.
El contexto más favorable sigue siendo para la mayoría de los países sudamericanos, cuya previsión de crecimiento se estima en 6,3 por ciento este año y 4,1 por ciento el próximo.
Pero a la par les advierte de los riesgos de un "estímulo excesivo" de la demanda y del crédito que, afirma, podrían llegar a "niveles insostenibles".
"Para la mayoría de los países de América del Sur, lo más importante es evitar que la demanda y el financiamiento, de por sí positivos, creen riesgos debido a posibles excesos", sostuvo también el economista jefe para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre.
"Aunque la fuerte recuperación de la demanda interna ha sido beneficiosa, permitiendo a estas economías recuperar el potencial, su expansión rápida y continua podría provocar sobrecalentamiento, inflación y aumento de los déficits en cuenta corriente", señala también el informe.
Por ello, el FMI considera "esencial" que dichos países "retiren a tiempo las políticas de estímulo, asegurando al mismo tiempo que la combinación de políticas monetarias y fiscales no exacerbe la entrada de capital".
En este sentido, señala como "primera línea de acción inmediata" en la mayoría de los países la política fiscal con énfasis en "desacelerar el crecimiento del gasto público".
A juicio del FMI, esto permitirá que la política monetaria "juegue un papel secundario" y que las tasas de interés "regresen a niveles neutrales de manera más gradual de lo que se requeriría en otros casos".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pide seguir los pasos del gobierno de Bolivia, presidido por Evo Morales, al asegurar que "el ejemplo de Bolivia es ilustrativo, ya que muestra que una gestión cuidadosa de los ingresos generados por los productos energéticos es perfectamente compatible con un gasto social correctamente focalizado y genera importantes réditos en términos de estabilidad".
La recomendación marca un cambio de enfoque del FMI con relación a la política económica de Bolivia, una vez que en el pasado era un férreo defensor de recetas neoliberales impuestas con medidas drásticas de durp efecto social a los gobiernos del pasado que fueron el factor de problemas económicas y frenos para el desarrrollo.
El presidente Morales manifestó recientemente que el FMI debería indemnizar a las naciones por sus recetas econíomicas al mundo en desarrollo condicionadas a la concesión de créditos, ni no lo hace debería ser procesado.
De acuerdo con el informe del FMI reclamó "desacelerar la expansión del gasto con respecto a las altas tasas recientes". Y afirmó que "la demanda tiene que moderarse o podrían exponerse al riesgo de sobrecalentamiento, inflación y deterioro de la cuenta corriente. Las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación".
El estudio es analizado en una publicación del diario argentino Urgente24 de Argentina que señala que el FMI sostiene que "en Argentina y Paraguay, por ejemplo, el fuerte crecimiento se apoya en los importantes vínculos comerciales intrarregionales con Brasil, un repunte de la agricultura luego de la sequía de 2009 y políticas sumamente estimulativas".
Añade "las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación. En lo que va del año, los agregados monetarios crecen a un promedio anual superior al 20 por ciento, mientras que el gasto primario se está acelerando a niveles que superan el crecimiento tendencial en la mayoría de los países".
El organismo recomienda "para estos países sería conveniente adoptar políticas macroeconómicas más prudentes y establecer instituciones que les permitan poner fin a las políticas fiscales procíclicas y aislar sus economías de las oscilaciones bruscas de los precios de las materias primas".
"En el caso de Argentina, por ejemplo, mejorar el acceso a los mercados internacionales exige avanzar en los esfuerzos para regularizar las relaciones con los acreedores", dice el FMI.
En su informe regional "Las Américas: Caluroso en el Sur, Más frío en el Norte", presentado en Bogotá, el FMI mantiene las previsiones de crecimiento para América Latina -de 5,7 por ciento en 2010 y 4 por ciento para el año próximo- que auguró en sus "Perspectivas de la Economía Mundial" publicado durante su reunión anual en Washington a comienzos de mes.
El contexto más favorable sigue siendo para la mayoría de los países sudamericanos, cuya previsión de crecimiento se estima en 6,3 por ciento este año y 4,1 por ciento el próximo.
Pero a la par les advierte de los riesgos de un "estímulo excesivo" de la demanda y del crédito que, afirma, podrían llegar a "niveles insostenibles".
"Para la mayoría de los países de América del Sur, lo más importante es evitar que la demanda y el financiamiento, de por sí positivos, creen riesgos debido a posibles excesos", sostuvo también el economista jefe para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre.
"Aunque la fuerte recuperación de la demanda interna ha sido beneficiosa, permitiendo a estas economías recuperar el potencial, su expansión rápida y continua podría provocar sobrecalentamiento, inflación y aumento de los déficits en cuenta corriente", señala también el informe.
Por ello, el FMI considera "esencial" que dichos países "retiren a tiempo las políticas de estímulo, asegurando al mismo tiempo que la combinación de políticas monetarias y fiscales no exacerbe la entrada de capital".
En este sentido, señala como "primera línea de acción inmediata" en la mayoría de los países la política fiscal con énfasis en "desacelerar el crecimiento del gasto público".
A juicio del FMI, esto permitirá que la política monetaria "juegue un papel secundario" y que las tasas de interés "regresen a niveles neutrales de manera más gradual de lo que se requeriría en otros casos".