Los excéntricos candidatos de las elecciones de Brasil

Maria Luisa Cavalcanti
BBC Brasil

"¿Qué hace un diputado federal? La verdad, yo no lo sé. Pero vote por mí y lo averiguaré para usted."
Esta es una de las consignas de un hombre que, gracias al respaldo de más un millón de votantes, espera ser electo a la Cámara de los Diputados de Brasil.
Si la frase parece chistosa, entonces quizás no le sorprenderá saber que este candidato en particular es un payaso profesional.
Se trata de Francisco Everardo Olivieira Silva, conocido popularmente como Tiririca, quien empezó a trabajar en un circo a los ocho años de edad en el pobre estado de Ceará, en el noroeste del país, y ahora es cómico de televisión.

Y como Tiririca -que significa gruñón- hay decenas de personajes brasileños del mundo del deporte y del espectáculo, luchando al lado de experimentados parlamentarios y miembros de clanes políticos de largo recorrido, por conseguir alguno de los 513 escaños de la cámara baja del parlamento brasileño.

En total en las elecciones que tendrán lugar a inicios de octubre próximo participan más de 6.000 candidatos de 27 partidos políticos diferentes.
Y otro candidato que está llamado a obtener una victoria arrolladora es el ex futbolista Romario, héroe brasileño de la victoria en la Copa del Mundo de 1994.

Romario se presenta como candidato en su estado natal de Río de Janeiro y espera poder trabajar para "mantener alejados a los niños del crack y otras drogas".
"Como niño que ha crecido en una comunidad pobre, me cansé de los políticos que nos visitaban y prometían mejoras que nunca llegaron. Me di cuenta que tengo que ser aquél que haga que las cosas se hagan", le dijo el futbolista a la BBC.
El impacto mediático

El ex futbolista Romario ha dicho que defenderá a los menos favorecidos.
Los principales medios de comunicación le han puesto más atención a la carrera presidencial, a pesar que esta ya está probablemente decidida, con la candidata del presidente Lula da Silva, Dilma Roussef, muy por delante de sus oponentes en las encuestas.
Pero es la "loca carrera" por el Congreso la que domina la blogosfera y las redes sociales brasileñas.

Los videos de Tiririca, por ejemplo, ya han sido vistos por más de 3 millones y medio de personas en YouTube y su nombre se mantuvo como uno de los trending topics de Twitter por unos días.

"En Brasil, todos los candidatos salen por la radio y la televisión. Pero cuando gente como Tiririca aparecen en la pantalla, se desmarcan de los "aburridos" que suelen aprovechar su aparición para presentar sus propuestas", explica Eliane Cantanhede, corresponsal de política del periódico Folha de São Paulo.

"Brasil tiene tradición de votar por este tipo de personajes, porque provocan una fuerte impresión en los votantes más pobres y desinformados y también porque atraen a los votantes con más educación que están enfadados con los políticos y quieren protestar", cuenta además Cantanhede.

Los analistas también creen que la forma en que la Cámara de los Diputados está formada -un sistema proporcional de listas abiertas- también alimenta la existencia de este tipo de candidatos.
David Fleischer, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Brasilia, explica: "A esta gente les promueven sus partidos con la esperanza de que conseguirán suficientes votos para poder colocar a dos o tres candidatos menos votados."

Suellem Rocha ha sido invitada a formar parte del Partido Nacional de los Trabajadores.
Y ni los partidos más fuertes escapan a la tendencia.
Un ejemplo es Suellem Rocha, apodada Mulher-Pera, (la mujer con forma de pera), una modelo y cantante de 22 años que dijo a la BBC que ha aceptado una propuesta del Partido Nacional de los Trabajadores para intentar conseguir un escaño en Brasília, desde donde espera poder "luchar por la gente joven".
"Estoy disfrutando haciendo campaña en las calles y la gente que me encuentro dice que prefiere votar por mí que por los políticos corruptos. Me dicen que es el momento de llevar la renovación al Congreso", dice la Mulher-Pera.
"Tipos Malos"

La corrupción es de hecho, una de las palabras más asociadas para con el Senado y la Cámara de los Representantes.

Una investigación llevada a cabo en 2007 por G1.com, una web de noticias brasileña, desveló que había habido por los menos 20 escándalos de corrupción en el Congreso desde que la democracia se reinstauró en Brasil en 1985.
Si en el pasado el Congreso era crucial para los opositores al régimen militar, hoy se percibe como un lugar en que los tipos malos van ha hacer dinero
Eliane Cantanhede, corresponsal de política del periódico Folha

Uno de los que tuvo más repercusión fue el escándalo "mensalao" en 2005 en que se descubrió que se pagaba a los diputados del Congreso por sus votos y que implicó al Partido de los Trabajadores dirigido por el Presidente Lula y algunos de sus aliados más cercanos.

Aquellos que fueron acusados dimitieron o bien fueron despedidos, pero Lula consiguió mantenerse a flote y fue reelegido al año siguiente.
"Si en el pasado el Congreso era crucial para los opositores al régimen militar, hoy se percibe como un lugar en que los tipos malos van ha hacer dinero", cuenta Cantanhede.
Para el analista, este es el resultado del fracaso de Brasil en el intento de cambiar la política del país, al contrario de lo que se hizo en el frente económico: "A causa de la naturaleza centralista de la administración Lula y a causa de la falta de interés en promover un debate ético, la legislación brasileña ha perdido su papel político."
Este órgano es todavía el responsable de aprobar o no las leyes y de controlar el presupuesto del Ejecutivo.

Pero, tal y como explica el professor Fleischer, la existencia de comités de liderazgo, formados por diputados designados por sus partidos y sus aliados, permite al presidente tener un poder considerable para controlar la agenda del Congreso.

El 3 de octubre, al menos 136 millones de brasileños también elegirán a los gobernadores y diputados de estado y a sus senadores. Votar es obligatorio en el país.

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