Garzón, insultado a la salida de un juicio al ex dictador Videla
Alejandro Rebossio, Buenos Aires, El País
La comparecencia del juez español Baltasar Garzón como público del juicio oral por delitos de lesa humanidad contra el ex dictador argentino Jorge Videla (1976-1983) en Córdoba acabó hoy en escándalo. Por primera vez desde que se inició este proceso por el asesinato de 31 presos políticos en esa ciudad argentina, Videla decidió retirarse de la sala como repudio a la presencia de Garzón, que una década atrás lo perseguía en los tribunales de España por crímenes cometidos contra ciudadanos españoles. Los otros 30 acusados también se marcharon y sus familiares soltaron una catarata de insultos contra el actual asesor de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional.
Poco después de iniciarse hoy la sesión del juicio, Videla y los otros militares imputados, incluido el ex general Luciano Menéndez, se levantaron de sus asientos y se sentaron en una sala contigua, donde pueden seguir los acontecimientos por televisión. Los acusados tienen derecho en Argentina a ausentarse del juicio oral, con excepción de la primera audiencia, en la que se leen las imputaciones, y la última, en la que se anuncian las sentencias. Videla y su gente hicieron uso de ese derecho al ver a Garzón, reconocido en toda Latinoamérica por su búsqueda de justicia universal ante los regímenes autoritarios, y al secretario de Derechos Humanos de Argentina, Eduardo Luis Duhalde, que acompañaba al juez en esta visita de cinco días a este país sudamericano.
Un grupo de simpatizantes de los acusados golpeó en la nariz a un reportero de Radio Nacional cuando intentó fotografiarles mientras insultaban a Garzón y Duhalde, quienes se dirigían a otra sala del tribunal para ofrecer una rueda de prensa en un receso de la vista. Algunos de ellos incluso intentaron agredirles físicamente. La Policía lo evitó y detuvo a dos familiares. "¿Qué pasó con los atentados de la ETA?", le gritó a Garzón la viuda de un militar muerto en un ataque guerrillero a un cuartel en 1989, Liliana de Fernández Cutiellos.
"Estar aquí es un derecho que tienen los acusados, pero con estas situaciones buscan cargar contra quienes quieren trabajar con legalidad. Creo que los acusados deberían demostrar dignidad, sobre todo con los testimonios de quienes sufrieron la falta de libertad", sostuvo el juez español minutos después en la rueda de prensa.
Garzón consideró que en el juicio todos deben tener "garantías" incluidos los imputados, quienes "privaban de la libertad" durante el régimen.
Los juicios contra represores "demuestran que la sociedad no se rompe, y que hay una reconciliación de las víctimas y la sociedad civil con la justicia, la cual, durante mucho tiempo, por leyes de impunidad no podía hacer nada", opinó. El magistrado evitó de nuevo referirse a su situación en España y dijo que será "respetuoso con el tribunal" que sigue su proceso, el Tribunal Supremo.
El tribunal de Córdoba, a unos 800 kilómetros de Buenos Aires, enjuicia a Videla, presidente de facto entre 1976 y 1981, quien hasta ahora suma cuatro condenas a prisión perpetua en otros tantos juicios por violaciones a los derechos humanos.
Garzón participó el lunes en un seminario sobre violencia de género y participará mañana, después de ir al juicio contra Videla, en un acto a favor de la postulación de las Abuelas de Plaza de Mayo al Nobel de la Paz.
"Argentina está dando un ejemplo al mundo entero", dijo Garzón.
La comparecencia del juez español Baltasar Garzón como público del juicio oral por delitos de lesa humanidad contra el ex dictador argentino Jorge Videla (1976-1983) en Córdoba acabó hoy en escándalo. Por primera vez desde que se inició este proceso por el asesinato de 31 presos políticos en esa ciudad argentina, Videla decidió retirarse de la sala como repudio a la presencia de Garzón, que una década atrás lo perseguía en los tribunales de España por crímenes cometidos contra ciudadanos españoles. Los otros 30 acusados también se marcharon y sus familiares soltaron una catarata de insultos contra el actual asesor de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional.
Poco después de iniciarse hoy la sesión del juicio, Videla y los otros militares imputados, incluido el ex general Luciano Menéndez, se levantaron de sus asientos y se sentaron en una sala contigua, donde pueden seguir los acontecimientos por televisión. Los acusados tienen derecho en Argentina a ausentarse del juicio oral, con excepción de la primera audiencia, en la que se leen las imputaciones, y la última, en la que se anuncian las sentencias. Videla y su gente hicieron uso de ese derecho al ver a Garzón, reconocido en toda Latinoamérica por su búsqueda de justicia universal ante los regímenes autoritarios, y al secretario de Derechos Humanos de Argentina, Eduardo Luis Duhalde, que acompañaba al juez en esta visita de cinco días a este país sudamericano.
Un grupo de simpatizantes de los acusados golpeó en la nariz a un reportero de Radio Nacional cuando intentó fotografiarles mientras insultaban a Garzón y Duhalde, quienes se dirigían a otra sala del tribunal para ofrecer una rueda de prensa en un receso de la vista. Algunos de ellos incluso intentaron agredirles físicamente. La Policía lo evitó y detuvo a dos familiares. "¿Qué pasó con los atentados de la ETA?", le gritó a Garzón la viuda de un militar muerto en un ataque guerrillero a un cuartel en 1989, Liliana de Fernández Cutiellos.
"Estar aquí es un derecho que tienen los acusados, pero con estas situaciones buscan cargar contra quienes quieren trabajar con legalidad. Creo que los acusados deberían demostrar dignidad, sobre todo con los testimonios de quienes sufrieron la falta de libertad", sostuvo el juez español minutos después en la rueda de prensa.
Garzón consideró que en el juicio todos deben tener "garantías" incluidos los imputados, quienes "privaban de la libertad" durante el régimen.
Los juicios contra represores "demuestran que la sociedad no se rompe, y que hay una reconciliación de las víctimas y la sociedad civil con la justicia, la cual, durante mucho tiempo, por leyes de impunidad no podía hacer nada", opinó. El magistrado evitó de nuevo referirse a su situación en España y dijo que será "respetuoso con el tribunal" que sigue su proceso, el Tribunal Supremo.
El tribunal de Córdoba, a unos 800 kilómetros de Buenos Aires, enjuicia a Videla, presidente de facto entre 1976 y 1981, quien hasta ahora suma cuatro condenas a prisión perpetua en otros tantos juicios por violaciones a los derechos humanos.
Garzón participó el lunes en un seminario sobre violencia de género y participará mañana, después de ir al juicio contra Videla, en un acto a favor de la postulación de las Abuelas de Plaza de Mayo al Nobel de la Paz.
"Argentina está dando un ejemplo al mundo entero", dijo Garzón.