El presidente rumano reclama un plan europeo de integración de los gitanos
Bucarest, El País
Francia inició ayer la deportación de gitanos con destino a Rumania, la primera desde que el Gobierno anunciara a finales de julio su ofensiva contra los poblados ilegales y la expulsión "casi inmediata" de los romaníes, como se conoce en Francia a los gitanos de Europa del Este, que se encontraran en situación irregular. Un total de 86 personas salieron en tres aviones desde París y Lyon con destino a Bucarest, anunció en Washington el ministro de Inmigración, Eric Besson, aunque la policía cifró inicialmente en 70 el número de expulsados. "Lo que está pasando es una prueba de que debemos tener un programa de integración europea de los ciudadanos romaníes, teniendo en cuenta que no debe confundirse la asimilación con la integración", afirmó ayer el presidente rumano, Traian Basescu.
No se trataba de expulsiones forzadas, sino de personas que se han acogido a la ayuda del retorno voluntario: una medida que consiste en la entrega de 300 euros por adulto y 100 por niño. Los que reciben estas ayudas son incluidos en un fichero para que, si vuelven a Francia, no puedan volver a cobrarlas si son repatriados.
Del grupo que salió de Lyon, 16 personas, entre ellas cinco niños, formaban parte del centenar de evacuados la misma mañana de un poblado de Saint-Martin-d'Hères, cerca de Grenoble. Sin embargo, estas habían realizado con anterioridad las gestiones, que duran unas tres semanas de media. Los vuelos de ayer son los primeros desde que el Gobierno endureciera el tono con los romaníes a finales de julio. Desde entonces, son 78 los poblados ilegales desalojados.
Besson, que en los últimos días se ha esforzado en rebajar el tono beligerante del titular del Interior, Brice Hortefeux, aseguró que las repatriaciones de ayer no están directamente relacionadas con estos desmantelamientos y que los vuelos con deportaciones de gitanos a Bulgaria y Rumania son habituales. El año pasado, la oficina francesa de Inmigración de Interior operó unos 44 vuelos de este tipo, en los que se repatrió a unos 10.000 romaníes. En lo que va de año, contando los tres de ayer, son ya 27, según el balance de Besson.
Como ciudadanos de la UE desde 2007, los rumanos y los búlgaros tienen derecho a circular libremente durante un periodo de hasta tres meses por Francia, plazo a partir del cual deben tener un contrato de trabajo, salvo en el caso de los estudiantes. Pero para poder ejercer, una moratoria, extensible hasta 2014, obliga a rumanos y búlgaros a pedir un permiso de trabajo y les restringe el acceso al mercado laboral a una lista de 150 empleos.
Francia inició ayer la deportación de gitanos con destino a Rumania, la primera desde que el Gobierno anunciara a finales de julio su ofensiva contra los poblados ilegales y la expulsión "casi inmediata" de los romaníes, como se conoce en Francia a los gitanos de Europa del Este, que se encontraran en situación irregular. Un total de 86 personas salieron en tres aviones desde París y Lyon con destino a Bucarest, anunció en Washington el ministro de Inmigración, Eric Besson, aunque la policía cifró inicialmente en 70 el número de expulsados. "Lo que está pasando es una prueba de que debemos tener un programa de integración europea de los ciudadanos romaníes, teniendo en cuenta que no debe confundirse la asimilación con la integración", afirmó ayer el presidente rumano, Traian Basescu.
No se trataba de expulsiones forzadas, sino de personas que se han acogido a la ayuda del retorno voluntario: una medida que consiste en la entrega de 300 euros por adulto y 100 por niño. Los que reciben estas ayudas son incluidos en un fichero para que, si vuelven a Francia, no puedan volver a cobrarlas si son repatriados.
Del grupo que salió de Lyon, 16 personas, entre ellas cinco niños, formaban parte del centenar de evacuados la misma mañana de un poblado de Saint-Martin-d'Hères, cerca de Grenoble. Sin embargo, estas habían realizado con anterioridad las gestiones, que duran unas tres semanas de media. Los vuelos de ayer son los primeros desde que el Gobierno endureciera el tono con los romaníes a finales de julio. Desde entonces, son 78 los poblados ilegales desalojados.
Besson, que en los últimos días se ha esforzado en rebajar el tono beligerante del titular del Interior, Brice Hortefeux, aseguró que las repatriaciones de ayer no están directamente relacionadas con estos desmantelamientos y que los vuelos con deportaciones de gitanos a Bulgaria y Rumania son habituales. El año pasado, la oficina francesa de Inmigración de Interior operó unos 44 vuelos de este tipo, en los que se repatrió a unos 10.000 romaníes. En lo que va de año, contando los tres de ayer, son ya 27, según el balance de Besson.
Como ciudadanos de la UE desde 2007, los rumanos y los búlgaros tienen derecho a circular libremente durante un periodo de hasta tres meses por Francia, plazo a partir del cual deben tener un contrato de trabajo, salvo en el caso de los estudiantes. Pero para poder ejercer, una moratoria, extensible hasta 2014, obliga a rumanos y búlgaros a pedir un permiso de trabajo y les restringe el acceso al mercado laboral a una lista de 150 empleos.