El fútbol colombiano, sumido en crisis profunda
Bogotá, Agencias
La economía del balompié colombiano es de profundos contrastes: mientras ocho ciudades buscan las subsedes del mundial sub20 de 2011 con una mayúscula inversión, más de la mitad de los equipos arrastran grandes deudas y algunos futbolistas que no reciben sus salarios han amenazado con no jugar.
La organización del mundial marcha a buen ritmo con una inversión equivalente a unos 65 millones de dólares, pero más de la mitad de los 18 conjuntos de la primera división y otro tanto de la segunda atraviesan graves problemas económicos.
Los futbolistas del América de Cali y Deportes Quindío fueron los primeros en negarse a jugar esta temporada mientras no les pagaran al menos un mes de los sueldos pendientes.
El plantel de Once Caldas se declaró en paro a principios de esta semana y sólo volvió a los entrenamientos luego que los directivos prometieron cancelarles un mes de los sueldos retrasados.
Por su parte, los integrantes del Deportivo Pereira condicionaron presentarse al partido contra el Tuluá a que les den dinero para comprar alimentos.
El capitán Gustavo Victoria denunció antes del entrenamiento del jueves que varios de sus compañeros no tenían recursos para comprar comida.
"Algunos compañeros no tienen para alimentarse por lo que decidimos no jugar este domingo. Nosotros no podemos pagar el mercado", fue la cruda declaración de Victoria.
Otro miembro del Pereira, Farid Díaz, reveló el viernes que su compañero Ronald Quintero se desmayó en la práctica supuestamente porque no había comido.
Carlos Puche González, líder de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), indicó el viernes que "Tuluá y Pereira protagonizarán el partido de la miseria".
"Así como a los jugadores del Pereira les adeudan siete quincenas, a los del Tuluá les deben más, cuatro meses y medio", destacó.
Puche González anotó que "los futbolistas del Tuluá recibieron un dinero y eso por lo menos ha aminorado el hambre".
Los integrantes del Deportivo Pasto, de la segunda división, viven la misma situación, según la Acolfutpro.
El Gobierno ha manifestado su inquietud y el director del Instituto de Deportes, Jairo Clopatofsky, anunció esta semana que intervendría para tratar de poner orden, pero los líderes de la federación y de la liga profesional advirtieron que la FIFA prohibe la intervención gubernamental en los asuntos del fútbol.
La posibilidad de afectar el mundial sub20 -según el presidente de la federación Luis Bedoya- paró en seco la iniciativa de Clopatofsky, mientras el ministro del Interior Germán Vargas Lleras revivió un proyecto de ley que busca soluciones.
"El proyecto prevé que los equipos tengan la posibilidad de transformarse en sociedades anónimas, que tengan nuevas fuentes para capitalizarse y los obliga a pagarles a sus futbolistas oportunamente", precisó Vargas Lleras.
La economía del balompié colombiano es de profundos contrastes: mientras ocho ciudades buscan las subsedes del mundial sub20 de 2011 con una mayúscula inversión, más de la mitad de los equipos arrastran grandes deudas y algunos futbolistas que no reciben sus salarios han amenazado con no jugar.
La organización del mundial marcha a buen ritmo con una inversión equivalente a unos 65 millones de dólares, pero más de la mitad de los 18 conjuntos de la primera división y otro tanto de la segunda atraviesan graves problemas económicos.
Los futbolistas del América de Cali y Deportes Quindío fueron los primeros en negarse a jugar esta temporada mientras no les pagaran al menos un mes de los sueldos pendientes.
El plantel de Once Caldas se declaró en paro a principios de esta semana y sólo volvió a los entrenamientos luego que los directivos prometieron cancelarles un mes de los sueldos retrasados.
Por su parte, los integrantes del Deportivo Pereira condicionaron presentarse al partido contra el Tuluá a que les den dinero para comprar alimentos.
El capitán Gustavo Victoria denunció antes del entrenamiento del jueves que varios de sus compañeros no tenían recursos para comprar comida.
"Algunos compañeros no tienen para alimentarse por lo que decidimos no jugar este domingo. Nosotros no podemos pagar el mercado", fue la cruda declaración de Victoria.
Otro miembro del Pereira, Farid Díaz, reveló el viernes que su compañero Ronald Quintero se desmayó en la práctica supuestamente porque no había comido.
Carlos Puche González, líder de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), indicó el viernes que "Tuluá y Pereira protagonizarán el partido de la miseria".
"Así como a los jugadores del Pereira les adeudan siete quincenas, a los del Tuluá les deben más, cuatro meses y medio", destacó.
Puche González anotó que "los futbolistas del Tuluá recibieron un dinero y eso por lo menos ha aminorado el hambre".
Los integrantes del Deportivo Pasto, de la segunda división, viven la misma situación, según la Acolfutpro.
El Gobierno ha manifestado su inquietud y el director del Instituto de Deportes, Jairo Clopatofsky, anunció esta semana que intervendría para tratar de poner orden, pero los líderes de la federación y de la liga profesional advirtieron que la FIFA prohibe la intervención gubernamental en los asuntos del fútbol.
La posibilidad de afectar el mundial sub20 -según el presidente de la federación Luis Bedoya- paró en seco la iniciativa de Clopatofsky, mientras el ministro del Interior Germán Vargas Lleras revivió un proyecto de ley que busca soluciones.
"El proyecto prevé que los equipos tengan la posibilidad de transformarse en sociedades anónimas, que tengan nuevas fuentes para capitalizarse y los obliga a pagarles a sus futbolistas oportunamente", precisó Vargas Lleras.