Ex general que derrocó a Banzer enviado a centro para adictos a la cocaína
La Paz, Abi
A la edad de 79 años y después de haber cometido un acto impúdico en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el ex general de aviación Juan Pereda Asbún, fue detenido el martes por la Policía y pasado a un centro de rehabilitación de adictos a la cocaína.
La detención de Pereda se produjo después de que un padre de familia y un grupo de jóvenes lo detuvieron porque intentó subir a su vehículo a una niña después de mostrar sus partes genitales a otros infantes.
Tras ser entregado a la Policía, los oficiales encontraron a Pereda bajo los efectos de la droga y descubrieron que tenía en su poder dos cajetillas de cigarrillos cargados con cocaína, que son conocidos en el mundo de los consumidores como "pitillos".
De acuerdo con el relato del coronel Rubén Suárez, jefe de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) en el departamento de Santa Cruz, Pereda fue llevado por oficiales de la Policía, una vez que se trataba de un caso ligado a la droga.
"Tras tomarle las declaraciones, Pereda, quien se identificó como general de las Fuerzas Armadas, fue sometido a una serie de exámenes clínicos, principalmente de orina, para establecer el grado de consumo de drogas que le afectaba", dijo.
Agregó que el ex general estaba en posesión de la droga "para su uso personal", según dijo, para descartar que sea un distribuidor o esté ligado a redes de distribución del narcotráfico.
El jefe anti drogas enfatizó que tras un análisis médico y psicológico, el fiscal que se hizo cargo del caso optó por pasar Pereda a un centro de rehabilitación para adictos a las drogas, para su tratamiento.
Pereda, quien fue presidente de Bolivia en 1978 al derrocar en un incruento golpe de Estado al general Hugo Banzer Suárez, para poner fin a una dictadura que se encaramó en el poder siete años (1971-1978) y que se consideraba inamovible.
Sin embargo el golpe de Pereda no se produjo para reencaminar el proceso democrático, sino para manifestar su molestia contra Banzer, quien lo colocó como su candidato a la Presidencia en las elecciones de 1978, pero que optó por anular los comicios ante las irrefutables pruebas de que la victoria de su delfín fue fraudulenta.
Para que Pereda lo suceda en el poder, esta vez con la Constitución bajo el brazo, Banzer apoyó hasta la creación del Partido Único Nacional (PUN), al que le rodeó no solamente del apoyo militar, sino de un grupo de intelectuales y burócratas.
Con fraude, Pereda llegó a ganar las elecciones por encima de candidato de la Unidad Democrática y Popular (UDP), Hernán Siles Zuazo, quien fue triunfador en los comicios de 1979, pero recién pudo asumir la Presidencia en octubre de 1982.
A Pereda le duró poco tiempo el poder, apenas tres meses, porque otro movimiento militar dirigido por el general David Padilla Arancibia lo desalojó del poder para dar inicio al proceso de repliegue a los cuarteles de las dictaduras militares que se encaramaron en el poder entre 1964 y 1982.
En ese período se establecieron por poco tiempo breves gobiernos democráticos, encabezados por Walter Guevara Arze (agosto a noviembre de 1979) y Lydia Gueiler Tejada (noviembre de 1979 y julio de 1980).
Guevara Arze fue derrocado en un sangriento golpe de Estado por el entonces coronel Alberto Natush Busch, quien apenas duró en el poder 15 días en noviembre de 1979. Gueiler sufrió un golpe militar a manos de su primo, el general Luis García Meza, el 17 de julio de 1980.
Por ello la detención de Pereda el martes, mostrado por los canales de televisión como un hombre acabado, ha recordado las etapas de las dictaduras militares que consideraban que el poder era para siempre.
Hoy, Pereda está en un centro de rehabilitación para curarse de su adicción a la cocaína, mientras que García Meza y su temible ministro del Interior, Luis Arce Gómez, están recluidos en una cárcel de alta seguridad en La Paz para cumplir una condena de 30 años sin derecho a indulto.
Banzer falleció víctima de un cáncer y Natusch Busch murió tras una larga enfermedad.
El ex presidente de la última dictadura, general Guido Vildoso, quien ordenó el retiro de las Fuerzas Armadas a los cuarteles en octubre de 1982, reapareció hace unas semanas en el escenario público tras reunirse con el presidente Evo Morales en el palacio de Gobierno y asistir a la parada militar realizada el 7 de agosto en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
A la edad de 79 años y después de haber cometido un acto impúdico en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el ex general de aviación Juan Pereda Asbún, fue detenido el martes por la Policía y pasado a un centro de rehabilitación de adictos a la cocaína.
