Pablo Vázquez: "Yo no robé a nadie"
La Paz, Olé
El rosarino Pablo Vázquez tuvo una semana particular. El delantero de The Strongest estuvo detenido por problemas migratorios, debió viajar de urgencia a Perú y, a su vuelta, clavó el primer hattrick de su carrera. Le contó sus peripecias a Olé.
Era una práctica más. La del martes. La víspera del juego frente a Aurora, por la primera fecha del Clausura boliviano. De repente, empleados de la Dirección Nacional de Inspectoría, dependiente de Migraciones, irrumpieron en el Rafael Mendoza Castellón, el estadio de The Strongest, construido en 1986 aunque en desuso. Con sus dedos, marcaron a un cuarteto de argentinos: el arquero Leo Díaz, Federico García, Julián Di Cosmo y Pablo Vázquez. Oscar Craviotto, el técnico, no podía creer lo que veía. Ellos, junto a su representante, Guillermo Muñoz, eran trasladados en una furgoneta del Gobierno…
“En base a nuestra normativa legal migratoria, hemos optado por invitarlos a salir del país”, aseguró Rodolfo Luna, de Migraciones, a la salida de la cancha en el barrio Achumani. ¿Qué pasó? Los jugadores estaban en calidad de turistas desde enero y, en junio, no renovaron los papeles. Entonces, debieron salir del país. Se fueron a Desaguadero, a la frontera con Perú, y después regresar. Mientras tanto… Estuvieron siete horas detenidos. Y… Eran ilegales… A Otto y a Sebastián Solari, el PF, le dieron un par de días más para regularizar la situación. Pero…
Así las cosas, los argentos estaban en duda. La semanita no había sido la mejor desde lo anímico ni desde lo físico. Más que detrás de un pelota, estuvieron detrás de escritorios, de rejas y de burocracia. Sin embargo… Tenían buen motivo para tomarse revancha, ¿no?
La cita fue el mítico Hernando Siles de La Paz. Unas 4.000 personas se acercaron para ver el bautismo de los Tigres en el campeonato. Y sí. Craviotto mandó a la cancha a Díaz, García, Di Cosmo y Vázquez. Del otro lado, Aurora, el equipo de Julio Zamora, que arrancó mejor. A los 7’, Carlos Saucedo ponía el 0-1 para los de Cochabamba. Hasta que Vázquez, uno de los detenidos apareció. ¡Y cómo!
El rosarino, de 26 años, tras hacer Inferiores en Adiur y quedar libre en la 7° de Central, arrancó en Argentino (B Metro), en nuestro Ascenso, allá por el 2002. De ahí, los 100 barrios porteños y algo más allá de la General Paz: Coronel Bolognesi (Perú), Estudiantes de Buenos Aires, Central Córdoba, Villa Mitre, Newell’s, Chicago y un touch & go en el FC Timisoara rumano, después de un pasaje exitoso (con 23 goles) en The Strongest gracias a Julio César Toresani. Volvió por la puerta grande. Y cumplió. Más allá de Migraciones y su ballet.
A los 25’, puso el empate después de un pase de Di Cosmo, quien volvió a aparecer en acción cinco minutos más tarde para que Vázquez llegase al segundo grito. Pero Jair Reynoso igualó al toque. Darwin Peña, crédito local, metió el 3-2 a los 55’ (tras otro pase de Di Cosmo) y, con un tiro bajo, Pablo llegó al 4-2 final, a los 73’, para hacer por primera vez en su carrera tres goles en el mismo partido y llegar a los 33 con la aurinegra de The Strongest. ¿La víctima? Silvio Dulcich, arquero cordobés de 29 años, nacido en las Inferiores de Boca, y con estadía en Huracán (TA) y Talleres de Córdoba, ahora pretendido por Caruso Lombardi para Tigre.
“Comenzamos con el pie derecho”, dijo Craviotto, quien terminó el partido con dos jugadores menos por la expulsión de Soliz. Vázquez ya había dejado en la red sus huellas dactilares. Una, dos, tres veces.
"Ganamos otro partido"
El mediodía paceño, un día después de la descarga, estaba fresco, con una temperatura de 13° y alguna llovizna perdida. Sin embargo, para Pablo Vázquez, la jornada había arrancado a pleno sol. Con sólo pasar por un puesto de diarios y ver las portadas… El rosarino lo sabe. Sabe lo que lo pasó. Y sabe lo importante del disfrute. Lo comparte con Olé, quien lo conectó telefónicamente a su hogar en altura boliviana.
--A la distancia, ¿podés explicar lo que les pasó, Pablo?
--Teníamos problemas de papeles. Pero los dirigentes nos habían dicho que estaba todo solucionado. Hacer la visa costaba apenas 120 dólares y tiene una validez de dos años. Al salir del entrenamiento, nos estaban esperando…
--¿Especulaciones?
