La Asamblea General de la ONU apuesta por recuperar su papel de principal foro global
Naciones Unidas, Agencias
La Asamblea General de la ONU inauguró hoy su 65 período de sesiones con el propósito de consolidar su papel de principal foro de debate de asuntos de trascendencia global como el desarrollo y la cooperación internacional.
Esa es la meta que se marcó su nuevo presidente, el suizo Joseph Deiss, que encabezó la ceremonia de apertura del nuevo curso junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Este debe ser el lugar donde converjan los esfuerzos y las instituciones llamadas a establecer y asumir el Gobierno global. No hay asunto que preocupe al mundo y al planeta que sea irrelevante en nuestros debates", afirmó el ex presidente de la Confederación Helvética y ex ministro de Asuntos Exteriores y Economía del país europeo.
Por ello, instó a los 192 países miembros del organismo internacional a contradecir la opinión extendida de que la Asamblea General es un foro ineficaz e impotente, que sirve exclusivamente de marco a discusiones interminables.
"Tenemos la obligación de mostrar resultados, los asuntos que discutiremos son demasiado graves como para que esa obligación no sea nuestra principal motivación", afirmó Deiss.
Para ello, el nuevo presidente de la Asamblea General pidió a los Gobiernos que vayan más allá de sus intereses nacionales y colaboren "en beneficio de todos".
El político suizo señaló que la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) dentro del plazo de 2015 debe ser el asunto prioritario de este período de sesiones, ya que "no tenemos el derecho a fracasar".
Recordó que el próximo lunes y martes, cerca de 140 jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en la sede de Naciones Unidas para garantizar el cumplimiento de las metas que la comunidad internacional se propuso en la cumbre del Milenio de 2000.
"Pese a la crisis económica, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están al alcance. En particular, hay que salvar las brechas en la lucha contra el hambre, la mortalidad infantil y la salud materna", indicó Deiss.
Su segunda prioridad será incrementar el papel de la Asamblea General en la discusión de soluciones a desafíos y problemas que afronta el conjunto del planeta.
"Los retos que afrontamos hoy tienen una dimensión global y requieren de soluciones globales. Nuestras acciones deben contar con una amplia legitimidad y ser el resultado de un proceso integrador", afirmó Deiss, que entre otras cosas expresó la intención de iniciar con puntualidad los debates del órgano y hacer un "uso efectivo del tiempo".
Por último, resaltó la importancia de promover con eficacia el desarrollo sostenible que tenga en cuenta fenómenos como el cambio climático y la degradación de la biodiversidad del planeta.
"Creo que es crucial incrementar los niveles de concienciación respecto a la necesidad de estructuras económicas más respetuosas con el medio ambiente y las futuras generaciones", agregó.
El nuevo presidente de la Asamblea General inició su carrera política en 1981, pero no fue sino hasta 1999 cuando entró en el Gobierno de su país como titular del Ministerio de Asuntos Exteriores, para luego asumir la cartera de Economía.
Además, en enero de 2004 fue elegido presidente de la Confederación Helvética, cargo que ocupó durante un año, tal como establece la Constitución del país.
La prioridad inmediata de este político suizo, de 64 años, será la conducción junto al secretario general de la cumbre de los ODM de la próxima semana, así como el posterior debate en la Asamblea General del 23 al 30 de septiembre.
En la declaración final que se espera adoptar en la conclusión de la cumbre, la comunidad internacional reafirma el respaldo a los ocho objetivos que se propuso en la Cumbre del Milenio, hace 10 años, y reconoce que todavía hay más de 1.000 millones de personas que viven en una situación de pobreza extrema.
Naciones Unidas estima que el mundo está en camino de cumplir la meta de reducir para 2015 a la mitad los índices de pobreza extrema registrados en 1990, el principal de los ocho ODM, si se mantienen los actuales esfuerzos en esta materia.
Se teme que no se alcancen metas como la promoción de la igualdad de género, la reducción de la mortalidad materna y la aportación del 0,7% del ingreso nacional bruto a la ayuda al desarrollo.
Según un informe divulgado hoy por el Instituto de Estudios sobre el Desarrollo (IDS) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los cálculos para medir el progreso en los ODM "disimulan la evidencia de que los logros son considerablemente desiguales".
Según sus autores, personas en todas las regiones del mundo se han quedado al margen del progreso debido a su raza, origen étnico, religión, género o lugar de residencia.
