Santa Cruz, de la paz y la hospitalidad, en el día de Bolivia

Santa Cruz, Abi
De entre las 150 mesas de ocho sillas se alzó una mujer indígena del occidente andino, de Potosí, tocada por un sombrero de ala ancha, de cuero de vacuno, enfundada atuendos típicos de lana de oveja, más bien de gruesa tesitura de color café obscuro, en medio de 800 comensales que devoraban el viernes de fiesta patria sabrosos platillos tradicionales de la culinaria de Santa Cruz en la archiconocida Casa del Camba.

Su rostro cetrino se distinguió apenas entre los concurrentes que le entraban sin pausa ni prisa, unos a un bife de chorizo "de carne nacional", otros a un chicarrón de lagarto y los más a un locro con provisiones de yuca sofrita o a unas parrilladas que humeantes y provocadoras se paseaban en manos de garzones, collas, el 85% de los 47, uniformados de blanco y verde, colores de la enseña de Santa Cruz.

La mujer pasó totalmente inadvertida para las centenas de cruceños blancos, rubios, de ojos azules y tal vez angloparlantes, agudo contraste con los hechos de discriminación xenófaba que se registraron en Santa Cruz hace dos años, cuando los de rostro cetrino, ojos rasgados, polleras y abarcas, eran golpeados en las calles al grito de "collas de mierda", "raza maldita", "fuera de de aquí".

Ya pocos recuerdan al grupo de mujeres y hombres que arremetieron contra el ex ministro de Obras Públicas, Salvador Ric, un cruceño empresario de cepa, blanco leche y ojos verdes que apoyó al gobierno del indígena Evo Morales en el convulso 2008, mientras se tomaba un café en un en un boliche de la tradicional avenida Monseñor Rivero.

Al mando de su de teclado, Mario Mendoza, un intérprete de música folclórica nacional, uno de los 'habitúes' en la Casa del Camba, comenzó a animar la comida con un poutpurrí de taquiraris.

Junto a la contraalto María Isabel, Mendoza dejó escuchar dos himnos cruceños, Niña Camba y Viva Santa Cruz, ambos inspirados por los compositores collas César Espada y Gilberto Rojas.

"Cuando te vayas, ay amorcito, he de partir llorando" y "niña al recordar, veo tus tan fijos en mí, veo el sol, la playa y el mar", se escucharon y musitaron entre bocado y bocado.

Luego, del órgano electrónico de Mendoza se desprendieron las notas del 2Viva mi patria Bolivia, una gran nación".

"La pelamos, primero debió ir el segundo himno del país y lueguingo los taquiraris" reconoció el hombre, animador activo de las pantagruélicas comidas en la Casa del Camba.

Entre los ávidos comensales, Carlos Alba, un paceño dedicado al comercio de fármacos se dice a gusto de vivir en Santa Cruz, ya "hace unos 8 años".

"Me va bien" aquí dice al tiempo que dirige una mirada en busca de la aprobación de su esposa, una paceña también a gusto en las tórridas, aunque no tanto estos días, tierras de Santa Cruz.

Pedro, mediano de estatura, cabello pajizo y blanco de piel, que se ha puesto al frente de un destartalado Toyota con el que se gana los pesos para llenar la olla en el hogar, piensa que "esto no está bien", que "este gobierno incoherente" de Morales "la está cagando" y que "éste es un día cualquiera para los cruceños" que sólo "celebramos como se debe el día de Santa Cruz, el 24 de setiembre".

Prende el ventilador hasta que se percata que transporta a dos collas, inconfundibles por el acento y el siseo en las terminaciones de los vocablos.

"Y yo dándole al gobierno" se reconviene y pisa el acelerador para salir lo más rápido posible del follón.

Pidió 12 y arranca con 10 bolivianos por una carrera de menos de 5 minutos.

En el desfile cívico militar, en homenaje al cumpleaños 185 de Bolivia, en el centro de Santa Cruz, los ponchos rojos, llegados del andino Achacachi, ondearon la Whipala, objeto de una polémica insulsa, y caminaron entre silbidos y aplausos por la explanada convertida en un Campo de Marte.

"Somos residentes paceños que vivimos varios años en Santa Cruz", afirmó uno de ellos que se dijo respetuoso de las pifias y en la misma medida de los aplausos.

En las plazas públicas de Santa Cruz, venta de banderas tricolores, de Bolivia, y de las locales albiverdes, sol tenue, mucho frío y paz? en el día de la patria.

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