Morales pide en Argentina alianza para "garantizar" seguridad alimentaria en Sudamérica
San Juan, ARGENTINA; Abi
El presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, pidió una alianza regional para generar las condiciones necesarias de una seguridad y soberanía alimentarias en Sudamérica, en un emotivo discurso pronunciado el lunes en el Paraninfo de la Universidad Nacional de San Juan, Argentina, cuyas autoridades y las de la Universidad De Cuyo, de Mendoza, le confirieron el título Doctor Honoris Causa.
"Necesitamos aliados para garantizar el alimento para los pueblos" de Sudamérica, afirmó en el marco de un aplaudido discurso escuchado por un auditorio a pleno y en presencia de la ministra argentina de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y los magníficos rectores de las universidades de San Juan, Benjamín Kuchen, y de UnCuyo, Roberto Somoza.
Primer presidente indígena de un país sudamericano, Morales, que saludó el Bicentenario de la independencia de algunos países de Sudamérica, demandó al mundo académico argentino apoyo, compromiso e integración para alcanzar la ambiciosa meta que acabaría con la dependencia de la región de poderes extracontinentales.
Interrumpido varias veces por prolongadas salvas de aplausos, Morales, que consideró inverosímil haber asistido a los 6 años a la escuela en la provincia de Jujuy, en su calidad de monolingüe y "como una aymara cerrado", cuando su padre trabajaba como peón en la zafra del norte argentino y, más de 4 décadas después, la posición actual, distinguido con una mención honorífica otorgada por dos universidades argentinas, pidió, sobre esa base, la unión monolítica de Sudamérica.
Tal proyecto aún en lontananza es posible "sino falta alimentos, energía, agua y pan" a los pueblos, subrayó.
"Unidos (en Sudamérica) somos más fuertes", destacó al tiempo de presentar su respeto por la diversidad geográfica y cultural de los países que conforman el continente.
En el tramo más sensible y celebrado de su discurso, el mandatario boliviano, cuya gestión en defensa de las culturas originarias sudamericanas fue resaltada en mayúsculas por los rectores Kuchen y Somoza, lo mismo que por el vicegobernandor de la provincia San Juan Rubén Uñak, y la ministra Kirchner, consideró una obligación de "presidentes y pueblos" de la región asumir defensa de los derechos de la Madre Tierra.
"La mejor forma de defender los derechos humanos es defender los derechos de la Madre Tierra", sostuvo al considerar, lo menos paradójico, que "no es posible que algunos países mantengan en firme "una carrera armamentista" en desmedro de la "alimentación" de los carenciados en los pueblos del mundo.
El Jefe de Estado boliviano, al que estudiantes, profesores e invitados especiales, entre ellos intelectuales progresistas argentinos y una representante de la emblemática organización activista de los derechos humanos en Argentina, Madres de Plaza de Mayo, alagaron con el tradicional "Evo, querido, el pueblo está contigo", pidió también conquistar, en el ámbito de la convención internacional, el agua y la propiedad de la tierra como derechos humanos.
"Cómo es posible que se convierta en enorme mercancía la Tierra", sostuvo, por enésima vez interrumpido por estruendosos y sostenidos aplausos.
Radicalmente opuesto a la "irracional industrialización", Morales, también distinguido por la Federación Universitaria Argentina y su equivalente de estudiantes en el país trasandino, pidió "crear conciencia" de estos atigentes problemas globales "desde las universidades al mundo entero".
Luego de compartir el éxito de sus políticas para que Bolivia se desembarace de la dependencia alimentaria creada por Estados Unidos en el pasado y que en el día permite garantizar, desde el Estado boliviano, el 40% abastecimiento de trigo para la demanda interna, pidió a los países de la región ensayar una defensa del medio ambiente.
Líder de una cruzada intercontinental por los derechos de la Madre Tierra, se dijo convencido que la campaña que lidera desde 2009 tendrá éxito en el corto plazo
"Estoy seguro que vamos a ganar la batalla para que se declaren (por Naciones Unidas) los derechos de la Madre Tierra", sostuvo.
Morales, que contó trazas de su lucha contra el modelo de economía liberal en su país, dominado por EEUU y uno de los más pobres de la región y que ahora despunta con indicadores promisorios, tales como un superávit fiscal sostenido desde 2006, insistió en que Naciones Unidas y otros organismos internacionales deben reconocer, tal cual reza la Constitución boliviana, el agua como un derecho inherente al hombre.
"El agua es un derecho humano y no puede ser negocio privado", proclamó al reconocer el nerviosismo que lo embargó durante la emotiva ceremonia académica.
El gobernante, que reconoció que el puntal de su administración y liderazgo son los movimientos sociales y "la consciencia del pueblo boliviano", volvió a reiterar su aversión y lucha contra la corrupción pública y denunció que el poder de Estados Unidos, patente a través de sus bases militares en la región, deja una estela de pobreza e inequidad.
"Donde está la base militar de EEUU ya no hay desarrollo (y) hay imposición", sostuvo.
