Maradona no va más como seleccionador argentino
Buenos Aires, Olé
Desde el entorno de Maradona le confirmaron a Olé que el ciclo está terminado. Diego se negó a que Grondona le dinamitara su grupo de trabajo. La "presentación de la situación" que Don Julio hará mañana ante el Comité Ejecutivo de la AFA es apenas una formalidad: salvo un volantazo inesperado, la era del Diez es cosa juzgada.
El que no va más es Maradona. El adelanto de la tardecita, de que había olor a despedida, se lo confirmaron a Olé finalmente desde el entorno del entrenador. Diego, el campeón del mundo 86 como jugador, el gran ídolo, tuvo un Mundial como técnico y no más, adiós. Se juntó con Julio Grondona y le dijo que no había nada más que hablar cuando el presidente de la AFA le pidió que, para seguir, tenía que dinamitar su grupo de trabajo. Se lo pidió, encima, después de que Diego advirtiera en la madrugada que "si me tocan a uno, me voy". Y que incluso adelantara que iba a pedir que se integrara al cuerpo técnico nada menos que Ruggeri, enfrentado con Grondona.
Maradona ni quiso pensar en la chance de seguir en la Selección rodeado de otra gente. Ya sin Alejandro Mancuso ni Héctor Enrique, y sin otros del cuerpo estable. Después del encuentro en el barrio privado La Celía, Diego y Grondona se juntaron por primera vez después del Mundial, charlaron desde el mediodía hasta poco más de las 14 y se fueron serios, sin hablar.
De aquel debut como técnico de la Selección contra Venezuela (4-0, fines de marzo de 2009) a este final triste de Mundial pasaron muchas cosas con Maradona. Muchísimas convocatorias, una clasificación sufrida en el Centenario, idas y vueltas con Bilardo, declaraciones hot con su sello, un Mundial que arrancó para soñar y terminó con paliza futbolística, histórica paliza.
Ni el apoyo presidencial lo pudo mantener en el cargo. Al volver de visitar a Chávez desde Venezuela, Maradona se había mostrado inflexible cuando habló en la madrugada en el programa de Fantino, sin autocrítica y exigiendo seguir con su gente. Grondona, sin embargo, fue al frente y le pidió cambios. Diego no los aceptó y dijo adiós.
Desde el entorno de Maradona le confirmaron a Olé que el ciclo está terminado. Diego se negó a que Grondona le dinamitara su grupo de trabajo. La "presentación de la situación" que Don Julio hará mañana ante el Comité Ejecutivo de la AFA es apenas una formalidad: salvo un volantazo inesperado, la era del Diez es cosa juzgada.
El que no va más es Maradona. El adelanto de la tardecita, de que había olor a despedida, se lo confirmaron a Olé finalmente desde el entorno del entrenador. Diego, el campeón del mundo 86 como jugador, el gran ídolo, tuvo un Mundial como técnico y no más, adiós. Se juntó con Julio Grondona y le dijo que no había nada más que hablar cuando el presidente de la AFA le pidió que, para seguir, tenía que dinamitar su grupo de trabajo. Se lo pidió, encima, después de que Diego advirtiera en la madrugada que "si me tocan a uno, me voy". Y que incluso adelantara que iba a pedir que se integrara al cuerpo técnico nada menos que Ruggeri, enfrentado con Grondona.
Maradona ni quiso pensar en la chance de seguir en la Selección rodeado de otra gente. Ya sin Alejandro Mancuso ni Héctor Enrique, y sin otros del cuerpo estable. Después del encuentro en el barrio privado La Celía, Diego y Grondona se juntaron por primera vez después del Mundial, charlaron desde el mediodía hasta poco más de las 14 y se fueron serios, sin hablar.
De aquel debut como técnico de la Selección contra Venezuela (4-0, fines de marzo de 2009) a este final triste de Mundial pasaron muchas cosas con Maradona. Muchísimas convocatorias, una clasificación sufrida en el Centenario, idas y vueltas con Bilardo, declaraciones hot con su sello, un Mundial que arrancó para soñar y terminó con paliza futbolística, histórica paliza.
Ni el apoyo presidencial lo pudo mantener en el cargo. Al volver de visitar a Chávez desde Venezuela, Maradona se había mostrado inflexible cuando habló en la madrugada en el programa de Fantino, sin autocrítica y exigiendo seguir con su gente. Grondona, sin embargo, fue al frente y le pidió cambios. Diego no los aceptó y dijo adiós.