La detención de Pereda se produjo después de que un padre de familia y un grupo de jóvenes lo detuvieron porque intentó subir a su vehículo a una niña después de mostrar sus partes genitales a otros infantes.
Tras ser entregado a la Policía, los oficiales encontraron a Pereda bajo los efectos de la droga y descubrieron que tenía en su poder dos cajetillas de cigarrillos cargados con cocaína, que son conocidos en el mundo de los consumidores como "pitillos".
De acuerdo con el relato del coronel Rubén Suárez, jefe de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) en el departamento de Santa Cruz, Pereda fue llevado por oficiales de la Policía, una vez que se trataba de un caso ligado a la droga.
"Tras tomarle las declaraciones, Pereda, quien se identificó como general de las Fuerzas Armadas, fue sometido a una serie de exámenes clínicos, principalmente de orina, para establecer el grado de consumo de drogas que le afectaba", dijo.
Agregó que el ex general estaba en posesión de la droga "para su uso personal", según dijo, para descartar que sea un distribuidor o esté ligado a redes de distribución del narcotráfico.
El jefe anti drogas enfatizó que tras un análisis médico y psicológico, el fiscal que se hizo cargo del caso optó por pasar Pereda a un centro de rehabilitación para adictos a las drogas, para su tratamiento.
Pereda, quien fue presidente de Bolivia en 1978 al derrocar en un incruento golpe de Estado al general Hugo Banzer Suárez, para poner fin a una dictadura que se encaramó en el poder siete años (1971-1978) y que se consideraba inamovible.
Sin embargo el golpe de Pereda no se produjo para reencaminar el proceso democrático, sino para manifestar su molestia contra Banzer, quien lo colocó como su candidato a la Presidencia en las elecciones de 1978, pero que optó por anular los comicios ante las irrefutables pruebas de que la victoria de su delfín fue fraudulenta.
Para que Pereda lo suceda en el poder, esta vez con la Constitución bajo el brazo, Banzer apoyó hasta la creación del Partido Único Nacional (PUN), al que le rodeó no solamente del apoyo militar, sino de un grupo de intelectuales y burócratas.
Con fraude, Pereda llegó a ganar las elecciones por encima de candidato de la Unidad Democrática y Popular (UDP), Hernán Siles Zuazo, quien fue triunfador en los comicios de 1979, pero recién pudo asumir la Presidencia en octubre de 1982.
A Pereda le duró poco tiempo el poder, apenas tres meses, porque otro movimiento militar dirigido por el general David Padilla Arancibia lo desalojó del poder para dar inicio al proceso de repliegue a los cuarteles de las dictaduras militares que se encaramaron en el poder entre 1964 y 1982.
En ese período se establecieron por poco tiempo breves gobiernos democráticos, encabezados por Walter Guevara Arze (agosto a noviembre de 1979) y Lydia Gueiler Tejada (noviembre de 1979 y julio de 1980).
Guevara Arze fue derrocado en un sangriento golpe de Estado por el entonces coronel Alberto Natush Busch, quien apenas duró en el poder 15 días en noviembre de 1979. Gueiler sufrió un golpe militar a manos de su primo, el general Luis García Meza, el 17 de julio de 1980.
Por ello la detención de Pereda el martes, mostrado por los canales de televisión como un hombre acabado, ha recordado las etapas de las dictaduras militares que consideraban que el poder era para siempre.
Hoy, Pereda está en un centro de rehabilitación para curarse de su adicción a la cocaína, mientras que García Meza y su temible ministro del Interior, Luis Arce Gómez, están recluidos en una cárcel de alta seguridad en La Paz para cumplir una condena de 30 años sin derecho a indulto.
Banzer falleció víctima de un cáncer y Natusch Busch murió tras una larga enfermedad.
El ex presidente de la última dictadura, general Guido Vildoso, quien ordenó el retiro de las Fuerzas Armadas a los cuarteles en octubre de 1982, reapareció hace unas semanas en el escenario público tras reunirse con el presidente Evo Morales en el palacio de Gobierno y asistir a la parada militar realizada el 7 de agosto en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.