La Eurocámara sienta a Francia en el banquillo por expulsar a los gitanos
Ricardo Martínez, El País
El Parlamento Europeo colocó en la picota a Francia y Nicolas Sarkozy por la repatriación de miles de gitanos rumanos y búlgaros en un tenso debate en el que se calificó de escandalosa y ridícula la actitud de José Manuel Durão Barroso y de la Comisión por su aparente pusilanimidad y por no condenar por ilegales y contrarias a derecho comunitario las decisiones de París. La Eurocámara trabaja en una resolución conjunta a votar mañana. En los textos elaborados por los distintos grupos ideológicos, con vehemencia en la izquierda y los liberales, hay preocupación por lo ocurrido en Francia y se recuerda el inalienable derecho de los europeos a la libertad de movimiento y a la no discriminación por motivos étnicos.
"Todo el mundo en Europa debe respetar la ley y los Gobiernos deben respetar los derechos humanos, incluidos los de las minorías. En Europa no hay lugar para el racismo y la xenofobia", dijo Barroso. "En cuestiones tan delicadas, cuando surge un problema, todos debemos actuar con responsabilidad. Hago un serio llamamiento a no despertar los fantasmas del pasado".
Pero Barroso no se atrevió ni a citar el problema ni a Francia. Los socialistas, segundo grupo de la Eurocámara tras los populares, se lanzaron a esa yugular política de Barroso. "Todos sabemos que el Gobierno de Sarkozy ha caído en la caza de brujas", le replicó Martin Shultz, futuro presidente del Parlamento Europeo. Le secundó el líder liberal y ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt: "Lo que pasa en Francia es inaceptable. Pero desgraciadamente no es un caso aislado. Varios Gobiernos están cediendo a la tentación del populismo y la xenofobia". Terció el verde Daniel Cohn-Bendit: "Diga que lo que hace Francia es contrario al derecho europeo".
Barroso no lo dijo por la mañana, por dejar espacio al debate monográfico vespertino sobre el asunto, en el que el peso de la Comisión lo llevó Viviane Reding, vicepresidenta y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía. Reding indignó a sus euroseñorías avalando aparentemente las primeras explicaciones del Gobierno francés de que todo se está haciendo conforme a derecho. El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, "aseguró que se trata a todo el mundo por igual y que no está centrado en ningún grupo. Considero alentadoras estas palabras", añadió.
"¡Es escandaloso!", replicó en nombre de los socialistas Hannes Swoboda. "Barroso no ha aludido a ello y usted ni siquiera nos dice si Francia ha violado la ley. Luego vendrán Italia y Hungría y les encerrarán en campos. Es escandaloso e inaceptable". Otro eurodiputado utilizó las palabras "vergonzoso" y "ridículo".
En ese tono continuó durante dos horas el debate, con la izquierda lanzada sobre Francia y la Comisión, que apenas podían contar con el alivio de los populares de su correligionario Sarkozy y el rechazable apoyo de la ultraderecha europea, encarnada en un diputado ultra francés a quien las repatriaciones le parecen poco: "La única solución para esta gente es que salga de Europa".
Al final de las discusiones Reding tuvo que pedir calma y apuntó, como hizo Barroso horas antes, que la furia verbal de ahora no se corresponde con los hechos. La presidencia española de la UE organizó en abril en Córdoba la segunda cumbre europea sobre los gitanos: "¿Quién estuvo en Córdoba?", preguntó Reding a sus euroseñorías. Ella y otro comisario, se respondió, "dos ministros españoles, un secretario de Estado francés y un ministro finlandés". También señaló que muy pocos Gobiernos están recurriendo a los fondos europeos para la integración de los gitanos y en un golpe de efecto leyó palabras suyas pronunciadas con anterioridad que recogen algunos de los puntos que contienen las resoluciones sobre el asunto que están preparando los distintos grupos.
Dio el golpe definitivo al asegurar a sus euroseñorías que no están terminados los análisis sobre lo ocurrido en Francia y que de su anterior experiencia como comisaria (lo fue de Educación y Cultura y luego de Telecomunicaciones) saben que no le temblará el pulso a la hora de expedientar a un país aunque sea grande "si hay pruebas". Swoboda le reconoció que "ahora es usted más clara que al principio".
La intensidad verbal del debate se vio lastrada, de nuevo, por una Cámara semivacía, donde quizá apenas había un centenar de eurodiputados. Entre ellos el español Juan Fernando López Aguilar, quien dijo que "Europa no se construye solo con mercado interior, sino con ciudadanía" y que "el Parlamento debe decir con claridad que la expulsión colectiva va contra la ciudadanía".
A la contemporizadora resolución elaborada por el PPE respondieron los otros grupos (socialistas, liberales, verdes e izquierda unitaria) con distintas propuestas propias con tantos puntos en común que anoche se consolidaron en un resolución de consenso que será votada mañana en primer lugar y en caso de obtener la mayoría simple sería la posición oficial de la Eurocámara sobre lo ocurrido en Francia. La propuesta que planta cara a la del PPE alude a la directiva que consagra la libertad de movimiento de los ciudadanos y sus familias en la UE, condena expresamente las medidas tomadas por las autoridades francesas y pide que se suspendan de inmediato tales prácticas.
