Cambio de mando en Colombia
Hernando Salazar BBC Mundo, Colombia
A pesar de que 16 jefes de Estado y de gobierno y un príncipe estarán este sábado en la posesión de Juan Manuel Santos como nuevo presidente de Colombia, muchas miradas se centran en un asistente de última hora: el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro.
En la ceremonia también estarán presidentes como los de Brasil, México, Argentina, Panamá, República Dominicana, Georgia y Uruguay, así como el príncipe Felipe, de España.
Maduro no era esperado en Bogotá, ya que Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Colombia hace apenas dos semanas, alegando que este país preparaba un ataque militar en su contra.
Pero luego de reunirse este viernes en Caracas con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y con el secretario de la Unión de Naciones del Sur, Néstor Kirchner, Hugo Chávez anunció el viaje de Maduro.
Y además dijo que "Lula lleva una misión de la que hemos hablado bastante con el secretario de Unasur, Néstor Kirchner, pero de eso no hablaremos hoy. Hablaremos mañana y pasado mañana".
Lula y Kirchner llegaron el viernes en la noche a Bogotá, se reunieron por separado con Santos y luego asistieron a una cena de despedida de Álvaro Uribe, quien termina un mandato de ocho años.
Extreman seguridad
La capital colombiana está sometida a rigurosas medidas de seguridad desde mediados de esta semana. Unos 27.000 policías, militares y agentes secretos custodian las principales calles de Bogotá, previniendo saboteos y ataques de las guerrillas de izquierda.
Analistas internacionales consultados por BBC Mundo creen que la visita de Maduro, cuya llegada se espera a primera hora de este sábado, servirá para reanudar los vínculos diplomáticos entre estos dos países, que comparten una frontera de casi 2.200 kilómetros.
"Yo creo que habrá reanudación de relaciones entre Colombia y Venezuela pronto, pero la normalización tardará. Fíjese todo el tiempo que se ha tomado la normalización de las relaciones entre Bogotá y Quito", declara a BBC Mundo la internacionalista Arlene Tickner.
Ticker se refiere a la ruptura de relaciones diplomáticas que hubo en marzo de 2008, después de que las Fuerzas Militares de Colombia bombardearon un campamento guerrillero en Ecuador, donde murieron Raúl Reyes, de las FARC, y una veintena de personas más.
En septiembre de 2009, Colombia y Ecuador acordaron reestablecer relaciones diplomáticas, pero no a nivel de embajadores, sino de encargados de negocios.
Además de Maduro, en la ceremonia de posesión de Santos, en la histórica Plaza de Bolívar de Bogotá, estará presente el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Tickner se declara "impresionada" por la forma como Santos, un viejo contradictor de Chávez, "está manejando las cosas con Venezuela".
"Cambios de forma"
'Otra experta, Sandra Borda, profesora de la Universidad de los Andes, la complementa y le dice a BBC Mundo que con Santos no se pueden esperar cambios de fondo frente a Venezuela, pero sí de forma.
Sandra Borda, profesora de la Universidad de los Andes, dice que no habrá grandes cambios en la política exterior.
"No hay que llamarse a engaños. Colombia va a continuar con una política exterior muy parecida a la que tuvo durante los ocho años de Uribe frente a Venezuela, a la región y a Estados Unidos", señala Borda.
Ella considera que, sin embargo, "habrá un cambio sustancial en las formas" y anticipa que Colombia ahora apelará más a la diplomacia.
"Yo creo que el gobierno de Santos comunicará más eficientemente los contenidos de política exterior en relación con el conflicto interno", afirma.
Y lo contrasta con la forma como, según ella, la administración Uribe "vendió la idea de que la pelea contra las FARC le permitía invadir a Ecuador o hacer alianzas militares con Estados Unidos sin avisarle previa y adecuadamente a la región".
"No es que Colombia hubiera tenido que pedirle permiso a nadie para hacer alianzas con Estados Unidos, pero sí lo pudo haber comunicado mejor y evitarse el malestar que despertó el acuerdo militar por diez años", indica.
Según Borda, "Santos sabe que puede seguir siendo aliado de Estados Unidos sin necesidad de echarse de enemigos a los países vecinos".
