Fútbol español: El Madrid está seco de gol y lo paga
Luis Nieto, As
Emitir en pruebas es jugar con fuego para este Madrid, que se dejó dos puntos en Valencia de esos que tardan meses en cicatrizar. Como los que tiró en Mallorca en el estreno. Unos días falta el juego y otros el gol. Y en jornadas aciagas, como la de hoy, ambas. Un Levante esforzado pero sin colmillos resistió al Madrid sin la necesidad de encomendarse al cielo. Habla bien de él el resultado y muy mal del equipo de Mourinho, aplomado, sin infantería ni artillería. Seis goles en cinco partidos ponen en solfa el modelo.
El duelo se resumió en un sosísimo gobierno del Madrid, cuyas opciones ante Manolo Reina crecieron al ritmo que perdía energía el Levante, que tampoco fue lo prometido. Bien es cierto que hubo de apañarse con un equipo de servicios mínimos, muy mermado por sus siete bajas, pero no alzó la imagen combativa que la Real Sociedad presentó en Anoeta hace una semana. Se limitó a resistir ante la tonelada de goleadores en crisis que se le vino encima sin dar una voz cerca de Casillas. Tiene el horizonte del maratoniano: sufrir y aguantar.
Enfrente, el Madrid volvió a ser la versión más pastosa de sí mismo, un equipo aburridamente organizado (esa medalla ya no hay quien se la arrebate a Mourinho), que se cuidó mucho y bien de no encajar una contra, pero que no se esmeró en una circulación rápida del balón. En esta Liga de grandísimas desigualdades parece haber llegado a la conclusión de que el gol aparecerá como el rayo tras el trueno, sin caer sobre el rival con empeño y codicia.
Así, fue sumando ocasiones salteadas durante la primera parte. Higuaín erró la más clara, en boca de gol. Anda siempre con el dedo en el gatillo pero sin poner el ojo en la mirilla. Disparó al aire frente a un blanco claro. Di María y Cristiano también se equivocaron en dos vaselinas relativamente sencillas.
Al argentino le penaliza mucho jugar en la derecha, donde sólo encuentra su pierna buena para disparar y no para ampliar el campo y ofrecerle grandes posibilidades de negocio a Higuaín. Cristiano continúa en su laberinto, sin saberse creador o goleador, estrella o cómplice. Le ha abandonado el gol y no encuentra cobijo en ninguna parte. No fue sensata una patada por detrás que propinó a Del Horno. Pudo costarle la roja y sacó los demonios de Mourinho en la bronca posterior. Y Juanlu pretendió extraer partido luego de su mal humor desmayándose ante un leve manotazo del portugués en una simple pugna.
Gol bien anulado
Y tampoco de atrás llegaron refuerzos. Xabi Alonso y Khedira colaboran poco en la creación. El primero, por falta de atrevimiento, no se sabe si voluntaria o inducida. El segundo, porque la llegada no está en su ADN. Le dio un gol a Higuaín, anulado justamente por fuera de juego, y poco más. Y Özil, el encargado de poner en marcha el motor, se defiende a base de muletazos, sin ligar la faena. Y de arte racheado no se vive en el Madrid. Con todo, el Levante llegó vivo al descanso milagrosamente y gracias a que el partido fue ensuciándose, algo que bajó muchísimo las pulsaciones.
La cosa no mejoró a vuelta de vestuarios. Si acaso empeoró el arbitraje, porque a Rubén, recién entrado, le señaló Delgado Ferreiro un fuera de juego inexistente por dos metros y porque el colegiado ignoró un penalti por mano ostensible de Del Horno que cortó un cabezazo de Higuaín.
Mourinho abrió un poco la mano. Puso un segundo punta, Benzema, y le dio un brazo derecho al equipo, Pedro León, que está para ser titular. Buscaba el fuego a discreción que, a última hora, cayó sin puntería sobre el Mallorca en el estéril estreno. Y quitó a Özil, del que cabe esperar un gran pase incluso en un mal día.
A partir de ahí, el reloj voló para el Madrid. O al menos eso cabe deducir de la precipitación en su juego, con algunos momentos de claridad de Pedro León, una ocasión más desperdiciada por Benzema, un tiro inocente del francés con el que se enredó inexplicablemente Manolo Reina y un mano a mano que el meta le ganó a Higuaín. Fue una carga final tan poco atinada como el juego del equipo.
Levante: Reina, Cerra, Ballesteros, Nano, Del Horno, Xisco Muñoz, Sergio, Xavi Torres, Juanlu (Xisco Nadal, m.86), Nacho González (Rubén, m.49) y Stuani (Rafa Jordà, m.67).
Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho, Marcelo, Khedira, Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Ozil (Pedro León, m.62), Di Maria (Benzema, m.62) e Higuaín.
Árbitro: Delgado Ferreiro, del comité vasco. Amonestó a los jugadores locales Cerra, Del Horno, Rafa Jordà, Xisco Nadal, Xisco Muñoz, y a los visitantes Di María, Sergio Ramos. Expulsó al médico del Real Madrid, Juan Carlos Hernández, en la recta final del partido.
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el estadio Ciutat de Valéncia ante 18.326 espectadores. Antes del inicio del encuentro el Levante homenajeó a los jugadores del Real Madrid campeones del mundo.