--Fue algo político. Ahora se está decidiendo el presidente de la Federación Boliviana y tal vez… No querían que jugásemos contra Aurora.
--¿Cómo los sacaron de ahí?
--Estabamos Fede García, Leo Díaz, Julián Di Cosmo y el representante Guillermo Muñoz. Nos llevaron en una chatita. Una combi, digamos. Fuimos directo a Migraciones. Estuvimos como siete horas…
--¿Encerrados?
--Nos tuvieron en una salita. Nos decían que no pasaba nada pero si nos movíamos dos metros nos llamaban la atención… Tuve varias discusiones con ellos. Nos han tratado mal. Yo les decía que no maté a nadie, que no le había robado a nadie. Decían que era la única forma que tenían de presionar al club. Ellos tenían que haberse ocupado de la visa.
--¿Cómo se resolvió?
--Después de la espera, nos hicieron una carta y nos intimaron a dejar el país en 48 horas. Luego podríamos entrar, hacer los papeles, la visa, después de análisis de sangre, de pasar por Interpol, de pagar 120 dólares… Tuvimos que hacer dos horas de viaje hasta Desaguadero, en la frontera con Perú. Ahí nos encontramos con otro problema…
--¿Cuál?
--Llegamos y cerraron la frontera. Nos tuvimos que quedar en un hotel de allá. Eramos cuatro en cuatro camitas, con cinco grados bajo cero. Pagamos ocho pesos argentinos, así que imaginate. Pero fue una trampa de Migraciones. Teníamos que salir pero después no podíamos entrar. El club, por suerte, llegó a un acuerdo y pudimos volver.
--¿Cómo hicieron para jugar después de tanto desgaste?
--Te descargás. Lógico que entrás con mal ánimo. Entrás mal física y anímicamente. Recién el viernes volvimos a movernos… Pero siempre querés jugar. Y te olvidás de todo… Ganamos otro partido. Cualquiera se hubiese ido a la mierda pero tuvimos los huevos para jugar y ganar. Por eso, cuando terminó el partido, nos dimos un trabajo tremendo.
--El tema es el después. Quedaron marcados…
--Quedamos mal parados. Por suerte se hizo la visa y por dos años te olvidás del problema. Pero ya nos van a cargar. Lo primero que nos van a decir es ‘deportados, ilegales’…
El rosarino Pablo Vázquez tuvo una semana particular. El delantero de The Strongest estuvo detenido por problemas migratorios, debió viajar de urgencia a Perú y, a su vuelta, clavó el primer hattrick de su carrera. Le contó sus peripecias a Olé.
Era una práctica más. La del martes. La víspera del juego frente a Aurora, por la primera fecha del Clausura boliviano. De repente, empleados de la Dirección Nacional de Inspectoría, dependiente de Migraciones, irrumpieron en el Rafael Mendoza Castellón, el estadio de The Strongest, construido en 1986 aunque en desuso. Con sus dedos, marcaron a un cuarteto de argentinos: el arquero Leo Díaz, Federico García, Julián Di Cosmo y Pablo Vázquez. Oscar Craviotto, el técnico, no podía creer lo que veía. Ellos, junto a su representante, Guillermo Muñoz, eran trasladados en una furgoneta del Gobierno…
“En base a nuestra normativa legal migratoria, hemos optado por invitarlos a salir del país”, aseguró Rodolfo Luna, de Migraciones, a la salida de la cancha en el barrio Achumani. ¿Qué pasó? Los jugadores estaban en calidad de turistas desde enero y, en junio, no renovaron los papeles. Entonces, debieron salir del país. Se fueron a Desaguadero, a la frontera con Perú, y después regresar. Mientras tanto… Estuvieron siete horas detenidos. Y… Eran ilegales… A Otto y a Sebastián Solari, el PF, le dieron un par de días más para regularizar la situación. Pero…
Así las cosas, los argentos estaban en duda. La semanita no había sido la mejor desde lo anímico ni desde lo físico. Más que detrás de un pelota, estuvieron detrás de escritorios, de rejas y de burocracia. Sin embargo… Tenían buen motivo para tomarse revancha, ¿no?
La cita fue el mítico Hernando Siles de La Paz. Unas 4.000 personas se acercaron para ver el bautismo de los Tigres en el campeonato. Y sí. Craviotto mandó a la cancha a Díaz, García, Di Cosmo y Vázquez. Del otro lado, Aurora, el equipo de Julio Zamora, que arrancó mejor. A los 7’, Carlos Saucedo ponía el 0-1 para los de Cochabamba. Hasta que Vázquez, uno de los detenidos apareció. ¡Y cómo!
