Lula comienza la cuenta regresiva de su mandato en un mitin a favor de su candidata
Campinas, Agencias
A dos semanas para las elecciones presidenciales en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva comenzó hoy a despedirse de sus seguidores con un discurso apasionado y triunfalista en el que arremetió contra sus detractores y se mostró confiado en la victoria de su candidata, Dilma Rousseff.
Dotado de un talento natural para desplazarse por el escenario y arrancar el aplauso del público, el mandatario aprovechó un mitin electoral celebrado en la ciudad de Campinas, a 97 kilómetros de Sao Paulo, para asestar duras críticas a los miembros de la oposición a los que calificó de "arrogantes y prepotentes".
"No se conforman con que un metalúrgico hiciera más universidades que cualquier presidente elitista que haya tenido este país, que haya creado casi 15 millones de empleos", dijo Lula.
Con un discurso apasionado, Lula, cuyo segundo mandato concluye el próximo 1 de enero, recordó una vez más sus orígenes humildes y que a pesar de su escasa formación académica ha sido capaz de desempeñar las tareas de Gobierno.
"Decían este Lula no sabe de economía. Yo no aprendí economía en la universidad. Tuve que aprender economía para la supervivencia", apostilló.
El jefe de Estado aseguró que los comicios del próximo 3 de octubre son los primeros desde 1989 en los que su nombre no aparece en una lista electoral a la presidencia e instó al electorado a "hacer historia como la primera generación" que escoge a una mujer como presidenta de Brasil.
Además, el presidente explicó que el próximo viernes acudirá a la bolsa de Sao Paulo para oficializar el inicio de la millonaria ampliación de capital lanzada por la petrolera estatal Petrobras, que podría convertirse en la mayor de la historia por valor de mercado.
"No será el presidente de EE.UU., ni de Alemania, ni la Reina de Inglaterra, será un metalúrgico de San Bernardo do Campo el que pasará a la historia como el presidente que hizo la mayor capitalización que el capitalismo conoció", agregó.
Lula también tuvo palabras para la crisis internacional que en su opinión está afectando a EE.UU. y a Europa mientras que Brasil "ni tembló".
Además, el presidente lanzó un dardo contra la prensa después de que esta misma semana su ministra de la Presidencia, Erenice Guerra, se viera forzada a dimitir salpicada por acusaciones de corrupción y tráfico de influencias.
"Vamos a derrotar a algunos periódicos y revistas que se comportan como si fueran partido político y no tienen el valor de decir que son partido político y tienen candidato", dijo Lula.
La prensa local lleva una semana haciéndose eco de supuestas irregularidades en las que estaría implicado Israel Guerra, hijo de la ahora ex ministra, quien presuntamente actuaba como intermediario en la adjudicación de contratos con el Estado.
Pero Lula también se sirvió del mitin para empezar a despedirse de los que le han apoyado en estos últimos ocho años de Gobierno.
"En dos meses y medio no seré más el presidente. Estaré en casa con Marisa (su esposa) y volveré a Campinas a tomarme una cerveza con los amigos sin preocuparme de si alguien dice que bebo", bromeó.
Mientras, Rousseff, aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) y elegida a dedo como candidata por Lula, defendió los programas del Gobierno actual y se comprometió a continuar con "el legado" del presidente.
"Nosotros sabemos de qué lado estamos, estamos del lado de 190 millones de brasileños", señaló la candidata, favorita en los sondeos con un 51% de las intenciones de voto, y quien aseguró que "la mayor riqueza" del país no es el petróleo ni la industria sino sus ciudadanos.
Al acto también asistieron el compañero de fórmula de Rousseff, Michel Temer, el candidato a gobernador de Sao Paulo Aloizio Mercadante y la candidata al Senado Marta Suplicy, entre otros.
Además de los 15.000 asistentes presentes en el mitin, según una fuente de la organización, el presidente Lula contó con un espectador de lujo.
Entre bastidores, el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien esta misma mañana se reunió con Rousseff para hablar de la industria cinematográfica, no se quiso perder el inicio de la cuenta regresiva del presidente Lula.
