Con multitudinaria concentración recordaron a víctimas de la Masacre de Porvenir en Pando
Filadelfia, Abi
Con una multitudinaria concentración de organizaciones sociales, federaciones campesinas y de mujeres, autoridades departamentales y municipales y con la presencia de la ministra de Culturas, Zulma Yugar, se rindió el sábado un homenaje póstumo a los campesinos asesinados el 11 de septiembre de 2008, tras una sangrienta jornada que se saldó con la muerte de a al menos 14 labriegos en la denominada "Masacre del Porvenir".
A dos años de esos sucesos, los familiares de las víctimas clamaron justicia para sentenciar a los autores intelectuales y materiales, entre ellos el ex Prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que se encuentra recluido en la cárcel de San Pedro de La Paz, acusado de genocidio.
"Nos hemos reunido con mucha pena, el 11 de septiembre nos trae varios recuerdos. Después de la masacre tenemos una herida muy grande que nunca vamos a poder olvidar. Lo único que pedimos es justicia para todos los culpables que tuvieron que ver con aquella masacre, pero nos sentimos muy conformes con que por el momento el ex prefecto de Pando esté siendo juzgado", manifestó Gregorio Racua, hijo de Bernardino Racua, una de las víctimas de la matanza.
En el acto, se emplazó un "Monumento a los Caídos", para recordar a los muertos en esos dolorosos hechos del 11 de septiembre de 2008, para representar la masacre y la capacidad de levantarse de un pueblo que ha sido testigo y víctima de un delito de genocidio.
Dos años después de la matanza de 14 campesinos amazónicos a manos de paramilitares que enarbolaban la bandera autonómica de Pando, Fernández y otros cinco inculpados guardan detención en La Paz, mientras el juicio al ex prefecto conservador avanza lentamente.
Pero la mayor parte de quienes emplazaron sus fusiles contra una manifestación de campesinos que marchaban hacia la ciudad de Cobija, capital departamental de Pando en apoyo a una resolución que amplió a 500 hectáreas la extensión del solar campesino, huyeron a la ciudad brasileña de Brasilea, donde han obtenido refugio para burlar a la justicia boliviana.
Con una multitudinaria concentración de organizaciones sociales, federaciones campesinas y de mujeres, autoridades departamentales y municipales y con la presencia de la ministra de Culturas, Zulma Yugar, se rindió el sábado un homenaje póstumo a los campesinos asesinados el 11 de septiembre de 2008, tras una sangrienta jornada que se saldó con la muerte de a al menos 14 labriegos en la denominada "Masacre del Porvenir".
A dos años de esos sucesos, los familiares de las víctimas clamaron justicia para sentenciar a los autores intelectuales y materiales, entre ellos el ex Prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que se encuentra recluido en la cárcel de San Pedro de La Paz, acusado de genocidio.
"Nos hemos reunido con mucha pena, el 11 de septiembre nos trae varios recuerdos. Después de la masacre tenemos una herida muy grande que nunca vamos a poder olvidar. Lo único que pedimos es justicia para todos los culpables que tuvieron que ver con aquella masacre, pero nos sentimos muy conformes con que por el momento el ex prefecto de Pando esté siendo juzgado", manifestó Gregorio Racua, hijo de Bernardino Racua, una de las víctimas de la matanza.
En el acto, se emplazó un "Monumento a los Caídos", para recordar a los muertos en esos dolorosos hechos del 11 de septiembre de 2008, para representar la masacre y la capacidad de levantarse de un pueblo que ha sido testigo y víctima de un delito de genocidio.
Dos años después de la matanza de 14 campesinos amazónicos a manos de paramilitares que enarbolaban la bandera autonómica de Pando, Fernández y otros cinco inculpados guardan detención en La Paz, mientras el juicio al ex prefecto conservador avanza lentamente.
Pero la mayor parte de quienes emplazaron sus fusiles contra una manifestación de campesinos que marchaban hacia la ciudad de Cobija, capital departamental de Pando en apoyo a una resolución que amplió a 500 hectáreas la extensión del solar campesino, huyeron a la ciudad brasileña de Brasilea, donde han obtenido refugio para burlar a la justicia boliviana.