Cenizas de Ana María Romero enterradas en La Paz
La Paz, Abi
Las cenizas de la presidenta del Senado de Bolivia, Ana María Romero, fueron inhumadas el jueves en una necrópolis de La Paz, en medio de la congoja de su familia, de las organizaciones de periodistas y autoridades nacionales, entre ellas el vicepresidente Alvaro García Linera.
Los hijos de Romero, Fernando Natalia y Marcia Campero Romero, enterraron la vasija coronada por una vela blanca que contenía las cenizas de la legisladora y ex defensora del Pueblo.
Romero, que plantó cara a una enfermedad gastrointestinal durante ocho meses, pidió en vida que sus restos sean cremados.
Romero murió el lunes por la noche en su casa en La Paz.
La poderes de Bolivia rindieron homenaje a quien supo ser periodista y directora del desaparecido diario católico Presencia.
La Cámara de Senadores rindió el miércoles un homenaje póstumo a la ex Defensora del Pueblo y ex presidenta de esa instancia legislativa.
El presidente nato de la Asamblea Legislativa, Álvaro García Linera, destacó el trabajo de Romero como una luchadora incansable de los Derechos Humanos y defensora de la democracia.
"Con Ana María Romero muere un pedazo de la Historia", señaló García Linera al asegurar que dejó un legado, una huella de Justicia, de verdad", afirmó
"Se ha ido esa mujer que construyó la democracia, hoy estamos en este hemiciclo gracias a ella, a lo que hizo en el año 78, 80, 81, 82. Ella es la arquitecta de la democracia", remarcó.
Romero de Campero ejerció el periodismo durante tres décadas. Empezó como reportera y culminó como Directora del diario católico Presencia (1989-2005). Fue Presidenta del Círculo de Mujeres Periodistas, de la Asociación de Periodistas de La Paz y de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP). Fue también Presidenta de la Federación Internacional de Diarios. Ha sido acreedora al Premio Nacional de Periodismo y jurado del premio Rey de España que otorga la Agencia EFE.
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, acentuó la grandeza de espíritu de Ana María Romero, además su decidido impulso para articular la democracia en el país.
"El espíritu de Anita era que hacia las cosas con muchísima responsabilidad, con entereza y con el valor suficiente para enfrentar cualquier situación contraria o que atente a los derechos humanos", declaró Villena.
E l representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Bolivia, Denis Racicot, coincidió en destacar la lucha por los derechos humanos, en particular de los más excluidos como primera Defensora del Pueblo.