Cuba abre tiendas para los campesinos
Fernando Ravsberg, La Habana
Las autoridades cubanas anunciaron la apertura de 1.100 tiendas agrícolas en todo el país donde se venderán parte de los insumos que reclaman los campesinos para trabajar las tierras, algunas de ellas recién entregadas por el gobierno.
El noticiero de la TV cubana accedió a una de estas tiendas donde mostró la existencia de 20 productos diferentes, entre ellos guantes y botas de trabajo, machetes, limas para afilarlos, mangueras y alambres de púas para las cercas.
Según la versión oficial, estos productos se venderán en moneda nacional pero no tendrán subvenciones por lo que es de esperar que los precios sean altos. Sin embargo, eso no será un problema dado que el sector campesino tiene muy buenos ingresos.
De todas formas, las herramientas y los insumos que se venden en la actualidad son muy pocos y no siempre los que el trabajador más necesita. Las autoridades han vuelto a prometer que aumentarán la variedad en la oferta de estas tiendas.
La reforma agraria
Los campesinos se quejan de la falta de fertilizantes, esenciales para hacer producir las empobrecidas tierras.
El gobierno tiene entre sus prioridades el crecimiento de la producción agrícola, buscando disminuir la dependencia del exterior y los costos de las importaciones de alimentos que se elevan a los US$2.500 millones anuales.
La medida más importante es una reforma agraria que pretende repartir más de la mitad de las tierras cultivables del país entre familias campesinas en forma de usufructo gratuito. Ya han recibido parcelas alrededor de 100.000 personas.
El proyecto implica un cambio radical en el sistema productivo agrícola cubano. Las autoridades han optado por desarmar las improductivas granjas del Estado y en su lugar promover las pequeñas fincas familiares, que en Cuba ya han demostrado ser las más eficientes.
El gran déficit
El regadío es otra de las trabas que impiden el desarrollo de algunas cooperativas.
La escasez de insumos es el gran déficit del proyecto agrícola del gobierno de Raúl Castro. Los campesinos cubanos se quejan de la falta de sistemas de riego, de alambre, fertilizantes, insecticidas, herbicidas y semillas.
Las autoridades han prometido resolver este problema e incluso dar créditos, pero lo cierto es que se avanza con una lentitud pasmosa. Algunos de los nuevos campesinos han tenido que limpiar sus tierras armados sólo de un machete prestado.
Todas estas carencias son las responsables de que sólo el 50% de las tierras entregadas estén produciendo en la actualidad. También es una de las causas de que haya pasado el entusiasmo inicial y ya no haya tantos voluntarios para tomar una parcela.
Finalmente, los campesinos enfrentan el problema de la distribución de sus productos, dado que "Acopio", el organismo estatal encargado de la tarea, es sumamente ineficiente y ha dejado perder cosechas enteras al borde de los caminos.
Las autoridades cubanas anunciaron la apertura de 1.100 tiendas agrícolas en todo el país donde se venderán parte de los insumos que reclaman los campesinos para trabajar las tierras, algunas de ellas recién entregadas por el gobierno.
El noticiero de la TV cubana accedió a una de estas tiendas donde mostró la existencia de 20 productos diferentes, entre ellos guantes y botas de trabajo, machetes, limas para afilarlos, mangueras y alambres de púas para las cercas.
Según la versión oficial, estos productos se venderán en moneda nacional pero no tendrán subvenciones por lo que es de esperar que los precios sean altos. Sin embargo, eso no será un problema dado que el sector campesino tiene muy buenos ingresos.
De todas formas, las herramientas y los insumos que se venden en la actualidad son muy pocos y no siempre los que el trabajador más necesita. Las autoridades han vuelto a prometer que aumentarán la variedad en la oferta de estas tiendas.
La reforma agraria
Los campesinos se quejan de la falta de fertilizantes, esenciales para hacer producir las empobrecidas tierras.
El gobierno tiene entre sus prioridades el crecimiento de la producción agrícola, buscando disminuir la dependencia del exterior y los costos de las importaciones de alimentos que se elevan a los US$2.500 millones anuales.
La medida más importante es una reforma agraria que pretende repartir más de la mitad de las tierras cultivables del país entre familias campesinas en forma de usufructo gratuito. Ya han recibido parcelas alrededor de 100.000 personas.
El proyecto implica un cambio radical en el sistema productivo agrícola cubano. Las autoridades han optado por desarmar las improductivas granjas del Estado y en su lugar promover las pequeñas fincas familiares, que en Cuba ya han demostrado ser las más eficientes.
El gran déficit
El regadío es otra de las trabas que impiden el desarrollo de algunas cooperativas.
La escasez de insumos es el gran déficit del proyecto agrícola del gobierno de Raúl Castro. Los campesinos cubanos se quejan de la falta de sistemas de riego, de alambre, fertilizantes, insecticidas, herbicidas y semillas.
Las autoridades han prometido resolver este problema e incluso dar créditos, pero lo cierto es que se avanza con una lentitud pasmosa. Algunos de los nuevos campesinos han tenido que limpiar sus tierras armados sólo de un machete prestado.
Todas estas carencias son las responsables de que sólo el 50% de las tierras entregadas estén produciendo en la actualidad. También es una de las causas de que haya pasado el entusiasmo inicial y ya no haya tantos voluntarios para tomar una parcela.
Finalmente, los campesinos enfrentan el problema de la distribución de sus productos, dado que "Acopio", el organismo estatal encargado de la tarea, es sumamente ineficiente y ha dejado perder cosechas enteras al borde de los caminos.