El primer ministro sueco insiste en formar Gobierno y pide aislar a la extrema derecha
Copenhague, Agencias
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, reiteró hoy que la alianza de centro-derecha que lidera seguirá en el poder tras las elecciones del domingo, en las que se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta, y llamó a las fuerzas democráticas del país a aislar a la extrema derecha.
Para intentar asegurarse una mayoría absoluta, Reinfeldt, quien lidera la Alianza por Suecia (bloque gubernamental compuesto por conservadores, liberales, cristianodemócratas y centristas) ofreció anoche al Partido del Medio Ambiente ("verdes") abrir negociaciones para formar gobierno.
Pero los portavoces "verdes" respondieron hoy con una clara negativa, apelando a las grandes diferencias políticas en temas como la energía nuclear y al hecho de que los "verdes" concurrieron a los comicios en coalición con el Partido Socialdemócrata y el Partido de la Izquierda.
"No vamos a apoyar a la Alianza. No hemos recibido el mandato de nuestros votantes para iniciar negociaciones con la Alianza sobre la formación de gobierno o sobre colaboración", declaró hoy en rueda de prensa en Estocolmo Maria Wetterstrand.
En lugar de unas hipotéticas negociaciones propusieron una reunión en la que también participen sus dos socios en el bloque opositor, con el objetivo de analizar la situación "lamentable" creada por la entrada en el Parlamento del ultraderechista Demócratas de Suecia, dijo el otro portavoz "verde", Peter Eriksson.
"La responsabilidad de discutir la situación recae sobre los siete partidos, no sólo sobre uno", resaltó Eriksson, para quien sería "raro" que no participara el Partido Socialdemócrata, el más votado en los comicios.
La declaración de los "verdes" refuerza la continuidad del bloque de izquierda, que concurría por primera vez en coalición a unos comicios, e indirectamente a la líder socialdemócrata, Mona Sahlin, que hoy reiteró que seguirá en el cargo pese a lograr el peor resultado en casi un siglo, idea que apoyaron abiertamente varios dirigentes del partido.
Eriksson invitó no obstante a esperar hasta que el miércoles se publiquen los resultados definitivos antes de hacer especulaciones, ante la posibilidad de que la Alianza acabe logrando la mayoría absoluta que perdió por apenas dos escaños.
Aunque el escrutinio en los 5.668 distritos electorales se dio por finalizado hoy, no será hasta dentro de dos días que se contabilicen todos los votos emitidos antes del día de las elecciones.
En una comparecencia celebrada media hora antes en la sede de Gobierno, Reinfeldt también había apelado a la prudencia hasta conocer el resultado final.
El líder conservador señaló que la Alianza pretende dialogar con otras fuerzas hasta el 4 de octubre, fecha en la que realizará su primera sesión el Parlamento, y que al día siguiente presentará el nuevo Gobierno y las líneas de su política para la legislatura.
"Debemos usar el tiempo que hay hasta entonces para reflexionar y analizar el resultado electoral y conducir un diálogo, no a través de los medios, sino entre todos", dijo el primer ministro.
En lo que sí han coincidido la Alianza -que agrupa a conservadores, liberales, centristas y cristianodemócratas- y la oposición de izquierda es en la necesidad de hacerle el vacío a la ultraderecha, que regresa al Parlamento tras dos décadas.
"Existe una responsabilidad mutua para aislar a Demócratas de Suecia. Debemos respetarlos porque tienen apoyo electoral, pero no necesitamos colaborar con ellos. No vamos a revisar las cuestiones para adaptarlas a ellos. Habrás más inseguridad en el Parlamento, pero no pensamos cambiar nuestra política", dijo Reinfeldt.
Sólo una improbable moción de censura de la izquierda apoyada por la ultraderecha podría tumbar al Gobierno, que sin mayoría absoluta, se arriesga a que algunas de sus propuestas no salgan adelante.
El último precedente de moción de censura en Suecia se remonta a 2002, cuando el conservador Bo Lundgren -predecesor de Reinfeldt en el cargo- presentó una contra el entonces primer ministro socialdemócrata Göran Persson, que acababa de perder la mayoría absoluta en las elecciones.