La Asamblea General de la ONU inauguró hoy su 65 período de sesiones con el propósito de consolidar su papel de principal foro de debate de asuntos de trascendencia global como el desarrollo y la cooperación internacional.
Esa es la meta que se marcó su nuevo presidente, el suizo Joseph Deiss, que encabezó la ceremonia de apertura del nuevo curso junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Este debe ser el lugar donde converjan los esfuerzos y las instituciones llamadas a establecer y asumir el Gobierno global. No hay asunto que preocupe al mundo y al planeta que sea irrelevante en nuestros debates", afirmó el ex presidente de la Confederación Helvética y ex ministro de Asuntos Exteriores y Economía del país europeo.
Por ello, instó a los 192 países miembros del organismo internacional a contradecir la opinión extendida de que la Asamblea General es un foro ineficaz e impotente, que sirve exclusivamente de marco a discusiones interminables.
"Tenemos la obligación de mostrar resultados, los asuntos que discutiremos son demasiado graves como para que esa obligación no sea nuestra principal motivación", afirmó Deiss.
Para ello, el nuevo presidente de la Asamblea General pidió a los Gobiernos que vayan más allá de sus intereses nacionales y colaboren "en beneficio de todos".
El político suizo señaló que la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) dentro del plazo de 2015 debe ser el asunto prioritario de este período de sesiones, ya que "no tenemos el derecho a fracasar".
Recordó que el próximo lunes y martes, cerca de 140 jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en la sede de Naciones Unidas para garantizar el cumplimiento de las metas que la comunidad internacional se propuso en la cumbre del Milenio de 2000.
"Pese a la crisis económica, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están al alcance. En particular, hay que salvar las brechas en la lucha contra el hambre, la mortalidad infantil y la salud materna", indicó Deiss.
Su segunda prioridad será incrementar el papel de la Asamblea General en la discusión de soluciones a desafíos y problemas que afronta el conjunto del planeta.
"Los retos que afrontamos hoy tienen una dimensión global y requieren de soluciones globales. Nuestras acciones deben contar con una amplia legitimidad y ser el resultado de un proceso integrador", afirmó Deiss, que entre otras cosas expresó la intención de iniciar con puntualidad los debates del órgano y hacer un "uso efectivo del tiempo".
Por último, resaltó la importancia de promover con eficacia el desarrollo sostenible que tenga en cuenta fenómenos como el cambio climático y la degradación de la biodiversidad del planeta.
"Creo que es crucial incrementar los niveles de concienciación respecto a la necesidad de estructuras económicas más respetuosas con el medio ambiente y las futuras generaciones", agregó.
El nuevo presidente de la Asamblea General inició su carrera política en 1981, pero no fue sino hasta 1999 cuando entró en el Gobierno de su país como titular del Ministerio de Asuntos Exteriores, para luego asumir la cartera de Economía.
Además, en enero de 2004 fue elegido presidente de la Confederación Helvética, cargo que ocupó durante un año, tal como establece la Constitución del país.
La prioridad inmediata de este político suizo, de 64 años, será la conducción junto al secretario general de la cumbre de los ODM de la próxima semana, así como el posterior debate en la Asamblea General del 23 al 30 de septiembre.
En la declaración final que se espera adoptar en la conclusión de la cumbre, la comunidad internacional reafirma el respaldo a los ocho objetivos que se propuso en la Cumbre del Milenio, hace 10 años, y reconoce que todavía hay más de 1.000 millones de personas que viven en una situación de pobreza extrema.
Naciones Unidas estima que el mundo está en camino de cumplir la meta de reducir para 2015 a la mitad los índices de pobreza extrema registrados en 1990, el principal de los ocho ODM, si se mantienen los actuales esfuerzos en esta materia.
Se teme que no se alcancen metas como la promoción de la igualdad de género, la reducción de la mortalidad materna y la aportación del 0,7% del ingreso nacional bruto a la ayuda al desarrollo.
Según un informe divulgado hoy por el Instituto de Estudios sobre el Desarrollo (IDS) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los cálculos para medir el progreso en los ODM "disimulan la evidencia de que los logros son considerablemente desiguales".
Según sus autores, personas en todas las regiones del mundo se han quedado al margen del progreso debido a su raza, origen étnico, religión, género o lugar de residencia.