Berlusconi se someterá a un voto de confianza tras la ruptura con Fini
Lucia Magi, El País
Silvio Berlusconi cierra filas. Esta tarde ha reunido a la ejecutiva de lo que queda de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), tras la expulsión de Gianfranco Fini y de sus seguidores, que a finales de julio formaron un grupo parlamentario autónomo (Futuro y Libertad, FLI) y dejaron en minoría al Gobierno en el Congreso. Las seis horas que los fieles de Il Cavaliere han pasdo encerrados en el palazzo Grazioli, residencia oficial del primer ministro en Roma, han servido para esbozar un documento que Berlusconi va a someter al Parlamento, a modo de moción de confianza, en septiembre. "Confío en lograr una cómoda y renovada mayoría sobre este documento", ha asegurado Berlusconi tras la reunión.
El texto presenta cinco grandes áreas de reformas: justicia, federalismo, fiscalidad, seguridad y política en el sur del país. Si los 34 diputados del FLI le otorgan su voto de confianza, el Ejecutivo puede seguir adelante sobre la base de la coalición que ganó las elecciones en 2008. Berlusconi y Fini seguirán separados pero viviendo bajo el mismo techo junto con un huésped siempre poderoso y exigente: la Liga Norte.
Pero si los seguidores de Fini le niegan su apoyo, caerá el Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas será casi ineludible. "Sin la mayoría actual, no habría otra solución que convocar nuevas elecciones, en diciembre... Estamos listos y no habrá alternativa. Nuestros sondeos dicen que obtendríamos más del 50% junto a la Liga y otras fuerzas",ha afirmado el jefe del Gobierno.
Berlusconi intentó ayer medir sus fuerzas y tantear la posibilidad de que los moderados del FLI vuelvan a sus filas. Entre los dos bandos en liza el principal escollo sigue siendo la reforma de la justicia. Il Cavaliere necesita la vigencia de la ley sobre juicios rápidos, que suspende procesos que se han alargado más de tres años, o dos años para los delitos cometidos antes de 2006. Berlusconi también busca una reforma de la Constitución para instituir la inmunidad de los más altos cargos del Estado, como el jefe del Gobierno.
La reunión de la ejecutiva del PDL ha intentado transmitir la impresión de que el primer ministro abre los brazos a los miembros del FLI y que está intentando jugar todas sus bazas políticas para evitar un adelanto electoral.
El jefe del Gobierno parece haber renunciado a las vacaciones mientras su rival Fini aparece fotografiado en bañador en los periódicos.
La reunión con la dirección de su partido llega en un clima poco favorable para una reconciliación interna en la coalición gubernamental. Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, ya lo ha advertido: "Así no es posible seguir. Hay que votar en noviembre o en diciembre. Ya está en marcha la máquina de las elecciones".
El único hecho que puede alejar el fantasma de los comicios anticipados es, en opinión del federalista Bossi, que Fini renuncie a la presidencia de la Cámara. El PDL también pide la dimisión de Fini, al aludir a una supuesta incompatibilidad entre su papel institucional en el Parlamento y el liderazgo de un nuevo grupo político.
Silvio Berlusconi cierra filas. Esta tarde ha reunido a la ejecutiva de lo que queda de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), tras la expulsión de Gianfranco Fini y de sus seguidores, que a finales de julio formaron un grupo parlamentario autónomo (Futuro y Libertad, FLI) y dejaron en minoría al Gobierno en el Congreso. Las seis horas que los fieles de Il Cavaliere han pasdo encerrados en el palazzo Grazioli, residencia oficial del primer ministro en Roma, han servido para esbozar un documento que Berlusconi va a someter al Parlamento, a modo de moción de confianza, en septiembre. "Confío en lograr una cómoda y renovada mayoría sobre este documento", ha asegurado Berlusconi tras la reunión.
El texto presenta cinco grandes áreas de reformas: justicia, federalismo, fiscalidad, seguridad y política en el sur del país. Si los 34 diputados del FLI le otorgan su voto de confianza, el Ejecutivo puede seguir adelante sobre la base de la coalición que ganó las elecciones en 2008. Berlusconi y Fini seguirán separados pero viviendo bajo el mismo techo junto con un huésped siempre poderoso y exigente: la Liga Norte.
Pero si los seguidores de Fini le niegan su apoyo, caerá el Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas será casi ineludible. "Sin la mayoría actual, no habría otra solución que convocar nuevas elecciones, en diciembre... Estamos listos y no habrá alternativa. Nuestros sondeos dicen que obtendríamos más del 50% junto a la Liga y otras fuerzas",ha afirmado el jefe del Gobierno.
Berlusconi intentó ayer medir sus fuerzas y tantear la posibilidad de que los moderados del FLI vuelvan a sus filas. Entre los dos bandos en liza el principal escollo sigue siendo la reforma de la justicia. Il Cavaliere necesita la vigencia de la ley sobre juicios rápidos, que suspende procesos que se han alargado más de tres años, o dos años para los delitos cometidos antes de 2006. Berlusconi también busca una reforma de la Constitución para instituir la inmunidad de los más altos cargos del Estado, como el jefe del Gobierno.
La reunión de la ejecutiva del PDL ha intentado transmitir la impresión de que el primer ministro abre los brazos a los miembros del FLI y que está intentando jugar todas sus bazas políticas para evitar un adelanto electoral.
El jefe del Gobierno parece haber renunciado a las vacaciones mientras su rival Fini aparece fotografiado en bañador en los periódicos.
La reunión con la dirección de su partido llega en un clima poco favorable para una reconciliación interna en la coalición gubernamental. Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, ya lo ha advertido: "Así no es posible seguir. Hay que votar en noviembre o en diciembre. Ya está en marcha la máquina de las elecciones".
El único hecho que puede alejar el fantasma de los comicios anticipados es, en opinión del federalista Bossi, que Fini renuncie a la presidencia de la Cámara. El PDL también pide la dimisión de Fini, al aludir a una supuesta incompatibilidad entre su papel institucional en el Parlamento y el liderazgo de un nuevo grupo político.