El veto ruso a exportar cereales desata el temor a una crisis alimentaria global
Moscú, Agencias
La decisión del primer ministro ruso, Vladímir Putin, de prolongar la prohibición sobre las exportaciones de cereales hasta que se recoja la cosecha del próximo año (noviembre de 2011) ha desatado el temor a una nueva crisis alimentaria mundial. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) convocó ayer una reunión, que se celebrará en Roma el 24 de este mes de septiembre, para tratar de controlar los precios de los alimentos básicos. "En las últimas semanas, el precio del trigo en el mercado global de cereales ha experimentado un súbito incremento ante el temor a que se produzca escasez", dijo un portavoz de la FAO, al anunciar que el objetivo de la reunión es que los países exportadores y los importadores busquen "soluciones constructivas" a la tensión que viven los mercados.
Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, ha sido el primero en sufrir un estallido de violencia por la carestía de los alimentos básicos. Las tropas patrullan desde el miércoles pasado por las calles de Maputo y ayer de nuevo se enfrentaron con gases lacrimógenos y pelotas de goma a una multitud que había sido convocada por SMS para protestar contra una subida del 30% en el precio del pan. Dos personas resultaron heridas muy graves. Se suman a las diez víctimas mortales del miércoles -incluidos dos niños- y otros 443 heridos.
El Gobierno celebró ayer una sesión de emergencia tras la cual afirmó que el aumento del precio del pan es "irreversible". El Ejecutivo pidió calma a los 23 millones de habitantes, dos tercios de los cuales viven con menos de un euro por persona y día. Además, les exigió que se abstengan de participar en actos de protesta, vandálicos o en saqueos y añadió que investigará de donde provienen los SMS con los que se convocó a los manifestantes.
Estas son las protestas más violentas que sacuden Mozambique desde 2008, cuando hubo cuatro muertos también en manifestaciones contra la inflación en los alimentos básicos.
Rusia, cuarto exportador de trigo, prohibió el pasado 15 de agosto y hasta el 31 de diciembre las ventas al exterior para frenar la presión inflacionista interna. La cosecha este año ha sido desastrosa, debido a una inusitada sequía, situación que en algunos lugares se vio agravada por la ola de incendios forestales que ha azotado al país. Ahora los pronósticos para la cosecha de este año son de unos 60 millones de toneladas -el consumo interno es de mínimo 70 millones-, contra los 90 millones que se pensaba recolectar. El año pasado la cosecha fue de 97 millones, de los cuales Rusia exportó una cuarta parte, pese a estar lejos de los 108 millones de toneladas recolectados en 2008.
El cereal que ya ha comenzado a escasear en Rusia es el alforfón, que ha desaparecido de la mayoría de las tiendas y cuyo precio se ha triplicado. Producto básico sobre todo para las capas más humildes de la población rusa, la sequía ha golpeado duramente la zona del Volga, que produce el 40% de este cultivo. De ahí que los expertos calculen que la cosecha de alforfón este año sea de solo unas 400.000 toneladas, frente a un consumo de 700.000.
En el mejor de los casos, la prohibición de exportar se levantará en julio-agosto de 2011, cuando se tenga un panorama más o menos claro de la futura cosecha y de los volúmenes que se podrán destinar al extranjero, señaló Arkadi Zlochevski, presidente de la Unión Cerealista. El déficit afecta asimismo a los cereales destinados a pienso, con lo que se teme que los precios de la carne subirán también. A esto se une el aumento de la demanda de productos cárnicos en China e India, lo que alienta la inflación. Desde principios de julio, el precio del trigo en el mercado internacional ha aumentado un 47%, el del maíz, un 26% y el del arroz, un 15%.
Las autoridades rusas tratan de tranquilizar a la población asegurando que no habrá escasez de alimentos, al tiempo que amenazan con castigar a los que suben injustificadamente los precios.
La decisión del primer ministro ruso, Vladímir Putin, de prolongar la prohibición sobre las exportaciones de cereales hasta que se recoja la cosecha del próximo año (noviembre de 2011) ha desatado el temor a una nueva crisis alimentaria mundial. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) convocó ayer una reunión, que se celebrará en Roma el 24 de este mes de septiembre, para tratar de controlar los precios de los alimentos básicos. "En las últimas semanas, el precio del trigo en el mercado global de cereales ha experimentado un súbito incremento ante el temor a que se produzca escasez", dijo un portavoz de la FAO, al anunciar que el objetivo de la reunión es que los países exportadores y los importadores busquen "soluciones constructivas" a la tensión que viven los mercados.
Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, ha sido el primero en sufrir un estallido de violencia por la carestía de los alimentos básicos. Las tropas patrullan desde el miércoles pasado por las calles de Maputo y ayer de nuevo se enfrentaron con gases lacrimógenos y pelotas de goma a una multitud que había sido convocada por SMS para protestar contra una subida del 30% en el precio del pan. Dos personas resultaron heridas muy graves. Se suman a las diez víctimas mortales del miércoles -incluidos dos niños- y otros 443 heridos.
El Gobierno celebró ayer una sesión de emergencia tras la cual afirmó que el aumento del precio del pan es "irreversible". El Ejecutivo pidió calma a los 23 millones de habitantes, dos tercios de los cuales viven con menos de un euro por persona y día. Además, les exigió que se abstengan de participar en actos de protesta, vandálicos o en saqueos y añadió que investigará de donde provienen los SMS con los que se convocó a los manifestantes.
Estas son las protestas más violentas que sacuden Mozambique desde 2008, cuando hubo cuatro muertos también en manifestaciones contra la inflación en los alimentos básicos.
Rusia, cuarto exportador de trigo, prohibió el pasado 15 de agosto y hasta el 31 de diciembre las ventas al exterior para frenar la presión inflacionista interna. La cosecha este año ha sido desastrosa, debido a una inusitada sequía, situación que en algunos lugares se vio agravada por la ola de incendios forestales que ha azotado al país. Ahora los pronósticos para la cosecha de este año son de unos 60 millones de toneladas -el consumo interno es de mínimo 70 millones-, contra los 90 millones que se pensaba recolectar. El año pasado la cosecha fue de 97 millones, de los cuales Rusia exportó una cuarta parte, pese a estar lejos de los 108 millones de toneladas recolectados en 2008.
El cereal que ya ha comenzado a escasear en Rusia es el alforfón, que ha desaparecido de la mayoría de las tiendas y cuyo precio se ha triplicado. Producto básico sobre todo para las capas más humildes de la población rusa, la sequía ha golpeado duramente la zona del Volga, que produce el 40% de este cultivo. De ahí que los expertos calculen que la cosecha de alforfón este año sea de solo unas 400.000 toneladas, frente a un consumo de 700.000.
En el mejor de los casos, la prohibición de exportar se levantará en julio-agosto de 2011, cuando se tenga un panorama más o menos claro de la futura cosecha y de los volúmenes que se podrán destinar al extranjero, señaló Arkadi Zlochevski, presidente de la Unión Cerealista. El déficit afecta asimismo a los cereales destinados a pienso, con lo que se teme que los precios de la carne subirán también. A esto se une el aumento de la demanda de productos cárnicos en China e India, lo que alienta la inflación. Desde principios de julio, el precio del trigo en el mercado internacional ha aumentado un 47%, el del maíz, un 26% y el del arroz, un 15%.
Las autoridades rusas tratan de tranquilizar a la población asegurando que no habrá escasez de alimentos, al tiempo que amenazan con castigar a los que suben injustificadamente los precios.