Candidatos opositores cuestionan a Rousseff y al Gobierno de Lula en un debate
Sao Paulo, Agencias
Los principales candidatos opositores a la presidencia brasileña enfilaron hoy sus baterías contra la favorita en los sondeos, la oficialista Dilma Rousseff, en un debate televisado en el que también abundaron las críticas al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Conscientes de que el amplio favoritismo que le dan las encuestas a Rousseff, apadrinada por Lula, puede decidir las elecciones en la primera vuelta, el próximo 3 de octubre, los tres aspirantes que le siguen en los sondeos se mostraron más incisivos que en debates anteriores y cuestionaron a la candidata oficialista y algunas acciones del Gobierno.
"No sé en qué país vive Dilma porque el mayor éxito de Lula fue tener popularidad en un país en el que el 35% de la población sufre con el hambre o tiene miedo de sufrirla", dijo Plinio de Arruda Sampaio, candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en el debate transmitido por el canal RedeTV! en asociación con el diario Folha de Sao Paulo.
El comentario de Arruda Sampaio fue en respuesta a uno hecho previamente por Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), que apuntó muchos éxitos de la administración Lula y ningún fracaso.
"El mayor éxito del presidente Lula fue su capacidad para hacer crecer el país y distribuir renta y asegurar para cada uno de los brasileños una mejoría extraordinaria de sus condiciones de vida", expresó la candidata oficialista.
Rousseff repitió cifras oficiales según las cuales "28 millones de personas salieron de la miseria y se crearon 14 millones de puestos de trabajo" durante el actual Gobierno, y dijo que lo que no ha hecho la administración de Lula "no pueden considerarse fracasos sino grandes desafíos que se ponen por delante".
Al debate comparecieron además José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y Marina Silva, del Partido Verde (PV).
Rousseff tiene el 50% de las intenciones de voto, según los últimos sondeos, mientras que Serra se mantiene en segundo con el 27%, Silva es tercera con alrededor del 11% y Arruda no llega al 2%.
Serra, que hasta hace unos meses lideraba las encuestas pero se ha desinflado en la recta final de la campaña, adoptó una postura más agresiva que en otros debates y apuntó el dedo acusador contra el Gobierno y contra Rousseff por su supuesta permisividad con la corrupción.
"El Gobierno encubre a los 'compañeros' (del PT) y persigue a la oposición", dijo Serra al comentar el intento de miembros del partido de gobierno de forjar informes contra líderes del PSDB en las pasadas elecciones presidenciales y a las recientes denuncias de violación del sigilo fiscal de su hija Verónica y de otras personas de su entorno.
Según Serra, la permisividad del Gobierno con el juego sucio en las campañas electorales es "contraria a los principios básicos de la democracia".
Rousseff, por su parte, acusó a Serra de atacarla a ella, a su campaña y a su partido porque, dijo, el candidato opositor "quiere ganar en el tapetão (con artimañas) porque no consigue convencer al pueblo brasileño".
La candidata de los verdes terció para acusar a la campaña oficialista de quitarle hierro a las denuncias de corrupción y pidió castigo para los implicados en el caso de las violaciones del sigilo fiscal.
Serra también cuestionó a Rousseff por las "relaciones de cariño y amistad" de Lula con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y le preguntó cuál es su posición ante el régimen de Teherán, criticado internacionalmente por las violaciones de los derechos humanos y por su polémico programa nuclear.
"Mi posición en derechos humanos es clara. Jamás estaré de acuerdo con la falta de respeto a los derechos humanos, y veo eso también en el Gobierno de Lula y en su trayectoria", respondió Rousseff.
La aspirante del PT defendió la mediación de Lula en la cuestión nuclear iraní como un esfuerzo para "buscar el diálogo, la paz y la comprensión entre los pueblos" y evitar guerras como la de Irak o la de Afganistán.
"Creo que nadie trata a Irán con cariño y afecto. Se trata de una relación entre estadistas y dirigentes", agregó Rousseff sobre los contactos entre Lula y Ahmadineyad.
Antes de la primera vuelta los cuatro candidatos tienen previsto participar en otros dos debate televisados, los días 28 y 30 de este mes.
