Milan venció a Genoa 1 a 0 gracias a un golpe de genio de Ibrahimovic


Roma, Espn
En el estadio San Siro, Milan le ganó de local a Genoa gracias a un gol de Zlatan Ibrahimovic, el único tanto del encuentro. Así, los rossoneri ahora suman ocho puntos en la tabla y, por el momento, se ubican en soledad en la cuarta plaza del torneo. El Grifo, por su parte, sigue parado con cinco unidades y, esperando que todos los demás jueguen, comparte con otros cinco equipos el largo escalón de los novenos.

Para entender el momento por el que pasa el Diavolo, su nivel de juego y sus objetivos primarios, alcanza con fijarse en quien fue la figura de la cancha: Gennaro Gattuso. "Ringhio", con un enorme corazón pero sobre todo con grande inteligencia táctica, fue el que le permitió a Milan recuperar balones en el medio y mantener bajo control a un rival peligroso, que le jugó de par a par en un match muy equilibrado.

Esto nos da la pauta de lo que necesita ahora el conjunto de Allegri: equilibrio, solidez y cinismo. Claramente sirven también puntos, pero el técnico sabe que la calidad del plantel es tanta que cualquiera de sus jugadores puede cambiarle el partido de un momento para el otro.

Así fue justamente, porque luego de un primer tiempo prácticamente muerto, en el que el ritmo de juego fue bastante elevado, pero las ocasiones se contaron con los dedos de una mano, al comienzo del complemento una grandiosa invención de Ibrahimovic hizo la diferencia en favor de Milan: Pirlo metió un pelotazo largo por el medio, Zlatan corrió apretado por Ranocchia y Dainelli y, apenas entrado en área y primero de que uno de sus adversarios lograra despejar, con un alargue impresionante logró tocar el balón con la punta del pie derecho, todo a gran velocidad. Ese toque alcanzó para meterle un globito letal a Eduardo, quien algo mal parado en el área se dejó madrugar por la genialidad del sueco y logró apenas tocar el esférico, sin poder desviarlo afuera.

Los locales, con el 1 a 0, quisieron pasar a un control asfixiante del balón, pero no lo lograron con tanta facilidad porque les fue difícil mantener el balón arriba. Cuando Gattuso (exhausto) salió al minuto 20, todo fue aún más difícil. Sin embargo, la defensa hizo una excelente guardia y raramente Genoa logró mostrarse con peligro. El Grifo, a todo eso, pagó a caro precio su actitud amarrete: en efecto, su orden táctico fue casi perfecto, así como su concentración defensiva, pero casi nunca arriesgó en ataque y raramente se desequilibró hacia adelante para salir a buscar el empate.

También por esa posición muy prudente de los xeneizes, Milan encontró muchas dificultades para poder jugar a la contra, como hubiese querido hacer tras la ventaja. De todas maneras, cuando Ronaldinho le dejó el puesto a Seedorf (el brasilero disputó uno de sus peores partidos en Italia, jugando de manera a menudo hasta irritante), los rossoneri estuvieron más ordenados y lograron crear algún peligro más.

Además, con el pasar de los minutos inevitablemente Genoa tuvo que conceder algún espacio, en el que el Diavolo fue rápido y hábil en meterse con contras peligrosas y bien armadas, pero todas desperdiciadas malamente, sobre todo por parte de un dinámico pero egoísta Flaminí.

Al final el encuentro no ofreció muchas otras emociones y ni se vieron variaciones en el marcador. De esta manera, Milan dio la impresión de haber obtenido el objetivo que más le interesaba ahora, los tres puntos, pero lució estar aún bastante lejos del alcance de la misión de todo el club para el futuro: la de obtener un nivel de juego y una fuerza mental tales para arrebatarle el Scudetto a Inter.

Genoa, por su parte, disputó un buen match. Pero Gasperini no puede pensar de ir muy lejos debiendo elegir a cada partido entre ataque y defensa, renunciando a un aspecto cuando se elige el otro. El Grifo deberá encontrar mayor equilibrio y tiene que trabajar mucho sobre el despliegue, si quiere realmente merecerse un puesto en Europa.

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