El Parlamento Europeo colocó en la picota a Francia y Nicolas Sarkozy por la repatriación de miles de gitanos rumanos y búlgaros en un tenso debate en el que se calificó de escandalosa y ridícula la actitud de José Manuel Durão Barroso y de la Comisión por su aparente pusilanimidad y por no condenar por ilegales y contrarias a derecho comunitario las decisiones de París. La Eurocámara trabaja en una resolución conjunta a votar mañana. En los textos elaborados por los distintos grupos ideológicos, con vehemencia en la izquierda y los liberales, hay preocupación por lo ocurrido en Francia y se recuerda el inalienable derecho de los europeos a la libertad de movimiento y a la no discriminación por motivos étnicos.
"Todo el mundo en Europa debe respetar la ley y los Gobiernos deben respetar los derechos humanos, incluidos los de las minorías. En Europa no hay lugar para el racismo y la xenofobia", dijo Barroso. "En cuestiones tan delicadas, cuando surge un problema, todos debemos actuar con responsabilidad. Hago un serio llamamiento a no despertar los fantasmas del pasado".
Pero Barroso no se atrevió ni a citar el problema ni a Francia. Los socialistas, segundo grupo de la Eurocámara tras los populares, se lanzaron a esa yugular política de Barroso. "Todos sabemos que el Gobierno de Sarkozy ha caído en la caza de brujas", le replicó Martin Shultz, futuro presidente del Parlamento Europeo. Le secundó el líder liberal y ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt: "Lo que pasa en Francia es inaceptable. Pero desgraciadamente no es un caso aislado. Varios Gobiernos están cediendo a la tentación del populismo y la xenofobia". Terció el verde Daniel Cohn-Bendit: "Diga que lo que hace Francia es contrario al derecho europeo".
Barroso no lo dijo por la mañana, por dejar espacio al debate monográfico vespertino sobre el asunto, en el que el peso de la Comisión lo llevó Viviane Reding, vicepresidenta y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía. Reding indignó a sus euroseñorías avalando aparentemente las primeras explicaciones del Gobierno francés de que todo se está haciendo conforme a derecho. El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, "aseguró que se trata a todo el mundo por igual y que no está centrado en ningún grupo. Considero alentadoras estas palabras", añadió.
"¡Es escandaloso!", replicó en nombre de los socialistas Hannes Swoboda. "Barroso no ha aludido a ello y usted ni siquiera nos dice si Francia ha violado la ley. Luego vendrán Italia y Hungría y les encerrarán en campos. Es escandaloso e inaceptable". Otro eurodiputado utilizó las palabras "vergonzoso" y "ridículo".
En ese tono continuó durante dos horas el debate, con la izquierda lanzada sobre Francia y la Comisión, que apenas podían contar con el alivio de los populares de su correligionario Sarkozy y el rechazable apoyo de la ultraderecha europea, encarnada en un diputado ultra francés a quien las repatriaciones le parecen poco: "La única solución para esta gente es que salga de Europa".
Al final de las discusiones Reding tuvo que pedir calma y apuntó, como hizo Barroso horas antes, que la furia verbal de ahora no se corresponde con los hechos. La presidencia española de la UE organizó en abril en Córdoba la segunda cumbre europea sobre los gitanos: "¿Quién estuvo en Córdoba?", preguntó Reding a sus euroseñorías. Ella y otro comisario, se respondió, "dos ministros españoles, un secretario de Estado francés y un ministro finlandés". También señaló que muy pocos Gobiernos están recurriendo a los fondos europeos para la integración de los gitanos y en un golpe de efecto leyó palabras suyas pronunciadas con anterioridad que recogen algunos de los puntos que contienen las resoluciones sobre el asunto que están preparando los distintos grupos.
Dio el golpe definitivo al asegurar a sus euroseñorías que no están terminados los análisis sobre lo ocurrido en Francia y que de su anterior experiencia como comisaria (lo fue de Educación y Cultura y luego de Telecomunicaciones) saben que no le temblará el pulso a la hora de expedientar a un país aunque sea grande "si hay pruebas". Swoboda le reconoció que "ahora es usted más clara que al principio".
La intensidad verbal del debate se vio lastrada, de nuevo, por una Cámara semivacía, donde quizá apenas había un centenar de eurodiputados. Entre ellos el español Juan Fernando López Aguilar, quien dijo que "Europa no se construye solo con mercado interior, sino con ciudadanía" y que "el Parlamento debe decir con claridad que la expulsión colectiva va contra la ciudadanía".
A la contemporizadora resolución elaborada por el PPE respondieron los otros grupos (socialistas, liberales, verdes e izquierda unitaria) con distintas propuestas propias con tantos puntos en común que anoche se consolidaron en un resolución de consenso que será votada mañana en primer lugar y en caso de obtener la mayoría simple sería la posición oficial de la Eurocámara sobre lo ocurrido en Francia. La propuesta que planta cara a la del PPE alude a la directiva que consagra la libertad de movimiento de los ciudadanos y sus familias en la UE, condena expresamente las medidas tomadas por las autoridades francesas y pide que se suspendan de inmediato tales prácticas.