Una nueva huelga paraliza Francia
París, Agencias
Por segunda vez en 15 días, Francia vive una jornada de huelga general en protesta contra la reforma del sistema de pensiones encarada por el gobierno galo, que pretende llevar gradualmente la edad de jubilación de 60 a 62 años.
La huelga genera perturbaciones menores en el metro parisino y en los trenes de media y de larga distancia. Mientras que los aeropuertos franceses anularán entre el 40% y 50% de sus vuelos.
En sectores como la enseñanza, la salud u otros servicios públicos la huelga se siente con intensidad, pero la medida de fuerza lejos está de paralizar la capital francesa, donde la mayoría de los comercios se encuentran abiertos.
El grado de acatamiento es menor a la huelga del 7 de septiembre, según uno de los portavoces del gobierno eso se debe a que “los franceses apoyan las medidas encaradas por el presidente Nicolas Sarkozy”.
Sin embargo, un sondeo publicado por el vespertino Le Monde da cuenta que el 66% de los franceses se expresa contra la reforma y apoya la medida de fuerza.
Por su parte, los sindicatos franceses estiman que la movilización que en este momento se está llevando a cabo en más de 230 ciudades es tan importante como la huelga precedente.
El objetivo de las ocho centrales sindicales que convocaron a manifestar en todo el país es lograr superar la convocatoria de la última movilización, donde según los organizadores participaron 2,7 millones de personas en todo el país, mientras que para la policía la cifra fue de 1,1 millón.
Los sindicatos pretenden que el gobierno retire el proyecto de ley, que ya fue aprobado por los diputados y que el 5 de octubre deberá ser examinado por los senadores.
Por segunda vez en 15 días, Francia vive una jornada de huelga general en protesta contra la reforma del sistema de pensiones encarada por el gobierno galo, que pretende llevar gradualmente la edad de jubilación de 60 a 62 años.
La huelga genera perturbaciones menores en el metro parisino y en los trenes de media y de larga distancia. Mientras que los aeropuertos franceses anularán entre el 40% y 50% de sus vuelos.
En sectores como la enseñanza, la salud u otros servicios públicos la huelga se siente con intensidad, pero la medida de fuerza lejos está de paralizar la capital francesa, donde la mayoría de los comercios se encuentran abiertos.
El grado de acatamiento es menor a la huelga del 7 de septiembre, según uno de los portavoces del gobierno eso se debe a que “los franceses apoyan las medidas encaradas por el presidente Nicolas Sarkozy”.
Sin embargo, un sondeo publicado por el vespertino Le Monde da cuenta que el 66% de los franceses se expresa contra la reforma y apoya la medida de fuerza.
Por su parte, los sindicatos franceses estiman que la movilización que en este momento se está llevando a cabo en más de 230 ciudades es tan importante como la huelga precedente.
El objetivo de las ocho centrales sindicales que convocaron a manifestar en todo el país es lograr superar la convocatoria de la última movilización, donde según los organizadores participaron 2,7 millones de personas en todo el país, mientras que para la policía la cifra fue de 1,1 millón.
Los sindicatos pretenden que el gobierno retire el proyecto de ley, que ya fue aprobado por los diputados y que el 5 de octubre deberá ser examinado por los senadores.