Italia le ganó 2 a 1 a Estonia en el primer partido de eliminatorias para Euro 2012
ROMA, Agencias
La nueva Italia, la Azzurra de Prandelli, está finalmente dando sus primeros pasos. Fueron exactamente tres, como los puntos conseguidos en Estonia gracias al triunfo por 2 a 1 en remontada, con goles de Antonio Cassano y Leonardo Bonucci tras la momentánea ventaja de Sergei Zenjov.
Así, la Nazionale empezó de la mejor manera el camino hacia Euro 2012, logrando regresar al triunfo luego de un inicio 2010 pésimo, en el que Italia fue derrotada 2 veces y en 4 ocasiones fue parada por una igualdad.
Por encima, para los más cabuleros, otra vez más un nuevo ciclo se abre con un 2 a 1 en favor (como el debut de Lippi hace seis años atrás) y, otra vez más, un talentoso "líder" decidió el match en Estonia, como en el 1993 cuando Roberto Baggio salvó a la Azzurra con dos goles y una asistencia.
Cassano - Quaglialla y Bonucci
APAntonio Cassano (1º der) inició la remontada
EL MATCH
Italia empezó con buenas intensiones, pero con un ritmo algo lento y algunas claras dificultades, por ejemplo la de treparse en la cancha y la de mantener bien cortas las distancias.
Estonia, en cambio, aprovechó del frío de su cancha, del mal tiempo y de la mejor preparación física para presionar constantemente y tratar de alargar aún más los espacios entre las líneas italianas. Por casi todo el primer tiempo lo logró, con la Azzurra puesta en dificultad porque obligada a renunciar a menudo al juego corto por el piso.
El agua y el clima, claramente, fueron factores en favor del equipo menos técnico y, de esa manera, los locales tuvieron la chance de jugarle de par a par a los muchachos de Prandelli.
Así, a la media hora llegó también el gol de Estonia, que fue determinado únicamente por un grave error del arquero visitante, Sirigu, quien no sólo no supo retener un tiro libre desde unos 40 metros (culpa también de un rebote complicado del balón), sin o que hasta equivocó completamente el despeje, dejando el balón en el medio del área para que Zenjov lo depositara cómodamente en el fondo de la red.
Italia acusó el golpe y no logró reaccionar, asumiendo una actitud muy pasiva y tímida hasta el final de etapa. Sin embargo, en el complemento el equipo regresó a la cancha con toda otra actitud: mucho más altos en la cancha, compactos y aguerridos, los azzurri empezaron a mantener con mayor eficacia la posesión del balón, con toques rápidos y cortos, y a abastecer de balones los delanteros, para mover la pelota ahí arriba y abrir la defensa rival.
La diferente mentalidad y el juego más efervescente empezaron a dar sus frutos: Italia arrinconó a Estonia en su mitad de cancha, desde donde raramente el conjunto local logró salir. Sin embargo, con Pazzini demasiado empleado en jugar para el equipo y aguantarla sobre la tres cuartos, Cassano y Pepe demasiado abiertos y por culpa de las pocas entradas en el área por parte de los volantes, la visita fatigó a crear claras ocasiones para anotar, con un juego que se demostró bastante estéril.
De todas maneras, la presión, la nueva actitud y la enorme diferencia técnica y de experiencia entre los cuadros terminó por hacer la diferencia e Italia pudo dar vuelta el marcador con dos jugadas de pelota parada.
Primero llegó un gol de cabeza de Cassano, dejado increíblemente solo en el medio del área en jugada de tiro de esquina desde la derecha. Después, con otro córner pero esta vez desde el otro lado, Italia anotó el segundo con un esquema muy bonito: Pirlo sacó bajo hacia el primer palo, "FantAntonio", parado casi sobre la línea de fondo, la tocó de taco hacia el medio y Bonucci, quien recibió en el área chica, la empujó adentro sin problemas.
La ventaja le dio nuevas fuerzas a los italianos, quienes siguieron dominando la maniobra, se movieron bien por la cancha y mostraron buenos diálogos entre volantes, delanteros y laterales. Sin embargo, el juego siguió siendo muy estéril y, al final, no hubo otras claras chances para anotar. Al revés, Estonia casi dio el batacazo al último minuto, también esta vez en jugada de tiro de esquina, pero la defensa de Prandelli se portó bien y salvó una situación complicada.