La moción no salió adelante por la abstención de los 17 diputados del Partido del Medio Ambiente.
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, reiteró hoy que la alianza de centro-derecha que lidera seguirá en el poder tras las elecciones del domingo, en las que se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta, y llamó a las fuerzas democráticas del país a aislar a la extrema derecha.
Para intentar asegurarse una mayoría absoluta, Reinfeldt, quien lidera la Alianza por Suecia (bloque gubernamental compuesto por conservadores, liberales, cristianodemócratas y centristas) ofreció anoche al Partido del Medio Ambiente ("verdes") abrir negociaciones para formar gobierno.
Pero los portavoces "verdes" respondieron hoy con una clara negativa, apelando a las grandes diferencias políticas en temas como la energía nuclear y al hecho de que los "verdes" concurrieron a los comicios en coalición con el Partido Socialdemócrata y el Partido de la Izquierda.
"No vamos a apoyar a la Alianza. No hemos recibido el mandato de nuestros votantes para iniciar negociaciones con la Alianza sobre la formación de gobierno o sobre colaboración", declaró hoy en rueda de prensa en Estocolmo Maria Wetterstrand.
En lugar de unas hipotéticas negociaciones propusieron una reunión en la que también participen sus dos socios en el bloque opositor, con el objetivo de analizar la situación "lamentable" creada por la entrada en el Parlamento del ultraderechista Demócratas de Suecia, dijo el otro portavoz "verde", Peter Eriksson.
"La responsabilidad de discutir la situación recae sobre los siete partidos, no sólo sobre uno", resaltó Eriksson, para quien sería "raro" que no participara el Partido Socialdemócrata, el más votado en los comicios.
La declaración de los "verdes" refuerza la continuidad del bloque de izquierda, que concurría por primera vez en coalición a unos comicios, e indirectamente a la líder socialdemócrata, Mona Sahlin, que hoy reiteró que seguirá en el cargo pese a lograr el peor resultado en casi un siglo, idea que apoyaron abiertamente varios dirigentes del partido.
Eriksson invitó no obstante a esperar hasta que el miércoles se publiquen los resultados definitivos antes de hacer especulaciones, ante la posibilidad de que la Alianza acabe logrando la mayoría absoluta que perdió por apenas dos escaños.
Aunque el escrutinio en los 5.668 distritos electorales se dio por finalizado hoy, no será hasta dentro de dos días que se contabilicen todos los votos emitidos antes del día de las elecciones.
En una comparecencia celebrada media hora antes en la sede de Gobierno, Reinfeldt también había apelado a la prudencia hasta conocer el resultado final.
El líder conservador señaló que la Alianza pretende dialogar con otras fuerzas hasta el 4 de octubre, fecha en la que realizará su primera sesión el Parlamento, y que al día siguiente presentará el nuevo Gobierno y las líneas de su política para la legislatura.
"Debemos usar el tiempo que hay hasta entonces para reflexionar y analizar el resultado electoral y conducir un diálogo, no a través de los medios, sino entre todos", dijo el primer ministro.
En lo que sí han coincidido la Alianza -que agrupa a conservadores, liberales, centristas y cristianodemócratas- y la oposición de izquierda es en la necesidad de hacerle el vacío a la ultraderecha, que regresa al Parlamento tras dos décadas.
"Existe una responsabilidad mutua para aislar a Demócratas de Suecia. Debemos respetarlos porque tienen apoyo electoral, pero no necesitamos colaborar con ellos. No vamos a revisar las cuestiones para adaptarlas a ellos. Habrás más inseguridad en el Parlamento, pero no pensamos cambiar nuestra política", dijo Reinfeldt.
Sólo una improbable moción de censura de la izquierda apoyada por la ultraderecha podría tumbar al Gobierno, que sin mayoría absoluta, se arriesga a que algunas de sus propuestas no salgan adelante.
El último precedente de moción de censura en Suecia se remonta a 2002, cuando el conservador Bo Lundgren -predecesor de Reinfeldt en el cargo- presentó una contra el entonces primer ministro socialdemócrata Göran Persson, que acababa de perder la mayoría absoluta en las elecciones.
La moción no salió adelante por la abstención de los 17 diputados del Partido del Medio Ambiente.