Los sindicatos españoles convocan una huelga general en la minería del carbón
Madrid, El País
Habrá huelga en el sector del carbón. La reunión celebrada esta noche entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y los sindicatos para abordar el futuro del carbón nacional se saldó con una convocatoria de cuatro días de huelga. Al filo de las once de la noche, el ministro compareció para hablar de un "entendimiento" con los mineros que condujo a pensar que el encuentro había culminado en acuerdo. Inmediatamente los sindicatos (UGT, CC OO y organizaciones mineras) respondieron con la convocatoria de paros para los días 22, 23, 29 y 30 de septiembre. También decidieron encerrarse en el ministerio en señal de protesta.
El conflicto radica en la incertidumbre que rodea el futuro del carbón nacional, agravada con los impagos de las nóminas de los mineros por parte de algunas empresas. Los sindicatos apoyan al Ejecutivo en la presión que realiza a Bruselas para que autorice el real decreto español que prolonga las ayudas al menos hasta 2012 (la Unión Europea obliga a eliminarlas a partir de 2014), pero se mostraron decepcionados respecto a la segunda pata del conflicto, el cobro de las nóminas. Felipe López, de CC OO, acusó al Gobierno de "dar fechas a largo plazo" para abordar el pago inmediato a los trabajadores que aún no han cobrado. Sebastián anunció que abrirá expediente a las dos empresas que han dejado de abonar las nóminas, Alonso y Viloria, pero no dio fechas concretas de cobro a los mineros.
Sebastián presentó a las centrales un documento que probaba que los responsables de esas dos empresas, Victorino Alonso y Manuel Lamelas Viloria, han recibido 367 millones de euros en ayudas públicas. "No pueden justificar que no tienen dinero", aseguró el ministro, pues "tocan a 141.000 euros por cada uno de los 2.600 mineros" que emplean. Los sindicatos respondieron: "El dinero lo tiene Victorino, pero la voluntad de pagar es de Industria", replicó Antonio Dehusa, de UGT. Más allá del pago de las nóminas, los representantes de los trabajadores exigen que continúen las subvenciones al sector, sin las cuales no sobrevive.
Habrá huelga en el sector del carbón. La reunión celebrada esta noche entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y los sindicatos para abordar el futuro del carbón nacional se saldó con una convocatoria de cuatro días de huelga. Al filo de las once de la noche, el ministro compareció para hablar de un "entendimiento" con los mineros que condujo a pensar que el encuentro había culminado en acuerdo. Inmediatamente los sindicatos (UGT, CC OO y organizaciones mineras) respondieron con la convocatoria de paros para los días 22, 23, 29 y 30 de septiembre. También decidieron encerrarse en el ministerio en señal de protesta.
El conflicto radica en la incertidumbre que rodea el futuro del carbón nacional, agravada con los impagos de las nóminas de los mineros por parte de algunas empresas. Los sindicatos apoyan al Ejecutivo en la presión que realiza a Bruselas para que autorice el real decreto español que prolonga las ayudas al menos hasta 2012 (la Unión Europea obliga a eliminarlas a partir de 2014), pero se mostraron decepcionados respecto a la segunda pata del conflicto, el cobro de las nóminas. Felipe López, de CC OO, acusó al Gobierno de "dar fechas a largo plazo" para abordar el pago inmediato a los trabajadores que aún no han cobrado. Sebastián anunció que abrirá expediente a las dos empresas que han dejado de abonar las nóminas, Alonso y Viloria, pero no dio fechas concretas de cobro a los mineros.
Sebastián presentó a las centrales un documento que probaba que los responsables de esas dos empresas, Victorino Alonso y Manuel Lamelas Viloria, han recibido 367 millones de euros en ayudas públicas. "No pueden justificar que no tienen dinero", aseguró el ministro, pues "tocan a 141.000 euros por cada uno de los 2.600 mineros" que emplean. Los sindicatos respondieron: "El dinero lo tiene Victorino, pero la voluntad de pagar es de Industria", replicó Antonio Dehusa, de UGT. Más allá del pago de las nóminas, los representantes de los trabajadores exigen que continúen las subvenciones al sector, sin las cuales no sobrevive.