Los principales candidatos opositores a la presidencia brasileña enfilaron hoy sus baterías contra la favorita en los sondeos, la oficialista Dilma Rousseff, en un debate televisado en el que también abundaron las críticas al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Conscientes de que el amplio favoritismo que le dan las encuestas a Rousseff, apadrinada por Lula, puede decidir las elecciones en la primera vuelta, el próximo 3 de octubre, los tres aspirantes que le siguen en los sondeos se mostraron más incisivos que en debates anteriores y cuestionaron a la candidata oficialista y algunas acciones del Gobierno.
"No sé en qué país vive Dilma porque el mayor éxito de Lula fue tener popularidad en un país en el que el 35% de la población sufre con el hambre o tiene miedo de sufrirla", dijo Plinio de Arruda Sampaio, candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en el debate transmitido por el canal RedeTV! en asociación con el diario Folha de Sao Paulo.
El comentario de Arruda Sampaio fue en respuesta a uno hecho previamente por Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), que apuntó muchos éxitos de la administración Lula y ningún fracaso.
"El mayor éxito del presidente Lula fue su capacidad para hacer crecer el país y distribuir renta y asegurar para cada uno de los brasileños una mejoría extraordinaria de sus condiciones de vida", expresó la candidata oficialista.
Rousseff repitió cifras oficiales según las cuales "28 millones de personas salieron de la miseria y se crearon 14 millones de puestos de trabajo" durante el actual Gobierno, y dijo que lo que no ha hecho la administración de Lula "no pueden considerarse fracasos sino grandes desafíos que se ponen por delante".
Al debate comparecieron además José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y Marina Silva, del Partido Verde (PV).
Rousseff tiene el 50% de las intenciones de voto, según los últimos sondeos, mientras que Serra se mantiene en segundo con el 27%, Silva es tercera con alrededor del 11% y Arruda no llega al 2%.
Serra, que hasta hace unos meses lideraba las encuestas pero se ha desinflado en la recta final de la campaña, adoptó una postura más agresiva que en otros debates y apuntó el dedo acusador contra el Gobierno y contra Rousseff por su supuesta permisividad con la corrupción.
"El Gobierno encubre a los 'compañeros' (del PT) y persigue a la oposición", dijo Serra al comentar el intento de miembros del partido de gobierno de forjar informes contra líderes del PSDB en las pasadas elecciones presidenciales y a las recientes denuncias de violación del sigilo fiscal de su hija Verónica y de otras personas de su entorno.
Según Serra, la permisividad del Gobierno con el juego sucio en las campañas electorales es "contraria a los principios básicos de la democracia".
Rousseff, por su parte, acusó a Serra de atacarla a ella, a su campaña y a su partido porque, dijo, el candidato opositor "quiere ganar en el tapetão (con artimañas) porque no consigue convencer al pueblo brasileño".
La candidata de los verdes terció para acusar a la campaña oficialista de quitarle hierro a las denuncias de corrupción y pidió castigo para los implicados en el caso de las violaciones del sigilo fiscal.
Serra también cuestionó a Rousseff por las "relaciones de cariño y amistad" de Lula con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y le preguntó cuál es su posición ante el régimen de Teherán, criticado internacionalmente por las violaciones de los derechos humanos y por su polémico programa nuclear.
"Mi posición en derechos humanos es clara. Jamás estaré de acuerdo con la falta de respeto a los derechos humanos, y veo eso también en el Gobierno de Lula y en su trayectoria", respondió Rousseff.
La aspirante del PT defendió la mediación de Lula en la cuestión nuclear iraní como un esfuerzo para "buscar el diálogo, la paz y la comprensión entre los pueblos" y evitar guerras como la de Irak o la de Afganistán.
"Creo que nadie trata a Irán con cariño y afecto. Se trata de una relación entre estadistas y dirigentes", agregó Rousseff sobre los contactos entre Lula y Ahmadineyad.
Antes de la primera vuelta los cuatro candidatos tienen previsto participar en otros dos debate televisados, los días 28 y 30 de este mes.