Emitir en pruebas es jugar con fuego para este Madrid, que se dejó dos puntos en Valencia de esos que tardan meses en cicatrizar. Como los que tiró en Mallorca en el estreno. Unos días falta el juego y otros el gol. Y en jornadas aciagas, como la de hoy, ambas. Un Levante esforzado pero sin colmillos resistió al Madrid sin la necesidad de encomendarse al cielo. Habla bien de él el resultado y muy mal del equipo de Mourinho, aplomado, sin infantería ni artillería. Seis goles en cinco partidos ponen en solfa el modelo.
El duelo se resumió en un sosísimo gobierno del Madrid, cuyas opciones ante Manolo Reina crecieron al ritmo que perdía energía el Levante, que tampoco fue lo prometido. Bien es cierto que hubo de apañarse con un equipo de servicios mínimos, muy mermado por sus siete bajas, pero no alzó la imagen combativa que la Real Sociedad presentó en Anoeta hace una semana. Se limitó a resistir ante la tonelada de goleadores en crisis que se le vino encima sin dar una voz cerca de Casillas. Tiene el horizonte del maratoniano: sufrir y aguantar.
Enfrente, el Madrid volvió a ser la versión más pastosa de sí mismo, un equipo aburridamente organizado (esa medalla ya no hay quien se la arrebate a Mourinho), que se cuidó mucho y bien de no encajar una contra, pero que no se esmeró en una circulación rápida del balón. En esta Liga de grandísimas desigualdades parece haber llegado a la conclusión de que el gol aparecerá como el rayo tras el trueno, sin caer sobre el rival con empeño y codicia.
Así, fue sumando ocasiones salteadas durante la primera parte. Higuaín erró la más clara, en boca de gol. Anda siempre con el dedo en el gatillo pero sin poner el ojo en la mirilla. Disparó al aire frente a un blanco claro. Di María y Cristiano también se equivocaron en dos vaselinas relativamente sencillas.
Al argentino le penaliza mucho jugar en la derecha, donde sólo encuentra su pierna buena para disparar y no para ampliar el campo y ofrecerle grandes posibilidades de negocio a Higuaín. Cristiano continúa en su laberinto, sin saberse creador o goleador, estrella o cómplice. Le ha abandonado el gol y no encuentra cobijo en ninguna parte. No fue sensata una patada por detrás que propinó a Del Horno. Pudo costarle la roja y sacó los demonios de Mourinho en la bronca posterior. Y Juanlu pretendió extraer partido luego de su mal humor desmayándose ante un leve manotazo del portugués en una simple pugna.
Gol bien anulado
Y tampoco de atrás llegaron refuerzos. Xabi Alonso y Khedira colaboran poco en la creación. El primero, por falta de atrevimiento, no se sabe si voluntaria o inducida. El segundo, porque la llegada no está en su ADN. Le dio un gol a Higuaín, anulado justamente por fuera de juego, y poco más. Y Özil, el encargado de poner en marcha el motor, se defiende a base de muletazos, sin ligar la faena. Y de arte racheado no se vive en el Madrid. Con todo, el Levante llegó vivo al descanso milagrosamente y gracias a que el partido fue ensuciándose, algo que bajó muchísimo las pulsaciones.
La cosa no mejoró a vuelta de vestuarios. Si acaso empeoró el arbitraje, porque a Rubén, recién entrado, le señaló Delgado Ferreiro un fuera de juego inexistente por dos metros y porque el colegiado ignoró un penalti por mano ostensible de Del Horno que cortó un cabezazo de Higuaín.
Mourinho abrió un poco la mano. Puso un segundo punta, Benzema, y le dio un brazo derecho al equipo, Pedro León, que está para ser titular. Buscaba el fuego a discreción que, a última hora, cayó sin puntería sobre el Mallorca en el estéril estreno. Y quitó a Özil, del que cabe esperar un gran pase incluso en un mal día.
A partir de ahí, el reloj voló para el Madrid. O al menos eso cabe deducir de la precipitación en su juego, con algunos momentos de claridad de Pedro León, una ocasión más desperdiciada por Benzema, un tiro inocente del francés con el que se enredó inexplicablemente Manolo Reina y un mano a mano que el meta le ganó a Higuaín. Fue una carga final tan poco atinada como el juego del equipo.
Levante: Reina, Cerra, Ballesteros, Nano, Del Horno, Xisco Muñoz, Sergio, Xavi Torres, Juanlu (Xisco Nadal, m.86), Nacho González (Rubén, m.49) y Stuani (Rafa Jordà, m.67).
Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho, Marcelo, Khedira, Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Ozil (Pedro León, m.62), Di Maria (Benzema, m.62) e Higuaín.
Árbitro: Delgado Ferreiro, del comité vasco. Amonestó a los jugadores locales Cerra, Del Horno, Rafa Jordà, Xisco Nadal, Xisco Muñoz, y a los visitantes Di María, Sergio Ramos. Expulsó al médico del Real Madrid, Juan Carlos Hernández, en la recta final del partido.
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el estadio Ciutat de Valéncia ante 18.326 espectadores. Antes del inicio del encuentro el Levante homenajeó a los jugadores del Real Madrid campeones del mundo.