Las FFAA ratifican ser garantes de la unidad y repeler al crimen organizado
Cobija, ABI
El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Ramiro de La Fuente, ratificó el sábado que esta institución será garante de la unidad nacional y defensora frente al contrabando, narcotráfico, el tráfico de armas y otros delitos conexos que afectan al país.
En su discurso oficial durante la parada militar en el 185 aniversario de la institución castrense dijo que las FFAA no son ajenas al proceso de cambio que vive Bolivia, " por el contrario contribuyen al engrandecimiento y las transformaciones estructurales".
La parada militar se realizó por primera vez en esta capital del amazónico departamento de Pando, a 1.200 kilómetros de la Sede de Gobierno y en la frontera con Brasil.
El jefe militar destacó que Bolivia vive un momento histórico de las transformaciones que requiere del respaldo de todas las instituciones y ciudadanos una vez que se ha puesto en marcha un Estado Plurinacional.
Por ello, resaltó que la institución militar se sumó al proceso y acata los mandatos de la Constitución Política del Estado junto a los 36 pueblos indígenas y originarios que marcharon por el altar central de la avenida 9 de febrero con la tricolor y la wiphala en alto.
Subrayó que al frente de las FFAA lleva a cabo un trabajo transparente para contribuir a la obra de un Estado digno y próspero.
Al ritmo de la marcha "la Patria", las unidades militares y los movimientos sindicales y sociales y representantes de 36 pueblos indígenas del país efectuaron su saludo a la Bandera Nacional, junto a efectivos de las FFAA.
La Parada Militar que integró a los efectivos castrenses y sus pueblos, "es una muestra clara o un mensaje de unidad, defensa de la integridad del territorio y la soberanía en homenaje al gran héroe Bernardino Racua", subrayó de La Fuente.
Puntualizó que fue una gran fiesta cívico-militar de homenaje a la Patria y los 185 años de las FFAA como lo fue los años pasados en Sucre, Santa Cruz, Cochabamba y Oruro.
Ante una multitudinaria concurrencia de espectadores que se apostaron en la avenida 9 de febrero y atraídos por la solemnidad de los actos, la wiphala o bandera de los pobres y oprimidos de Bolivia fue la encargada de abrir y cerrar el desfile cívico-militar.
Luego, las delegaciones de los pueblos indígenas y originarios de tierras bajas y altas, trabajadores mineros, las cooperativas auríferas, palliris o rescatadoras de minerales, gremiales, trabajadores municipales, representantes de la Central Obrera Regional y otros movimientos sociales, marcharon guiados por los oficiales de las Fuerzas Armadas.
El Jefe de Estado estuvo acompañado en el palco de honor por el vicepresidente, Álvaro García Linera, los ministros de Estado, miembros del Alto Mando de las FFAA, el Comandante General de la Policía Boliviana, el gobernador de Pando y otras autoridades.
Los representantes de los pueblos indígenas y originarios y de los movimientos sociales, que portaban banderas nacionales y wiphalas, lucieron mantas, polleras, pantalones de bayeta, sombreros, ponchos y túnicas.
Aviones de la Fuerza Aérea sobrevolaron el desfile en una acción que puso un marco especial a la parada militar-indígena y que sorprendió a los espectadores.
El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Ramiro de La Fuente, ratificó el sábado que esta institución será garante de la unidad nacional y defensora frente al contrabando, narcotráfico, el tráfico de armas y otros delitos conexos que afectan al país.
En su discurso oficial durante la parada militar en el 185 aniversario de la institución castrense dijo que las FFAA no son ajenas al proceso de cambio que vive Bolivia, " por el contrario contribuyen al engrandecimiento y las transformaciones estructurales".
La parada militar se realizó por primera vez en esta capital del amazónico departamento de Pando, a 1.200 kilómetros de la Sede de Gobierno y en la frontera con Brasil.
El jefe militar destacó que Bolivia vive un momento histórico de las transformaciones que requiere del respaldo de todas las instituciones y ciudadanos una vez que se ha puesto en marcha un Estado Plurinacional.
Por ello, resaltó que la institución militar se sumó al proceso y acata los mandatos de la Constitución Política del Estado junto a los 36 pueblos indígenas y originarios que marcharon por el altar central de la avenida 9 de febrero con la tricolor y la wiphala en alto.
Subrayó que al frente de las FFAA lleva a cabo un trabajo transparente para contribuir a la obra de un Estado digno y próspero.
Al ritmo de la marcha "la Patria", las unidades militares y los movimientos sindicales y sociales y representantes de 36 pueblos indígenas del país efectuaron su saludo a la Bandera Nacional, junto a efectivos de las FFAA.
La Parada Militar que integró a los efectivos castrenses y sus pueblos, "es una muestra clara o un mensaje de unidad, defensa de la integridad del territorio y la soberanía en homenaje al gran héroe Bernardino Racua", subrayó de La Fuente.
Puntualizó que fue una gran fiesta cívico-militar de homenaje a la Patria y los 185 años de las FFAA como lo fue los años pasados en Sucre, Santa Cruz, Cochabamba y Oruro.
Ante una multitudinaria concurrencia de espectadores que se apostaron en la avenida 9 de febrero y atraídos por la solemnidad de los actos, la wiphala o bandera de los pobres y oprimidos de Bolivia fue la encargada de abrir y cerrar el desfile cívico-militar.
Luego, las delegaciones de los pueblos indígenas y originarios de tierras bajas y altas, trabajadores mineros, las cooperativas auríferas, palliris o rescatadoras de minerales, gremiales, trabajadores municipales, representantes de la Central Obrera Regional y otros movimientos sociales, marcharon guiados por los oficiales de las Fuerzas Armadas.
El Jefe de Estado estuvo acompañado en el palco de honor por el vicepresidente, Álvaro García Linera, los ministros de Estado, miembros del Alto Mando de las FFAA, el Comandante General de la Policía Boliviana, el gobernador de Pando y otras autoridades.
Los representantes de los pueblos indígenas y originarios y de los movimientos sociales, que portaban banderas nacionales y wiphalas, lucieron mantas, polleras, pantalones de bayeta, sombreros, ponchos y túnicas.
Aviones de la Fuerza Aérea sobrevolaron el desfile en una acción que puso un marco especial a la parada militar-indígena y que sorprendió a los espectadores.