El proceso de paz de Oriente Medio, en peligro de colapso

Jerusalén, Agencias
La negociación que palestinos e israelíes iniciaron hace menos de un mes en Washington corría peligro de colapso por el rechazo de Israel a ampliar la moratoria a la construcción en las colonias judías de Cisjordania ocupada.

Horas antes de que la moratoria concluya a medianoche, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se limitaba a hacer un llamamiento a la discreción ante una medida que según el presidente palestino, Mahmud Abas, pondrá fin al incipiente proceso de paz.

En un mensaje dirigido en particular a los colonos y a la derecha y extrema derecha israelíes, Netanyahu instó a "la moderación y la responsabilidad, hoy y en adelante, como en los diez meses que ha durado le congelación de la construcción en los asentamientos".

De acuerdo con el servicio de noticias Ynet, Netanyahu instruyó a sus ministros para que no hagan declaraciones, y había pedido que se minimicen los actos que han sido convocados para celebrar una decisión que enfrenta a Israel con la comunidad internacional.

La petición no ha impedido, sin embargo, que miles de colonos se congregaran desde primera hora de la tarde en la colonia de Revava para festejar la reanudación de la edificación, algo que muchos esperaban montados en caravanas, tractores y hormigoneras.

Pese a la presión de EEUU, la UE y el Cuarteto de Paz -EEUU, la UE, la ONU y Rusia-, la determinación israelí a proseguir con la edificación en territorio ocupado era un secreto a voces desde los palestinos se negaran a reconocer a Israel como Estado judío.

Ese reconocimiento fue planteado por Netanyahu en paralelo a que Abas exigiera una prorroga de la moratoria, y la discusión de ambas condiciones ha dominado las primeras semanas de la negociación sin que las dos partes hayan encontraran un punto de encuentro.

Según la prensa árabe, la mediadora y secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, propuso la pasada semana que Israel ampliara la moratoria por solo tres meses para salir del bloqueo y dar al proceso negociador la oportunidad de dar frutos en ese plazo.

La propuesta fue aceptada por Abas con la premisa de que las colonias quedarán bajo soberanía israelí en un eventual acuerdo de paz, y que "en tres meses podemos delimitar las fronteras del estado palestino, por lo que Israel puede después construir donde quiera".

Netanyahu no ha dado, sin embargo, su brazo a torcer.

Y ha trasladado la presión a Abas, que por un lado se enfrenta a la opinión internacional de que no debe abandonar la negociación, y por el otro hacer frente a las voces que en el seno del movimiento nacional palestino le piden que dé por acabado el proceso.

En un comunicado hoy a los medios, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) anunció que suspende su participación en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) por lo que califica de indefinición de Abas durante el proceso negociador.

Jalid Al Yarra, dirigente de ese grupo -el más numeroso de la central palestina tras el movimiento Al Fatah de Abas-, explicó a Efe que la OLP "no ha ofrecido garantías sobre la negociación, por lo que nos hemos visto obligados a tomar una decisión al respecto".

El movimiento islamista Hamás exigía entretanto desde la franja de Gaza que Abás abandone de inmediato la negociación con Israel.

"La mejor respuesta es que Abás abandone la negociación", dijo a los periodistas Fawzi Barhum, portavoz del movimiento islamista y para quien "reiniciar la construcción en mitad de la negociación significa que Netanyahu quiere usar el diálogo sólo como tapadera".

Pese a que ha anunciado y reiterado que el fin de la moratoria significa también el de la negociación, Abás optó hoy por un perfil bajo; según la prensa local, está aún a la espera de la notificación oficial de que Israel reanuda la construcción en sus colonias.

En algo, no obstante, ha sido claro; en una entrevista que publicó esta mañana el diario en lengua árabe Al Hayat, con sede en Londres, el presidente palestino ha adelantado que la OLP no considera en ningún caso el regreso a la lucha armada.

En eso coincide con el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Gabriel Ashkenazi, que durante el fin de semana había advertido que no es previsible que un colapso en el proceso de negociación desate una oleada de violencia generalizada en Cisjordania.

Ashkenazi justificó su previsión en las bajas expectativas populares que, desde el principio, ha suscitado el proceso.

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