Andrea Pirlo
Getty ImagesAndrea Pirlo, el mejor de la cancha
IMPRESIONES
Claramente Estonia no es un rival a la altura de Italia y, considerando ese factor, no hay dudas de que el camino de la Azzurra para regresar a su grande nivel es todavía muy largo.
De todas maneras, con un cuadro tan cambiado y en un marco de altísima presión psicológica, luego de meses pésimos para la Nazionale, lo más importante era vencer y comenzar a poner las bases de los discursos que el equipo querrá proponer en futuro.
Los tres puntos llegaron y no dan solo la oportunidad de encaminarse de la mejor manera hacia el Europeo, si no que son también una grande inyección de confianza para todo el ambiente. Se sabe que, en el fútbol, en fin de cuentas son los triunfos los que eliminan cada fantasma del pasado.
Respecto a los proyectos, el partido interpretado por los once azzurri fue muy positivo y lleno de argumentos interesantes: por ejemplo, convenció mucho el esfuerzo hecho por Pirlo (uno de los mejores del match), Montolivo y De Rossi para jugarla por el piso, armar fútbol ahí en el medio y darle a la maniobra un sentido coral, llamando en causa a menudo sobre todo la subida de los marcadores de punta.
Da muchas esperanzas el sacrificio con el que Pazzini lo dejó todo para el equipo, aún que nos hace torcer un poco la boca la idea de que Italia juegue con semejante "nueve" para luego hacerlo alejar del arco, ayudando al equipo a subir pero haciéndole un grande favor a los centrales defensivos de los rivales.
En fin, una de las notas más positivas fue la de Cassano: el "barese" finalmente se está acostumbrando a la idea de tener que tomar las riendas del equipo y, con un par de golpes de genio, logró hacer la diferencia. Sus compañeros lo buscan mucho y Prandelli quiere que sea así, porque el estro de ese jugador es demasiado importante para oscurecerlo con tácticas y maniobras demasiado estrictas. FantAntonio podrá ser el arma más de esta Italia. Deberá sólo seguir por este camino y esperar que el equipo logre ayudarlo.
Federico Manfredo nació en Buenos Aires, pero vive en Italia desde 1998. Allí comenzó su carrera periodística, en medios radiales y televisivos. Desde setiembre de 2009 es el corresponsal en Italia de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.
La nueva Italia, la Azzurra de Prandelli, está finalmente dando sus primeros pasos. Fueron exactamente tres, como los puntos conseguidos en Estonia gracias al triunfo por 2 a 1 en remontada, con goles de Antonio Cassano y Leonardo Bonucci tras la momentánea ventaja de Sergei Zenjov.
Así, la Nazionale empezó de la mejor manera el camino hacia Euro 2012, logrando regresar al triunfo luego de un inicio 2010 pésimo, en el que Italia fue derrotada 2 veces y en 4 ocasiones fue parada por una igualdad.
Por encima, para los más cabuleros, otra vez más un nuevo ciclo se abre con un 2 a 1 en favor (como el debut de Lippi hace seis años atrás) y, otra vez más, un talentoso "líder" decidió el match en Estonia, como en el 1993 cuando Roberto Baggio salvó a la Azzurra con dos goles y una asistencia.
Cassano - Quaglialla y Bonucci
APAntonio Cassano (1º der) inició la remontada
EL MATCH
Italia empezó con buenas intensiones, pero con un ritmo algo lento y algunas claras dificultades, por ejemplo la de treparse en la cancha y la de mantener bien cortas las distancias.
Estonia, en cambio, aprovechó del frío de su cancha, del mal tiempo y de la mejor preparación física para presionar constantemente y tratar de alargar aún más los espacios entre las líneas italianas. Por casi todo el primer tiempo lo logró, con la Azzurra puesta en dificultad porque obligada a renunciar a menudo al juego corto por el piso.
El agua y el clima, claramente, fueron factores en favor del equipo menos técnico y, de esa manera, los locales tuvieron la chance de jugarle de par a par a los muchachos de Prandelli.
Así, a la media hora llegó también el gol de Estonia, que fue determinado únicamente por un grave error del arquero visitante, Sirigu, quien no sólo no supo retener un tiro libre desde unos 40 metros (culpa también de un rebote complicado del balón), sin o que hasta equivocó completamente el despeje, dejando el balón en el medio del área para que Zenjov lo depositara cómodamente en el fondo de la red.
