La muerte de civiles afganos se dispara
David Alandete, Washington, El País
El asesinato de civiles en el conflicto armado de Afganistán se incrementó en un 20% en la primera mitad de 2010 con respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior. En total, fallecieron 1.271 ciudadanos afganos, en su gran mayoría en ataques perpetrados por insurgentes pertenecientes a la red conformada por los radicales islamistas talibanes y Al Qaeda, según un nuevo informe de las Naciones Unidas publicado ayer.
"El coste humano de este conflicto se ha disparado. Las víctimas civiles se están incrementando de forma sustancial", aseguró ayer en conferencia de prensa Staffan de Mistura, el representante especial para Afganistán del secretariado general de la ONU. "Hemos visto que el 76% de las víctimas se le atribuyen o las reclaman los propios elementos antigubernamentales, incluidos los talibanes".
En total, en los primeros seis meses de 2010 hubo 3.268 ciudadanos asesinados o heridos de gravedad. La mayor parte de esas víctimas, 2.477, fueron atacadas por los insurgentes islamistas. El resto, 386, por las fuerzas armadas afganas o por las tropas de la coalición militar liderada por la OTAN. Hay 405 víctimas colaterales de ataques que la ONU no ha podido atribuir a ninguno de los dos bandos. En total, el número de muertos y heridos ha aumentado un 31% respecto a 2009, según el informe, titulado Protección de civiles en el conflicto armado y elaborado por la Misión de Asistencia de la ONU para Afganistán.
Este año ha visto un incremento sustancial de una nueva práctica asumida generalizadamente por los rebeldes: los asesinatos selectivos. Los escuadrones eligen a víctimas civiles y las asesinan con premeditación, en una técnica que se ha incrementado en un 95% respecto a 2009. No solo eligen a candidatos políticos o líderes tribales moderados. De sus campañas no se salvan ni conductores ni maestros sobre los que pueda recaer la mínima sospecha de colaboración con las fuerzas armadas norteamericanas.
"El asesinato selectivo de civiles incluyó a gobernadores de los distintos distritos, miembros de la shura [consejo tribal de ancianos], líderes religiosos, profesores, personal de permiso de las fuerzas de seguridad nacionales de Afganistán, líderes tribales, así como a estudiantes, conductores de camión, médicos, trabajadores de la construcción y todos aquellos que trabajen para las autoridades provinciales y los Ejércitos y las organizaciones internacionales", asegura el informe.
Las dos principales formas de asesinato de civiles, sin embargo, fueron los atentados suicidas con explosivos y las bombas caseras, que conjuntamente aniquilaron a unas 557 personas, el 47% del total de víctimas.
El atentado con mayor número de víctimas este año fue perpetrado en Kandahar el 9 de junio, cuando un joven asesinó a 49 personas en un ataque suicida contra la celebración de una boda. Los talibanes han negado reiteradamente su autoría, aunque la ONU duda de ello. "Ese tipo de afirmaciones de los talibanes no son nuevas, y se usan normalmente para distraer la atención sobre aquellos ataques que causan grandes cantidades de víctimas civiles", reza el informe.
Está siendo este un año de especial ensañamiento con los niños afganos. El número de muertos y heridos menores de edad se incrementó en un 55% respecto a los seis primeros meses de 2009. Los radicales mataron a 74 de ellos, y las tropas progubernamentales, a 51.
En el informe se asegura que los rebeldes buscan activamente el asesinato de niños, "colocando explosivos en mercados o bazares muy transitados, a veces adheridos a bicicletas, o colocados junto a instalaciones, como parques, frecuentemente utilizadas por niños y mujeres".
El presidente estadounidense, Barack Obama, se marcó como prioridad el año pasado reducir a toda costa el número de víctimas civiles en Afganistán. En consecuencia, la OTAN ha reducido drásticamente sus bombardeos aéreos sobre localidades donde se sospeche que se alojan insurgentes. Si bien es cierto que el número de muertos y de heridos colaterales provocados por los ataques aliados y del Gobierno afgano se han reducido en un 30% respecto a 2009, los radicales han incrementado notablemente sus ataques contra civiles.
En consecuencia, los últimos años han visto un incremento continuado en las muertes de civiles. En los seis primeros meses de 2007 hubo 684 víctimas colaterales. La cifra casi se ha doblado este año. La gran diferencia es que ahora son los talibanes, Al Qaeda y sus asociados los principales responsables de esas muertes. Entre 2009 y 2010, el número de ciudadanos asesinados y heridos por los insurgentes se ha incrementado en un 53%.
"En conclusión", explicó ayer De Mistura, "estamos preocupados. Estamos muy preocupados por el futuro, porque el coste humano de este conflicto lo están pagando, desafortunadamente, desproporcionadamente los civiles afganos".
