Todos somos ahora españoles
Raúl Fain Binda
El buen juego y el título de España, el descenso de Holanda a la agresión física como recurso de juego, la reaparición de Uruguay en el primer plano y, por supuesto, la consagración del Pulpo Paul como el comentarista más certero saltan a la vista en el primer balance del mundial de fútbol de Sudáfrica.
Lo del pulpo es algo más que una broma, ya que su éxito, ocho aciertos sobre ocho pronósticos, deja en evidencia a los comentaristas humanos, que tuvieron muchos más errores que aciertos.
Tampoco se puede dejar de lado el fracaso de un nuevo intento de Brasil por agregar músculo y "organización europea" a su natural genio futbolístico.
(A esta altura el Blog de Lalo reconoce que dio a Brasil como primer favorito, seguido por España. También creímos, con reservas, en Inglaterra. El nombre de Uruguay ni se nos ocurrió, y el de Alemania, únicamente por su tradición.)
También sobresale el desconcertante saldo de la campaña argentina, cuyo fracaso (fue goleada por un equipo alemán al que Uruguay luego le jugó de igual a igual) no parece haber disminuido el crédito popular de su incompetente entrenador.