Italia acusó el golpe y no logró reaccionar, asumiendo una actitud muy pasiva y tímida hasta el final de etapa. Sin embargo, en el complemento el equipo regresó a la cancha con toda otra actitud: mucho más altos en la cancha, compactos y aguerridos, los azzurri empezaron a mantener con mayor eficacia la posesión del balón, con toques rápidos y cortos, y a abastecer de balones los delanteros, para mover la pelota ahí arriba y abrir la defensa rival.
La diferente mentalidad y el juego más efervescente empezaron a dar sus frutos: Italia arrinconó a Estonia en su mitad de cancha, desde donde raramente el conjunto local logró salir. Sin embargo, con Pazzini demasiado empleado en jugar para el equipo y aguantarla sobre la tres cuartos, Cassano y Pepe demasiado abiertos y por culpa de las pocas entradas en el área por parte de los volantes, la visita fatigó a crear claras ocasiones para anotar, con un juego que se demostró bastante estéril.
De todas maneras, la presión, la nueva actitud y la enorme diferencia técnica y de experiencia entre los cuadros terminó por hacer la diferencia e Italia pudo dar vuelta el marcador con dos jugadas de pelota parada.
Primero llegó un gol de cabeza de Cassano, dejado increíblemente solo en el medio del área en jugada de tiro de esquina desde la derecha. Después, con otro córner pero esta vez desde el otro lado, Italia anotó el segundo con un esquema muy bonito: Pirlo sacó bajo hacia el primer palo, "FantAntonio", parado casi sobre la línea de fondo, la tocó de taco hacia el medio y Bonucci, quien recibió en el área chica, la empujó adentro sin problemas.
La ventaja le dio nuevas fuerzas a los italianos, quienes siguieron dominando la maniobra, se movieron bien por la cancha y mostraron buenos diálogos entre volantes, delanteros y laterales. Sin embargo, el juego siguió siendo muy estéril y, al final, no hubo otras claras chances para anotar. Al revés, Estonia casi dio el batacazo al último minuto, también esta vez en jugada de tiro de esquina, pero la defensa de Prandelli se portó bien y salvó una situación complicada.
Andrea Pirlo
Getty ImagesAndrea Pirlo, el mejor de la cancha
IMPRESIONES
Claramente Estonia no es un rival a la altura de Italia y, considerando ese factor, no hay dudas de que el camino de la Azzurra para regresar a su grande nivel es todavía muy largo.
De todas maneras, con un cuadro tan cambiado y en un marco de altísima presión psicológica, luego de meses pésimos para la Nazionale, lo más importante era vencer y comenzar a poner las bases de los discursos que el equipo querrá proponer en futuro.
Los tres puntos llegaron y no dan solo la oportunidad de encaminarse de la mejor manera hacia el Europeo, si no que son también una grande inyección de confianza para todo el ambiente. Se sabe que, en el fútbol, en fin de cuentas son los triunfos los que eliminan cada fantasma del pasado.
Respecto a los proyectos, el partido interpretado por los once azzurri fue muy positivo y lleno de argumentos interesantes: por ejemplo, convenció mucho el esfuerzo hecho por Pirlo (uno de los mejores del match), Montolivo y De Rossi para jugarla por el piso, armar fútbol ahí en el medio y darle a la maniobra un sentido coral, llamando en causa a menudo sobre todo la subida de los marcadores de punta.
Da muchas esperanzas el sacrificio con el que Pazzini lo dejó todo para el equipo, aún que nos hace torcer un poco la boca la idea de que Italia juegue con semejante "nueve" para luego hacerlo alejar del arco, ayudando al equipo a subir pero haciéndole un grande favor a los centrales defensivos de los rivales.
En fin, una de las notas más positivas fue la de Cassano: el "barese" finalmente se está acostumbrando a la idea de tener que tomar las riendas del equipo y, con un par de golpes de genio, logró hacer la diferencia. Sus compañeros lo buscan mucho y Prandelli quiere que sea así, porque el estro de ese jugador es demasiado importante para oscurecerlo con tácticas y maniobras demasiado estrictas. FantAntonio podrá ser el arma más de esta Italia. Deberá sólo seguir por este camino y esperar que el equipo logre ayudarlo.
Federico Manfredo nació en Buenos Aires, pero vive en Italia desde 1998. Allí comenzó su carrera periodística, en medios radiales y televisivos. Desde setiembre de 2009 es el corresponsal en Italia de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.