El asesinato de civiles en el conflicto armado de Afganistán se incrementó en un 20% en la primera mitad de 2010 con respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior. En total, fallecieron 1.271 ciudadanos afganos, en su gran mayoría en ataques perpetrados por insurgentes pertenecientes a la red conformada por los radicales islamistas talibanes y Al Qaeda, según un nuevo informe de las Naciones Unidas publicado ayer.
"El coste humano de este conflicto se ha disparado. Las víctimas civiles se están incrementando de forma sustancial", aseguró ayer en conferencia de prensa Staffan de Mistura, el representante especial para Afganistán del secretariado general de la ONU. "Hemos visto que el 76% de las víctimas se le atribuyen o las reclaman los propios elementos antigubernamentales, incluidos los talibanes".
En total, en los primeros seis meses de 2010 hubo 3.268 ciudadanos asesinados o heridos de gravedad. La mayor parte de esas víctimas, 2.477, fueron atacadas por los insurgentes islamistas. El resto, 386, por las fuerzas armadas afganas o por las tropas de la coalición militar liderada por la OTAN. Hay 405 víctimas colaterales de ataques que la ONU no ha podido atribuir a ninguno de los dos bandos. En total, el número de muertos y heridos ha aumentado un 31% respecto a 2009, según el informe, titulado Protección de civiles en el conflicto armado y elaborado por la Misión de Asistencia de la ONU para Afganistán.
Este año ha visto un incremento sustancial de una nueva práctica asumida generalizadamente por los rebeldes: los asesinatos selectivos. Los escuadrones eligen a víctimas civiles y las asesinan con premeditación, en una técnica que se ha incrementado en un 95% respecto a 2009. No solo eligen a candidatos políticos o líderes tribales moderados. De sus campañas no se salvan ni conductores ni maestros sobre los que pueda recaer la mínima sospecha de colaboración con las fuerzas armadas norteamericanas.
"El asesinato selectivo de civiles incluyó a gobernadores de los distintos distritos, miembros de la shura [consejo tribal de ancianos], líderes religiosos, profesores, personal de permiso de las fuerzas de seguridad nacionales de Afganistán, líderes tribales, así como a estudiantes, conductores de camión, médicos, trabajadores de la construcción y todos aquellos que trabajen para las autoridades provinciales y los Ejércitos y las organizaciones internacionales", asegura el informe.
Las dos principales formas de asesinato de civiles, sin embargo, fueron los atentados suicidas con explosivos y las bombas caseras, que conjuntamente aniquilaron a unas 557 personas, el 47% del total de víctimas.
El atentado con mayor número de víctimas este año fue perpetrado en Kandahar el 9 de junio, cuando un joven asesinó a 49 personas en un ataque suicida contra la celebración de una boda. Los talibanes han negado reiteradamente su autoría, aunque la ONU duda de ello. "Ese tipo de afirmaciones de los talibanes no son nuevas, y se usan normalmente para distraer la atención sobre aquellos ataques que causan grandes cantidades de víctimas civiles", reza el informe.
Está siendo este un año de especial ensañamiento con los niños afganos. El número de muertos y heridos menores de edad se incrementó en un 55% respecto a los seis primeros meses de 2009. Los radicales mataron a 74 de ellos, y las tropas progubernamentales, a 51.
En el informe se asegura que los rebeldes buscan activamente el asesinato de niños, "colocando explosivos en mercados o bazares muy transitados, a veces adheridos a bicicletas, o colocados junto a instalaciones, como parques, frecuentemente utilizadas por niños y mujeres".
El presidente estadounidense, Barack Obama, se marcó como prioridad el año pasado reducir a toda costa el número de víctimas civiles en Afganistán. En consecuencia, la OTAN ha reducido drásticamente sus bombardeos aéreos sobre localidades donde se sospeche que se alojan insurgentes. Si bien es cierto que el número de muertos y de heridos colaterales provocados por los ataques aliados y del Gobierno afgano se han reducido en un 30% respecto a 2009, los radicales han incrementado notablemente sus ataques contra civiles.
En consecuencia, los últimos años han visto un incremento continuado en las muertes de civiles. En los seis primeros meses de 2007 hubo 684 víctimas colaterales. La cifra casi se ha doblado este año. La gran diferencia es que ahora son los talibanes, Al Qaeda y sus asociados los principales responsables de esas muertes. Entre 2009 y 2010, el número de ciudadanos asesinados y heridos por los insurgentes se ha incrementado en un 53%.
"En conclusión", explicó ayer De Mistura, "estamos preocupados. Estamos muy preocupados por el futuro, porque el coste humano de este conflicto lo están pagando, desafortunadamente, desproporcionadamente los civiles afganos".