Washington "trata de perjudicar esta gran integración de Sudamérica", deploró por último.
El presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, pidió una alianza regional para generar las condiciones necesarias de una seguridad y soberanía alimentarias en Sudamérica, en un emotivo discurso pronunciado el lunes en el Paraninfo de la Universidad Nacional de San Juan, Argentina, cuyas autoridades y las de la Universidad De Cuyo, de Mendoza, le confirieron el título Doctor Honoris Causa.
"Necesitamos aliados para garantizar el alimento para los pueblos" de Sudamérica, afirmó en el marco de un aplaudido discurso escuchado por un auditorio a pleno y en presencia de la ministra argentina de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y los magníficos rectores de las universidades de San Juan, Benjamín Kuchen, y de UnCuyo, Roberto Somoza.
Primer presidente indígena de un país sudamericano, Morales, que saludó el Bicentenario de la independencia de algunos países de Sudamérica, demandó al mundo académico argentino apoyo, compromiso e integración para alcanzar la ambiciosa meta que acabaría con la dependencia de la región de poderes extracontinentales.
Interrumpido varias veces por prolongadas salvas de aplausos, Morales, que consideró inverosímil haber asistido a los 6 años a la escuela en la provincia de Jujuy, en su calidad de monolingüe y "como una aymara cerrado", cuando su padre trabajaba como peón en la zafra del norte argentino y, más de 4 décadas después, la posición actual, distinguido con una mención honorífica otorgada por dos universidades argentinas, pidió, sobre esa base, la unión monolítica de Sudamérica.
Tal proyecto aún en lontananza es posible "sino falta alimentos, energía, agua y pan" a los pueblos, subrayó.
"Unidos (en Sudamérica) somos más fuertes", destacó al tiempo de presentar su respeto por la diversidad geográfica y cultural de los países que conforman el continente.
En el tramo más sensible y celebrado de su discurso, el mandatario boliviano, cuya gestión en defensa de las culturas originarias sudamericanas fue resaltada en mayúsculas por los rectores Kuchen y Somoza, lo mismo que por el vicegobernandor de la provincia San Juan Rubén Uñak, y la ministra Kirchner, consideró una obligación de "presidentes y pueblos" de la región asumir defensa de los derechos de la Madre Tierra.
"La mejor forma de defender los derechos humanos es defender los derechos de la Madre Tierra", sostuvo al considerar, lo menos paradójico, que "no es posible que algunos países mantengan en firme "una carrera armamentista" en desmedro de la "alimentación" de los carenciados en los pueblos del mundo.
El Jefe de Estado boliviano, al que estudiantes, profesores e invitados especiales, entre ellos intelectuales progresistas argentinos y una representante de la emblemática organización activista de los derechos humanos en Argentina, Madres de Plaza de Mayo, alagaron con el tradicional "Evo, querido, el pueblo está contigo", pidió también conquistar, en el ámbito de la convención internacional, el agua y la propiedad de la tierra como derechos humanos.
"Cómo es posible que se convierta en enorme mercancía la Tierra", sostuvo, por enésima vez interrumpido por estruendosos y sostenidos aplausos.
Radicalmente opuesto a la "irracional industrialización", Morales, también distinguido por la Federación Universitaria Argentina y su equivalente de estudiantes en el país trasandino, pidió "crear conciencia" de estos atigentes problemas globales "desde las universidades al mundo entero".
Luego de compartir el éxito de sus políticas para que Bolivia se desembarace de la dependencia alimentaria creada por Estados Unidos en el pasado y que en el día permite garantizar, desde el Estado boliviano, el 40% abastecimiento de trigo para la demanda interna, pidió a los países de la región ensayar una defensa del medio ambiente.
Líder de una cruzada intercontinental por los derechos de la Madre Tierra, se dijo convencido que la campaña que lidera desde 2009 tendrá éxito en el corto plazo
"Estoy seguro que vamos a ganar la batalla para que se declaren (por Naciones Unidas) los derechos de la Madre Tierra", sostuvo.
Morales, que contó trazas de su lucha contra el modelo de economía liberal en su país, dominado por EEUU y uno de los más pobres de la región y que ahora despunta con indicadores promisorios, tales como un superávit fiscal sostenido desde 2006, insistió en que Naciones Unidas y otros organismos internacionales deben reconocer, tal cual reza la Constitución boliviana, el agua como un derecho inherente al hombre.
"El agua es un derecho humano y no puede ser negocio privado", proclamó al reconocer el nerviosismo que lo embargó durante la emotiva ceremonia académica.
El gobernante, que reconoció que el puntal de su administración y liderazgo son los movimientos sociales y "la consciencia del pueblo boliviano", volvió a reiterar su aversión y lucha contra la corrupción pública y denunció que el poder de Estados Unidos, patente a través de sus bases militares en la región, deja una estela de pobreza e inequidad.
"Donde está la base militar de EEUU ya no hay desarrollo (y) hay imposición", sostuvo.
Washington "trata de perjudicar esta gran integración de Sudamérica", deploró por último.