Rajoy ya estructura su "futuro" gabinete como presidente español

Madrid, El País
Una sola frase casi burlona de Mariano Rajoy ha desatado las bromas y el nerviosismo en el PP. Dijo en El Faro de Vigo que ya tiene pensados "dos o tres nombres" para su futuro Gobierno. La mayoría de los dirigentes del PP cree que Rajoy no está en eso, ni mucho menos, pero los más cercanos insisten en que sí, en que ya se ve ganador y está empezando a pensar en su Gobierno.

¿Y quiénes serían esos nombres? Solo hay uno que se da por seguro: Soraya Sáenz de Santamaría, su colaboradora más fiel, la única que le debe a él toda su carrera. En los demás, todo es especulación, y hay muchas dudas sobre todo en lo más relevante: ¿Quién estaría en su equipo económico si gana las elecciones?

Rajoy apenas habla en las reuniones internas. Rajoy escucha. Por eso nadie sabe nunca lo que piensa. Todos salen de su despacho creyendo que le han convencido, pero nadie sabe bien con quién habla sobre economía, asunto central de la temporada y de la legislatura. Los más cercanos aseguran que es Pedro Arriola el principal asesor, también en asuntos económicos. El sociólogo siempre ha presumido de conocimientos en este campo.

Sin embargo, el hombre del que todo el mundo habla como el verdadero gurú económico de Rajoy es Luis de Guindos. Como muchos otros miembros del equipo económico de José María Aznar, dirigido por Rodrigo Rato -fue secretario de Estado de Economía- De Guindos se lanzó a la empresa privada tras la derrota.

Y ganó mucho dinero como presidente de Lehman Brothers en España, precisamente la empresa que es el paradigma de la crisis, que empezó con su hundimiento.

De Guindos está ahora en el Instituto de Empresa, corazón del pensamiento liberal y granero de ideas para el PP. Allí ha recalado también Juan José Güemes, otro ex miembro del equipo de Rato que ha dejado la política para ganar dinero.

Rajoy mantiene con él una buena relación y podría ser recuperado de llegar al Gobierno. El líder del PP también se apoya mucho, a la hora de buscar consejos, en otro viejo amigo suyo, que sonó como posible presidente de Caja Madrid hasta que apareció Rodrigo Rato. Se trata de Fernando Bécquer, otro economista -catedrático en la universidad madrileña Rey Juan Carlos- con el que Rajoy mantiene mucho contacto.

El líder del PP es un hombre de costumbres, y suele recurrir mucho más a sus viejos amigos de toda la vida que a nuevos gurús modernos. Un hombre tan desconfiado como él es casi incapaz de incorporar nuevos elementos incontrolados a su equipo. Aún así, algunos colaboradores señalan que Rajoy mantiene contactos con economistas españoles que trabajan fuera de España y le suministran ideas. Fuera de la política, mantiene muy buena relación con Francisco González, el presidente del BBVA, gallego como él y cercano al PP, que también le puede aportar consejos.

Entre los nombres que sí están ahora, además del obvio de Cristóbal Montoro, el portavoz económico, con quien consulta la línea del día a día, Rajoy mantiene una estrechísima relación con Álvaro Nadal, un joven economista que estudió en Harvard y al que siempre acude como asesor en los debates parlamentarios importantes. Es casi seguro que tendrá algún puesto destacado. Los que más conocen a Rajoy creen que, si llega a gobernar, sorprenderá mucho con su equipo.

"El ministro de Economía de Rajoy será alguien de peso pero que ahora ni siquiera imaginamos. Tal vez un empresario. Y tendrá todo el poder, porque Rajoy le dejará hacer, a él y a los demás", resume un dirigente del PP.

Son muchos los que creen que el líder del PP no se sentirá obligado a nombrar a quienes le han acompañado en la dura tarea de la oposición. Para bien -es independiente, no está atado a nadie- y para mal -no confía en nadie, no crea clima de grupo- Rajoy nunca se ha destacado por hacer equipo. "No soy un político de camarillas", ha llegado a decir en alguna ocasión. Por eso muchos creen que será totalmente libre a la hora de hacer un Gobierno, y frustrará a mucha gente. Nadie augura que designará a un Gobierno en la sombra antes de las elecciones, al estilo inglés. En España no hay costumbre, pero Zapatero sí hizo algo parecido en 2004. Rajoy probablemente no lo hará. "Es una manera de frustrar a muchos, mejor tenerlos ilusionados trabajando. Y a los que nombras los puedes quemar. No tiene sentido", sentencia un veterano diputado.

Lo más extraño es que, estando como está la oposición de Rajoy centrada en la economía, no le ha dado a su equipo económico la presencia y la fuerza política que sería razonable. Baste un ejemplo gráfico muy significativo de esta semana. Mientras la cúpula del PP estaba reunida en Toledo marcando, supuestamente, la estrategia de un trimestre centrado en la economía, y analizando las 50 propuestas económicas que el PP llevará al Congreso esta temporada, el portavoz económico del partido, Cristóbal Montoro, estaba fuera de esa reunión, y comparecía en Madrid para analizar datos económicos.

De hecho, en el PP se da una circunstancia que es prácticamente impensable en cualquier otro país de Europa. En la cúpula del partido, la que se reúne cada lunes para marcar la estrategia, la que se encerró en Toledo, no hay ningún experto en economía. Todos son políticos puros, la mayoría juristas, altos funcionarios. Y ninguno ha estado en ministerios económicos. Soraya Sáenz de Santamaría es abogada del Estado; Dolores de Cospedal, también; Rajoy, registrador; Jaime Mayor, ex ministro del Interior; Esteban González Pons, constitucionalista; Pío García Escudero, otro tanto; Alberto Ruiz-Gallardón, fiscal; y Arriola, sociólogo. Tampoco Ana Mato tiene ese perfil económico. El hombre que más cerca ha estado de la gestión de la economía es Javier Arenas, que fue ministro de Trabajo en la primera legislatura. Pero tampoco se ha destacado su carrera por el perfil económico.

Todos ellos son políticos profesionales, y, por tanto, saben de gestión, pero claramente les falta ese perfil que tiene el equipo de colaboradores de Rato, entre ellos Montoro, ex ministro de Hacienda, que no es miembro de la cúpula.

Este equipo sin mucho perfil económico es fruto de la voluntad de Rajoy y también de sus enfrentamientos. El líder del PP apostó muy fuerte por Juan Costa y Manuel Pizarro en 2008, para reforzar su imagen económica frente a las elecciones. Tras la derrota, evitó contar con ellos, les ofreció puestos menores, o al menos así lo entendieron, y ambos acabaron muy distanciados del líder del PP, que optó entonces por Montoro. Otros le recriminan que no intentara siquiera recuperar a Rato, ahora en Caja Madrid. Pero si gana las elecciones, tendrá donde elegir: hay muy poca gente en política y fuera de ella que diga que no cuando le ofrecen ser ministro.

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