Auge y caída de aventurero en Bolivia

Mery Vaca
Bolivia

Ronald Larsen, de 66 años, es un estadounidense que llegó a Bolivia hace 43 años en busca de fortuna.
Larsen viajó al oriente boliviano a finales de los 60 para buscar fortuna.
Durante el gobierno de Evo Morales, Larsen salió del anonimato porque fue acusado de haber obtenido grandes extensiones de tierra en la región de Santa Cruz de forma ilegal y de mantener en su propiedad a indígenas guaraníes en condición de servidumbre y esclavitud.

Incluso una comisión gubernamental que intentó ingresar a su propiedad en 2008 para inspeccionar las tierras fue recibida a balazos.
Tras un largo proceso seguido por el gobierno, la justicia revirtió las tierras de Larsen al estado y ahora el Ejecutivo se propone repartirlas a los indígenas de la zona.

Pero ¿quién es este hombre que ha desatado polémicas en el país y que, incluso, se ha convertido en bandera de los grupos autonomistas de Santa Cruz?
Aventura continental
A finales de la década de los 60, Larsen había acabado la carrera de administración en la Universidad de Montana, Estados Unidos. Casualmente, uno de sus amigos estaba haciendo el servicio para los Cuerpos de Paz estadounidenses en Bolivia. Ese amigo, cuenta Larsen a BBC Mundo, no hacía otra cosa que hablar de "Bolivia, Bolivia, Bolivia".

"Cualquier extranjero que no se mete en narcotráfico ni en política va a tener éxito", le dijo ese amigo a Larsen y, luego de reunir dinero de sus familiares, los dos partieron de Montana rumbo a Sudamérica.
Llegaron a Bolivia después de tres meses de viaje. El amigo regresó a Estados Unidos y Larsen se quedó para hacer su vida en este país.

Según dice, adquirió tierras legalmente en Santa Cruz, aunque no quiere revelar cuánto pagó por ellas. La hacienda Caraparicito se convirtió en su hogar. Grandes cantidades de ganado y enormes plantaciones de maíz le dieron a Larsen la fortuna que buscaba.
Pero, en la otra acera, el viceministro de Tierras, José Manuel Pinto, dice a BBC Mundo que, según la documentación con la que cuenta el gobierno, "esas tierras han sido ilegalmente adquiridas".

El 12 de marzo de 1983, su esposa, también estadounidense, recibió un disparo en el intento de secuestro de sus dos hijos. En medio de la violencia, Larsen recuperó a sus pequeños de manos de los secuestradores, pero no pudo retener a su esposa en Bolivia.
Ella se marchó a Estados Unidos con el menor de los hijos. Pasaron 10 años más y Larsen se volvió a casar, esta vez con una boliviana.

El proyecto Caraparicito


Caraparicito, la hacienda, no podía ir mejor. Larsen había ampliado la producción agrícola, estableció una reserva forestal y había atraído a familias guaraníes para que vivieran en la hacienda.

El gobierno asegura que Larsen tenía en su hacienda a indígenas guaraníes en condiciones de esclavitud.
Pinto asegura que Larsen hizo su actividad empresarial recurriendo a "la esclavitud y la servidumbre de nuestros compañeros indígenas".
Larsen rechaza las acusaciones y dice que construyó para sus empleados una escuela, una capilla y una casa para cada familia con chimenea en la sala. Es más, según dice, subvencionó su alimentación durante años.

También estableció en su hacienda un refugio para que los turistas conociesen la vida rural, aunque los visitantes nunca llegaron.
A estas alturas, el tesoro estaba apenas por descubrirse. La empresa francesa Total ahora explota petróleo y gas natural en las profundidades de esas tierras.
Larsen dice que lo único que pidió como compensación es un monto de dinero para editar dos grandes libros sobre su reserva forestal y cree que la reserva hidrocarburífera es el verdadero motivo por el que sus tierras están siendo revertidas.

"Más bolivianos que la yuca"

En febrero de 2008, una comitiva del gobierno de Morales intentó ingresar a la hacienda.
Larsen respondió a las visitas con disparos. ¿Por qué lo hizo? "Cuando viene alguien a tu casa a las 4 de la mañana, no dice quién es, y empieza a gritar, todo el mundo se asusta, esta gente parecía que era borracha o drogada", responde.
El gobierno llevó el caso a la justicia porque, según dijo, encontró indígenas esclavizados. Larsen, entonces, decidió entregar todas las tierras a sus tres hijos, que son nacidos en Bolivia.

Y, esto, según Larsen es lo que más le duele, que llamen "extranjeros" a sus tres hijos. "Ellos son más bolivianos que la yuca", dice en alusión al tubérculo que no falta en el menú de los habitantes de Santa Cruz.
Tras conocerse el fallo de la justicia en última instancia, el viceministro Pinto dice a BBC Mundo que la totalidad de las tierras fueron revertidas por "servidumbre, esclavitud y pongueaje de los indígenas guaraníes".

Y, después de todo lo vivido, ¿está arrepentido de llegar a Bolivia?, le pregunta BBC Mundo a Larsen. "Para nada, yo he pasado toda una vida aquí, estoy contento con mis hijos, que son valientes. Esperamos que el gobierno pueda reaccionar", dice.

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