El rosarino, de 26 años, tras hacer Inferiores en Adiur y quedar libre en la 7° de Central, arrancó en Argentino (B Metro), en nuestro Ascenso, allá por el 2002. De ahí, los 100 barrios porteños y algo más allá de la General Paz: Coronel Bolognesi (Perú), Estudiantes de Buenos Aires, Central Córdoba, Villa Mitre, Newell’s, Chicago y un touch & go en el FC Timisoara rumano, después de un pasaje exitoso (con 23 goles) en The Strongest gracias a Julio César Toresani. Volvió por la puerta grande. Y cumplió. Más allá de Migraciones y su ballet.
A los 25’, puso el empate después de un pase de Di Cosmo, quien volvió a aparecer en acción cinco minutos más tarde para que Vázquez llegase al segundo grito. Pero Jair Reynoso igualó al toque. Darwin Peña, crédito local, metió el 3-2 a los 55’ (tras otro pase de Di Cosmo) y, con un tiro bajo, Pablo llegó al 4-2 final, a los 73’, para hacer por primera vez en su carrera tres goles en el mismo partido y llegar a los 33 con la aurinegra de The Strongest. ¿La víctima? Silvio Dulcich, arquero cordobés de 29 años, nacido en las Inferiores de Boca, y con estadía en Huracán (TA) y Talleres de Córdoba, ahora pretendido por Caruso Lombardi para Tigre.
“Comenzamos con el pie derecho”, dijo Craviotto, quien terminó el partido con dos jugadores menos por la expulsión de Soliz. Vázquez ya había dejado en la red sus huellas dactilares. Una, dos, tres veces.
"Ganamos otro partido"
El mediodía paceño, un día después de la descarga, estaba fresco, con una temperatura de 13° y alguna llovizna perdida. Sin embargo, para Pablo Vázquez, la jornada había arrancado a pleno sol. Con sólo pasar por un puesto de diarios y ver las portadas… El rosarino lo sabe. Sabe lo que lo pasó. Y sabe lo importante del disfrute. Lo comparte con Olé, quien lo conectó telefónicamente a su hogar en altura boliviana.
--A la distancia, ¿podés explicar lo que les pasó, Pablo?
--Teníamos problemas de papeles. Pero los dirigentes nos habían dicho que estaba todo solucionado. Hacer la visa costaba apenas 120 dólares y tiene una validez de dos años. Al salir del entrenamiento, nos estaban esperando…
--¿Especulaciones?
--Fue algo político. Ahora se está decidiendo el presidente de la Federación Boliviana y tal vez… No querían que jugásemos contra Aurora.
--¿Cómo los sacaron de ahí?
--Estabamos Fede García, Leo Díaz, Julián Di Cosmo y el representante Guillermo Muñoz. Nos llevaron en una chatita. Una combi, digamos. Fuimos directo a Migraciones. Estuvimos como siete horas…
--¿Encerrados?
--Nos tuvieron en una salita. Nos decían que no pasaba nada pero si nos movíamos dos metros nos llamaban la atención… Tuve varias discusiones con ellos. Nos han tratado mal. Yo les decía que no maté a nadie, que no le había robado a nadie. Decían que era la única forma que tenían de presionar al club. Ellos tenían que haberse ocupado de la visa.
--¿Cómo se resolvió?
--Después de la espera, nos hicieron una carta y nos intimaron a dejar el país en 48 horas. Luego podríamos entrar, hacer los papeles, la visa, después de análisis de sangre, de pasar por Interpol, de pagar 120 dólares… Tuvimos que hacer dos horas de viaje hasta Desaguadero, en la frontera con Perú. Ahí nos encontramos con otro problema…
--¿Cuál?
--Llegamos y cerraron la frontera. Nos tuvimos que quedar en un hotel de allá. Eramos cuatro en cuatro camitas, con cinco grados bajo cero. Pagamos ocho pesos argentinos, así que imaginate. Pero fue una trampa de Migraciones. Teníamos que salir pero después no podíamos entrar. El club, por suerte, llegó a un acuerdo y pudimos volver.
--¿Cómo hicieron para jugar después de tanto desgaste?
--Te descargás. Lógico que entrás con mal ánimo. Entrás mal física y anímicamente. Recién el viernes volvimos a movernos… Pero siempre querés jugar. Y te olvidás de todo… Ganamos otro partido. Cualquiera se hubiese ido a la mierda pero tuvimos los huevos para jugar y ganar. Por eso, cuando terminó el partido, nos dimos un trabajo tremendo.
--El tema es el después. Quedaron marcados…
--Quedamos mal parados. Por suerte se hizo la visa y por dos años te olvidás del problema. Pero ya nos van a cargar. Lo primero que nos van a decir es ‘deportados, ilegales’…