Adiós a las bombas de racimo
Ginebra, El País
A partir de hoy está prohibido el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento de las bombas de racimo. Alrededor de un centenar de países firmaron el tratado internacional que pone fin a este tipo de armamento en 2008 y para su entrada era precisa la ratificación de un mínimo de 30 países firmantes. Hasta la fecha lo han hecho 37 aunque no los principales productores, como Estados Unidos, Rusia y China.
Las bombas de racimo contienen en su interior cientos e incluso miles de mini-bombas que pueden matar en un radio de 15 metros, y se mantienen activas durante más de 40 años por lo que son altamente peligrosas para la población civil.
Israel es uno de los países que más bombas de racimo almacena, aunque se desconoce la cantidad, mientras que Reino Unido y Alemania cuentan con 50 millones de explosivos de racimo cada una, pero han ratificado el tratado y se han comprometido a destruirlos. A falta de datos sobre la producción en Rusia y China, el principal productor y exportador mundial de bombas de racimo es Estados Unidos, con una cantidad demostrada de 800 millones.
"El domingo es un día de celebración, es la concreción de un sueño que parecía imposible y que ha hecho realidad la voluntad de la sociedad civil con la ayuda de algunos estados", señaló el jueves en rueda de prensa Thomas Nash, de la Coalición Contra las Armas de Racimo, entidad que agrupa a más de 300 ONG. "Uno de los principales argumentos para su prohibición es el hecho de que ya no son útiles para los objetivos militares buscados", según Nash. Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sostiene que la entrada en vigor del tratado "representa un gran avance para las agendas humanitarias y de desarme, y ayudará a contrarrestar la inseguridad generalizada y el sufrimiento causado por estas terribles armas, especialmente entre civiles y niños".
Según la Coalición contra las Bombas de Racimo estos explosivos han herido y asesinado desde 1965 a más de 100.000 personas, un tercio de ellos niños. La campaña para pedir la prohibición de este tipo de bombas arrancó en 2006 después de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá en Líbano y en los que estas bomas causaron numerosas víctima
A partir de hoy está prohibido el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento de las bombas de racimo. Alrededor de un centenar de países firmaron el tratado internacional que pone fin a este tipo de armamento en 2008 y para su entrada era precisa la ratificación de un mínimo de 30 países firmantes. Hasta la fecha lo han hecho 37 aunque no los principales productores, como Estados Unidos, Rusia y China.
Las bombas de racimo contienen en su interior cientos e incluso miles de mini-bombas que pueden matar en un radio de 15 metros, y se mantienen activas durante más de 40 años por lo que son altamente peligrosas para la población civil.
Israel es uno de los países que más bombas de racimo almacena, aunque se desconoce la cantidad, mientras que Reino Unido y Alemania cuentan con 50 millones de explosivos de racimo cada una, pero han ratificado el tratado y se han comprometido a destruirlos. A falta de datos sobre la producción en Rusia y China, el principal productor y exportador mundial de bombas de racimo es Estados Unidos, con una cantidad demostrada de 800 millones.
"El domingo es un día de celebración, es la concreción de un sueño que parecía imposible y que ha hecho realidad la voluntad de la sociedad civil con la ayuda de algunos estados", señaló el jueves en rueda de prensa Thomas Nash, de la Coalición Contra las Armas de Racimo, entidad que agrupa a más de 300 ONG. "Uno de los principales argumentos para su prohibición es el hecho de que ya no son útiles para los objetivos militares buscados", según Nash. Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sostiene que la entrada en vigor del tratado "representa un gran avance para las agendas humanitarias y de desarme, y ayudará a contrarrestar la inseguridad generalizada y el sufrimiento causado por estas terribles armas, especialmente entre civiles y niños".
Según la Coalición contra las Bombas de Racimo estos explosivos han herido y asesinado desde 1965 a más de 100.000 personas, un tercio de ellos niños. La campaña para pedir la prohibición de este tipo de bombas arrancó en 2006 después de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá en Líbano y en los que estas bomas causaron numerosas víctima