Banzerismo, 8 años después de la muerte de Banzer y 39 de la dictadura

La Paz, Abi
El encarcelamiento de Luis Alberto Valle, ex prefecto de La Paz procesado por una corruptela millonaria, desveló nubes cargadas de tempestades que parecían abatirse inclementes sobre los despojos del banzerismo, 8 años después de la muerte de su precursor, Hugo Banzer Suárez, el general, y casi 4 décadas luego de instaurada la dictadura más larga de la historia de Bolivia.

Yerno y predilecto de Banzer Suárez, Valle, más conocido por el remoquete 'Chito', fue internado en la cárcel San Pedro de La Paz, luego de capturado en Lima, 16 meses después de escaparse a Perú acorralado por la justicia de Bolivia que le pide cuentas por 18 millones de dólares, cuando discrecionalmente ejerció la Prefectura de La Paz.

Aparentemente desvanecido al descender la escalinata del avión que lo trajo de vuelta a casa, la imagen de Valle, de 66 años, calzado sobre botas texanas punta cuadrada, enfundado en pantalones jean y chaqueta del mismo material y cubierto por un chaleco antibalas, además de una gorra de lanón negro que traslucía sólo su barba encanecida, corrió en reversa la historia de los hombres que se empoderaron con Banzer Suárez en la dictadura, entre 1971 y 78, y también la de aquellos que montaron el potro del poder entre 1997 y 2001, cuando el general, converso ya a la democracia, ganó la Presidencia encuadrado en la Constitución.

Banzer Suárez, que en el camino perdió a sus dos hijos hombres, Boris y Martín, en sendos accidentes de tráfico fuera de Bolivia en los '70 y '80, murió en mayo de 2002 fulminado por una metástasis hepática.

Algunos de los hombres de su entorno más próximo durante el régimen de mano de hierro que presidió en la década de los 70 la han pasado mal o la están pasando peor.

Es el caso de uno de sus incondicionales y sin duda el más leal de sus correligionarios, Guillermo Fortún Suárez, tanto que en la estampida que causó su muerte lenta y que remató con la desaparición del partido político que lo libró de un juicio de responsabilidades a fines de los '70 y que lo devolvió al poder por vía de las urnas 19 años después de ejercerlo armas en ristre, fue el único que hasta abril último enarboló la bandera de la Acción Democrática Nacionalista (ADN), un recuerdo en la historia política boliviana.

Ministro de Gobierno y presidente del Senado en el segundo gobierno de Banzer Suárez, Fortún Suárez, que se postuló, nada menos ni nada más que por la ADN para las municipales de abril último, salió disparado de Bolivia apenas un fiscal dijo que le investigaría por el destino que dio a varios millones de bolivianos de la partida de gastos reservados.

Lo mismo que Valle, Fortún Suárez ha sido visto por las calles de Lima y Santiago en busca de asilo o refugio. Los gobiernos de Perú y Chile le han negado de antemano guarnecida, como también lo ha hecho con ambos personajes Estados Unidos, que en cambio da cobijo al ex presidente ultraliberal Gonzalo Sánchez de Lozada y a sus ex ministros Carlos Sánchez Berzaín y Carlos Berindoague, procesados por genocidio, y entre otros ministros bolivianos de diversas gestiones, al ex prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, acusado de corrupción.

Con rasgos de senectud prematura, Fortún parece llevar fuera de Bolivia una vida de saltimbanqui.

De hecho, Valle fue capturado por la policía peruana apenas minutos después de abandonar las oficinas de la Secretaría de Estado de EEUU en Lima, hace dos semanas.

La vida tampoco ha sido generosa con otro de los hombres del entorno del general boliviano, Alfredo Arce Carpio, uno de los decisores en la dictadura banzerista de los '70.

Ministro Secretario de la Presidencia, Ministro de Gobierno, Justicia e Inmigración y Ministro Sin Cartera de Banzer, además de Asesor General de la Presidencia y diputado por Cochabamba, fue envuelto a fines de '80 en el bullado caso de los 'narcovídeos', al probarse su amistad con un capo del narcotráfico boliviano, Roberto Suárez Gómez.

Arce Carpio conocía tanto a Banzer que era capaz de describirlo cuando se ponían en debate las convicciones demócratas del General.

"Yo lo veo al general Banzer de demócrata y no lo puedo creer, para ser demócrata hay que tener paciencia, estar acostumbrado al diálogo, hay que dejar que le hablen huevadas. La democracia es un permanente masaje prostático, doloroso y agradable a la vez, pero yo no lo veo al general Banzer con ganas de hacerse un masaje prostático", dijo.

En el final de su rodada, 13 años después de describir a su jefe palmariamente, Arce Carpio fue hallado muerto, de frío y aparentemente con alcohol en la sangre, en una calle populosa del norte de La Paz, en circunstancias desentrañables.

Otro de los hombres del entorno de Banzer que ha perdido la brújula es su delfín y sucesor, Juan Pereda, general de la Aviación boliviana, que ejerció la Presidencia durante tres meses en 1978.

Envejecido, fue detenido hace poco menos de un mes convertido en un adicto a la cocaína y se le conocieron propensiones exhibicionistas.

Presidente de Diputados y hombre fuerte del banzerismo en ambos períodos, Fernando Kieffer, encarcelado los últimos días de su vida por disponer a discreción de las platas que juntó la comunidad internacional para los damnificados del terremoto que en mayo de 1998 devastó las poblaciones centrales de Aiquile y Totora, fue excarcelado por cuestiones humanitarias poco antes que el cáncer lo acabara en 2008.

Envuelto también por denuncias de manejos discrecionales con los espinosos gastos reservados cuando fue ministro de Gobierno de Banzer, entre 1997 y 2000, Guido Náyar, un brioso diputado por Santa Cruz, las ha visto color hormiga desde que se sospecha apoyó un movimiento para la secesión de Santa Cruz, entre 2008 y 2009, desde su reducto de la poderosa Federación de Ganaderos y vice del político empresarial Comité Pro Santa Cruz, que trató de cargarse al presidente indio de izquierdas Evo Morales contra viento y marea.

Lo mismo que una decena de bolivianos que mandaron por el mercenario boliviano húngaro croata Eduardo Flores para desestabilizar la Bolivia de Morales, Náyar se ha autoexiliado en Brasil, donde también se ha radicado el descendiente de croatas Branco Marinkovic, quien supuestamente puso los caudales para derrocar sin éxito al presidente originario.

Con Banzer -a quien sobrevive su esposa Yolanda Prada y la hija de ambos, Patricia, esposa a su vez de Valle, atacada actualmente por surménage y fuera de Bolivia, además un medio hermano de ella, Hugo Banzer Donoso, hijo extramatrimonial del ex presidente de hecho y derecho- cayó en 2002 la estructura de poder que gobernó Bolivia desde el 21 de agosto de 1971 cuando (siendo nada más un coronel se encaramó en el poder) hasta el 22 de enero de 2006, en que Morales se propuso revertir el estado de cosas vigente en Bolivia desde noviembre de 1964, cuando los militares se adueñaron por 18 años del Palacio Quemado.

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