A dos semanas para las elecciones presidenciales en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva comenzó hoy a despedirse de sus seguidores con un discurso apasionado y triunfalista en el que arremetió contra sus detractores y se mostró confiado en la victoria de su candidata, Dilma Rousseff.
Dotado de un talento natural para desplazarse por el escenario y arrancar el aplauso del público, el mandatario aprovechó un mitin electoral celebrado en la ciudad de Campinas, a 97 kilómetros de Sao Paulo, para asestar duras críticas a los miembros de la oposición a los que calificó de "arrogantes y prepotentes".
"No se conforman con que un metalúrgico hiciera más universidades que cualquier presidente elitista que haya tenido este país, que haya creado casi 15 millones de empleos", dijo Lula.
Con un discurso apasionado, Lula, cuyo segundo mandato concluye el próximo 1 de enero, recordó una vez más sus orígenes humildes y que a pesar de su escasa formación académica ha sido capaz de desempeñar las tareas de Gobierno.
"Decían este Lula no sabe de economía. Yo no aprendí economía en la universidad. Tuve que aprender economía para la supervivencia", apostilló.
El jefe de Estado aseguró que los comicios del próximo 3 de octubre son los primeros desde 1989 en los que su nombre no aparece en una lista electoral a la presidencia e instó al electorado a "hacer historia como la primera generación" que escoge a una mujer como presidenta de Brasil.
Además, el presidente explicó que el próximo viernes acudirá a la bolsa de Sao Paulo para oficializar el inicio de la millonaria ampliación de capital lanzada por la petrolera estatal Petrobras, que podría convertirse en la mayor de la historia por valor de mercado.
"No será el presidente de EE.UU., ni de Alemania, ni la Reina de Inglaterra, será un metalúrgico de San Bernardo do Campo el que pasará a la historia como el presidente que hizo la mayor capitalización que el capitalismo conoció", agregó.
Lula también tuvo palabras para la crisis internacional que en su opinión está afectando a EE.UU. y a Europa mientras que Brasil "ni tembló".
Además, el presidente lanzó un dardo contra la prensa después de que esta misma semana su ministra de la Presidencia, Erenice Guerra, se viera forzada a dimitir salpicada por acusaciones de corrupción y tráfico de influencias.
"Vamos a derrotar a algunos periódicos y revistas que se comportan como si fueran partido político y no tienen el valor de decir que son partido político y tienen candidato", dijo Lula.
La prensa local lleva una semana haciéndose eco de supuestas irregularidades en las que estaría implicado Israel Guerra, hijo de la ahora ex ministra, quien presuntamente actuaba como intermediario en la adjudicación de contratos con el Estado.
Pero Lula también se sirvió del mitin para empezar a despedirse de los que le han apoyado en estos últimos ocho años de Gobierno.
"En dos meses y medio no seré más el presidente. Estaré en casa con Marisa (su esposa) y volveré a Campinas a tomarme una cerveza con los amigos sin preocuparme de si alguien dice que bebo", bromeó.
Mientras, Rousseff, aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) y elegida a dedo como candidata por Lula, defendió los programas del Gobierno actual y se comprometió a continuar con "el legado" del presidente.
"Nosotros sabemos de qué lado estamos, estamos del lado de 190 millones de brasileños", señaló la candidata, favorita en los sondeos con un 51% de las intenciones de voto, y quien aseguró que "la mayor riqueza" del país no es el petróleo ni la industria sino sus ciudadanos.
Al acto también asistieron el compañero de fórmula de Rousseff, Michel Temer, el candidato a gobernador de Sao Paulo Aloizio Mercadante y la candidata al Senado Marta Suplicy, entre otros.
Además de los 15.000 asistentes presentes en el mitin, según una fuente de la organización, el presidente Lula contó con un espectador de lujo.
Entre bastidores, el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien esta misma mañana se reunió con Rousseff para hablar de la industria cinematográfica, no se quiso perder el inicio de la cuenta regresiva del presidente Lula.